Acudimos hasta Valencia para asistir a su presentación internacional y hacer una intensa toma de contacto con uno de los modelos más importantes para la marca japonesa en los últimos años. Y no solo eso, la Yamaha MT-07 es un modelo capital para el mercado español, ya que desde su lanzamiento en 2014 ha sido un gran éxito. Pero no solo aquí, de la extensa familia MT, compuesta por cinco modelos que ha sido capaz de vender más de 250.000 unidades en todo el mundo, prácticamente la mitad de ellas pertenecen a la MT-07.

Videoprueba Yamaha MT-07

Las razones para haberse convertido en una estrella son muy claras: un precio ajustado sumado a unas buenas cualidades dinámicas que redondea una gran accesibilidad, en todos los sentidos. Y es que la Yamaha MT-07 es una moto sencilla de pilotar y con un gran potencial en cuanto a diversión, por lo que aglutinando todas estas cualidades, el público potencial al que va dirigida es verdaderamente amplio, pues además es limitable para el carnet A2.  

Nuevo diseño: cambio radical

En 2021 Yamaha refresca y perfecciona su planteamiento pero sin asumir grandes cambios; sin arriesgar. ¿O sí? Y es que el diseño es la clave de esta nueva generación, la tercera. Y ahonda mucho más en el estilo oscuro y radical de la familia MT. Todo lo concentra en el nuevo frontal con un faro muy singular, minimalista y vanguardista. Es original a más no poder pero es tan particular que despierta opiniones muy dispares. Para mí, lo verdaderamente importante es que integra una iluminación totalmente LED. Esto es extensible a toda la iluminación de la moto, ya que hasta los intermitentes son ahora diodos LED.

El depósito de combustible es otro de los elementos modificados de importancia ya que además cuenta con una nuevas aletas o tomas de aire que le sientan muy bien. No varía su capacidad que se mantiene en 14 litros.

Sin embargo, en la parte trasera los cambios son mínimos, conservando su característico grupo óptico trasero está inspirado en el logotipo “MT”. Los asientos continúan separados, a dos alturas diferentes y la persona que acompaña no dispone de asideras donde agarrarse.

Un nuevo manillar cónico de aluminio, 32 mm más ancho, es el cambio ergonómico más importante, aunque también se he modificado la zona de las rodillas con una textura moldeada en 3D para proporcionar un mejor agarre en ese área. Lo que busca Yamaha con estos sutiles cambios es mejorar la sensación de control mientras que se proporciona más confort en la postura de conducción, independientemente de la talla de la persona que pilota.

Y en el manillar están anclados los nuevos espejos retrovisores, muy bien integrados en el ancho del conjunto para no ponerlos en peligro en la circulación urbana. 

La nueva instrumentación es otro de los ingredientes aportados por esta nueva generación: sigue siendo digital pero ofrece una mejor visualización de la información y mantiene el ordenador de a bordo. Los diferentes parámetros se manejan desde la piña izquierda.

Hay mejoras mucho menos perceptibles que se concentran en la parte ciclo que en general mantiene su todo su esquema pero mejora en un apartado importante, los frenos. Y es que los dos discos delanteros incrementan 16 mm el diámetro para reforzar la potencia de retención.

Yamaha también ha decidido modificar los neumáticos que la MT-07 monta de fábrica y en esta ocasión ha elegido los nuevos Michelin Road 5, unos neumáticos que hace poco probábamos en una moto de aptitudes similares: la Triumph Trident 660.  

Motor Euro5: leve pérdida

Y por último, el motor se lleva la actualización más importante, ya que se adapta a la normativa Euro5. Estamos ante idéntica planta motriz pero que al actualizarse ha sufrido una leve pérdida de potencia y par: casi 1,5 CV y 1 Nm. Y a esto tenemos que añadir que gana en torno a 1 kg de peso. Pero lo importante es que ahora hace una entrega de potencia todavía más lineal gracias a ciertas modificaciones, como son la nueva ECU, una conducto de admisión de aire revisado, así como una configuración optimizada del inyector de combustible.

Todo esto ha obligado a modificar el sistema de escape aunque visualmente la diferencia no es muy acusada respecto al modelo precedente, ya que continúa siendo discreto, en posición baja y con un nuevo silenciador corto.

Lo que no modifica este bicilíndrico en paralelo de 690 cc es el cigüeñal calado a 270º que tiene un efecto directo sobre la respuesta y el sonido que lo distingue de las demás mecánicas de la categoría. Además, se anuncia un consumo bastante comedido de 4,2 l/100 km.   

En marcha: pura intuición

Comenzamos la ruta y rápidamente me doy cuenta de que las sensaciones sobre la moto son prácticamente idénticas a la última MT-07 que probé y eso es una buena noticia.

La MT-07 continúa destacando por su fluido dinamismo que la hace muy fácil de pilotar. Además se accede muy bien a su asiento situado a 805 mm del suelo y me siento todavía mejor integrado en el conjunto desde el primer momento. Con mi 1,66 m es una moto diría que perfecta para mi tamaño porque llego muy bien al suelo y encajo a la perfección en el puesto de conducción. Pero no soy la medida de las cosas, por eso miro a mi alrededor, donde hay pilotos más altos y veo que ellos también están bastante bien integrados en la moto. Creo que hasta 1,80 m es una máquina perfectamente válida pero a partir de ahí me la probaría antes de comprármela para comprobar que efectivamente es una buena compañera para todos los días y durante un largo período de tiempo.

Así que me paso los primeros kilómetros por la preciosa albufera valenciana analizando estas y otras cuestiones, como el rodar del motor cuando circulamos a un ritmo moderado entre arrozales. Lo cierto es que el propulsor está muy logrado en este sentido, ya que a pesar de intuirse impetuoso -especialmente en las tres primeras relaciones- es muy progresivo, lineal y dosificable. Su elasticidad, fruto de un rango de uso muy bien aprovechado, hace que no tengamos que jugar con el cambio constantemente si no nos apetece. También advierto que los espejos retrovisores ofrecen una perfecta panorámica y en ningún momento se distorsiona la visión, ya que estamos ante un motor de vibraciones muy controladas.

Incluso hago la prueba de maltratarlo, metiendo quinta marcha a unos 50-60 km/h y sale traccionando bien y sin dar tirones, algo que evidencia su buena puesta a punto a nivel de ECU e inyección. Es dulce y con un buen tacto al acelerador, lo que permite dosificar muy bien el empuje en cada momento; no echamos en falta ese 1,5 CV que ha hecho perder la maldita Euro5. Y el sonido es discreto pero con cierto encanto deportivo cuando vamos escalando en el régimen de giro.

Antes de llegar a un tramo de la Valencia interior en la que encontraremos carreteras plagadas de curvas, tenemos que transitar por un tramo de autovía, donde la MT-07 exhibe que es una moto bien equilibrada, ya que contamos con un aplomo que no se pega en absoluto con la agilidad que te muestra desde que te subes en ella.  

Máxima diversión

Y llega el momento más esperado, ya que por fin salimos de la autovía y la carretera comienza a retorcerse en una interminable sucesión de curvas con buen asfalto. Es la prueba perfecta en el escenario ideal para una moto cuyo planteamiento tiene la dualidad ciudad-carretera que ha sido clave en su éxito.

Motor y parte ciclo muestran una lograda compenetración, ya que el primero demuestra una capacidad de aceleración ideal para poner al límite a la segunda, respondiendo muy bien a nivel de bastidor y suspensiones. Me resulta sorprendente que una horquilla y amortiguador aparentemente sencillos tengan tanta capacidad de filtrar y absorber con solvencia mientras es capaz de aguantar con mucha dignidad los apoyos fuertes. Y si unimos esto a una manejabilidad muy intuitiva que hace que entre en la curva de forma rápida, precisa y fácil, proporcionándome altas dosis de diversión sin requerir apenas tiempo de aclimatación al conjunto. Cierto es que he probado las generaciones anteriores pero la última vez que me subí a una MT-07 fue hace ya un par de años y parece que fue ayer.

Es sorprendente como la rueda tiende a elevarse a la salida de los virajes en cuanto me aplico a fondo con el acelerador; esto pone de manifiesto tanto el vigor de la moto en segunda y tercera marchas, como la facilidad con la que podemos manejar esta inquieta MT-07 y sus 184 kg con todos los líquidos. Cierto es que oigo los avisadores de vez en cuando pero la capacidad de inclinación es muy buena y los neumáticos ofrecen una agradable sensación de agarre y tracción en todo momento, resultándome apropiados para el carácter de la moto.

Durante un tramo de montaña, decido no andar jugando con el cambio constantemente para divertirme todavía más y poder concentrarme solo en el pilotaje y la carretera. Y a pesar de salir de algunos virajes algo cerrados en tercera, es sorprendente lo rápido que alcanza las 5.000 rpm para buscar el par máximo a poco más de 6.000 vueltas e impulsarme rápidamente en busca de la siguiente curva.

Otro de los motivos para no jugar continuamente con el cambio de marchas, es que la caja resulta bastante precisa en las transiciones y con buen escalonamiento de las relaciones pero me plantea una pega en este terreno: no tiene ni servo ni sistema antirrebote y tiene a bloquear con cierta facilidad, algo que te hace perder mucha eficacia en este tipo de conducción. Y es que tenemos un propulsor que retiene mucho y eso no juega a su favor pero es que incluso al engranar marchas, también se perciben tirones que te obligan a trabajar con la maneta -no regulable- para suavizarlas, algo a lo que no quiero prestar atención cuando voy a un ritmo alto entre curvas.

También le pediría un control de tracción y eso que este motor, junto a la parte ciclo, hacen que la tracción sea muy buena en todo momento. Pero la rotunda entrega de par que es capaz de transmitir cuando aceleramos a fondo lo hace recomendable, algo que en mojado se volvería todavía más crítico en un entorno urbano Y tratándose de una moto con casi la mitad de las unidades vendidas destinadas al carnet A2, y por lo tanto a un público de experiencia limitada, sería un buen aporte. También es cierto que un embrague antirrebote y una control de tracción subirían su tarifa que me resulta muy competitiva.

En el apartado de frenos es una moto solvente, tanto en frenada normal o incluso al límite, como cuando hacemos entrar el sistema ABS. Cuenta con maneta regulable y el incremento del diámetro de los discos ha mejorado levemente un aspecto que era mejorable, más que nada por el impetuoso carácter de un propulsor que es un portento en cuanto a prestaciones. Por cierto, cuando practicamos una conducción muy animada el consumo se dispara hasta los 6 litros desde los poco más de 4 que anuncia Yamaha como cifra oficial pero es un peaje que compensa pagar porque nos proporciona una diversión bastante controlada, apta para todos los públicos.  

Conclusión y valoración

La Yamaha MT-07 2021 va a seguir siendo, sin ningún género de duda, una de las motos preferidas de su segmento. Más allá de su diseño, continúa siendo una máquina muy equilibrada que además ha incrementado la sensación de calidad sin elevar apenas su precio a pesar de las mejoras que ofrece.

Su coste sube 200 €, desde los 6.799 € hasta los 6.999 €, quedándose en una barrera muy sensible, ya que no hay ninguna moto por debajo en precio y de similares características.

Pero más allá de ello, el contar con un motor tan competente es para mí el secreto de su indiscutible éxito desde su lanzamiento. Cierto es que peca de alguna carencia importante en cuanto a equipamiento, como la ausencia del embrague antirrebote pero como se suele decir, no hay nada perfecto.

En cuanto a los competidores, su rival más directa, la Kawasaki Z650, cuenta con ese elemento e incluso con pantalla TFT con conectividad pero dinámicamente la MT-07 está un paso por encima y eso lo compensa con creces. Para mí hay otra rival más dura aunque de estética diametralmente opuesta, la Triumph Trident 660. La moto inglesa ofrece por casi 1.000 euros más unas mejores suspensiones, más potencia, una instrumentación más moderna y por supuesto, embrague antirrebote. Pero son 1.000 € más, un pellizco sin duda importante.

También se ha aprovechado esta nueva generación para proponer una nueva paleta de colores que se compone de tres decoraciones que creo encajan muy bien en el espíritu de la moto, especialmente la gris que hemos probado y que se complementa con una negra y otra azul. También se ofrece una oportuna gama de accesorios para hacerla más cómoda o más deportiva, según los gustos o necesidades de cada cual.