Acudimos hasta Sevilla para conocer y probar uno de los modelos más desconocidos en España de la amplia gama de scooters de Yamaha. Y es que la familia MAX es tan popular que eclipsa a algunos modelos que conforman toda la gama 125 del fabricante japonés como el D´elight o el Xenter. Y lo cierto es que lo hace quizás de forma injusta porque nuestro protagonista ofrece una opción de movilidad única entre la oferta de Yamaha, apostando por un estilo conservador, por la rueda baja, la plataforma plana y la máxima facilidad de conducción.

En 2021 el Yamaha D´elight recibe mucho “cariño” a todos los niveles que te voy a detallar antes de contarte las sensaciones que transmite en un entorno tan exigente como el corazón de Sevilla, repleto de intrincadas calles adoquinadas.

Elegante sencillez  

El nuevo D´elight llama la atención por su rediseño total en lo que a estética se refiere. Mantiene ese espíritu sereno que ha avanzado hacia una apariencia más clásica protagonizada por un gran faro delantero con un cerco cromado. En el escudo frontal dos molduras laterales, también cromadas, recorren de forma vertical toda la superficie y en cuya parte inferior están encastradas las intermitencias. Otro vistoso detalle es la pequeña luz de posición LED en forma de tira horizontal bajo el faro que está integrada en otra moldura cromada que también acoge el logo de Yamaha. Y es que los cromados son una constante en un claro deseo de potenciar su aire elegante.

También es nueva la instrumentación que combina un velocímetro analógico de aspecto clásico con una pequeña pantalla digital en su parte inferior en la que podemos visualizar el nivel de combustible, el odómetro y la hora.  

Uno de los grandes reclamos de esta generación es la motorización, y no solo porque se adapta a la normativa Euro5, sino porque mantiene la potencia en 8,3 CV y se ha integrado el sistema de parada y arranque denominado “start&stop”.

Experto en ahorro

En lo referente al motor, es de concepción sencilla y eficiente, ya que estamos ante una mecánica refrigerada por aire, con un solo árbol de levas y dos válvulas, pero destaca por su carácter ultra ahorrador; Yamaha anuncia 1,8 litros/100 km. Esto hace que estemos ante un experto total en economía y que con tan solo 5,5 litros de depósito de combustible no tengamos que estar constantemente visitando la gasolinera más cercana gracias a sus poco más de 300 km de autonomía oficial.

En cuanto al sistema “start&stop” que puede ser desconectado si así lo deseamos desde un conmutador en la piña derecha, se activa cuando transcurren unos pocos segundos desde que el scooter se detiene para ahorrar combustible y minimizar así las emisiones contaminantes. Para que esto se produzca, el motor tiene que haber alcanzado suficiente temperatura –por encima de los 70º- y la batería debe contar con un nivel mínimo de carga. Además, deberemos haber superado los 10 km/h desde la última puesta en marcha.  

El D´elight vuelve a la vida cuando giramos el acelerador con un pequeño retardo que no supone ningún problema aunque la reacción es menos instantánea que en su hermano de gama el NMAX, tal y como pudimos comprobar durante la prueba que hicimos el mismo día.

Máximo sentido práctico

El carácter práctico es para mi una de las grandes bazas, ya que no solo cuenta con una plataforma plana donde llevar bolsas o bultos y un gancho para asegurarlas, sino que bajo el asiento esconde una de su mejor armas: 36 litros de capacidad en un cuerpo tan compacto es una agradable sorpresa que te puede dar mucho juego en la vida diaria. Pude introducir un casco integral más uno jet sin ningún tipo de estrechez. Además, el fondo del interior cuenta con un revestimiento suave va a cuidar todo lo que almacenes en este generoso espacio. El compartimento se abre desde un botón situado en la parte derecha de la cerradura de contacto, donde también encontramos el del tapón de la gasolina, cuya boca de llenado se encuentra justo al otro lado de la columna de dirección. Es todo muy funcional.

Otro aspecto que define su personalidad es su extremada ligereza, cifrada en 101 kg. Esto combinado con sus llantas de 12 pulgadas delante y 10 detrás lo hace muy manejable.  

En la parte ciclo encontramos mucha sencillez que está bien equilibrada con el dinamismo que promete. El sistema de frenos es combinado, con un pequeño disco delantero (180 mm) un tambor trasero que se activan al unísono al accionar la maneta izquierda.

Consumado urbanita

Al arrancar, lo primero que llama poderosamente la atención es lo discreto que resulta, tanto por sonido como por vibraciones. Parece incluso no haber arrancado estando ya al ralentí.

La aceleración es muy suave y progresiva pero cuenta con el suficiente vigor para impulsarnos de forma decidida. El tacto al acelerador es sedoso y la respuesta instantánea para aprovechar esos pocos más de 8 CV.

La posición de conducción es natural y confortable, con las piernas dibujando un ángulo de 90º, perfecta para tallas medias y bajas pero suficiente también para las más altas. Y el espacio para los pies, gracias a su plataforma plana es amplio, como el asiento. La persona que va detrás se beneficia de un puesto que va en la misma línea y para ella dispone de estructura donde asirse y estriberas desplegables para proporcionar así una correcta fijación de la posición sin interferir en la posición de la persona que guía.

La maniobrabolidad del D´elight es una de las claves principales, con un ángulo de dirección amplio para moverse con mucha soltura en los espacios más pequeños y a baja velocidad. No hay hueco que se le resista, aprovechando sus pequeñas dimensiones generales, las ruedas de pequeño diámetro y su ligereza para moverse con una gran facilidad. Es perfecto para gente con poca experiencia que busca una forma de movilidad que ponga muy pocos condicionantes.

El corazón de los núcleos urbanos es su gran especialidad, ya que el motor es perfecto para ello, no destacando tanto por su velocidad punta como por su solvente rendimiento hasta unos 80 km/h. Tampoco su tamaño de llantas y protección aerodinámica invitan a aventuras en vías periféricas.

Las suspensiones resultan confortables porque son blandas pero denotan su carácter básico al atravesar irregularidades pronunciadas, pues tienen tendencia a rebotar, algo por otra parte normal en un scooter de estas características.

También cumplen bien los frenos pero sin alardes aunque por otra parte no necesita mucho más gracias al poco peso del D´elight.  

En definitiva, tenemos un cóctel dinámico sencillamente ideal para el propósito que defiende un modelo como este que pone la guinda por el escalafón más bajo a la completa oferta de Yamaha en 125 cc.

Conclusión y valoración

El nuevo Yamaha D´elight avanza en su justa medida hacia una forma de movilidad inteligente, limpia y eficiente gracias a los cambios introducidos en la generación 2021. Cierto es que los 250 € de incremento respecto al modelo precedente suponen una subida a tener en cuenta en un nicho donde se mira mucho cada euro y eso le puede hacer perder competitividad frente a los modelos más económicos del mercado. Pero no es menos cierto que un sistema como el start&stop es un “delicatessen” en esa franja de precio que es de 2.749 € para nuestro protagonista.

Otro de sus puntos fuertes es la enorme capacidad de carga que esconde bajo su asiento y cuya utilidad es muy valorable porque nos da un gran desahogo a la hora de sacarle el partido para nuestra vida diaria.

Y el consumo de combustible es otro punto a favor que no puedo dejar de destacar, ya que lo convierte en un auténtico especialista a la hora de rentabilizar cada depósito de gasolina.  

Con esta nueva estética que busca un público con debilidad por lo clásico o atemporal, Yamaha introduce tres nuevos colores: un negro y un blanco en acabado mate y un rojo brillante. Además ofrece la posibilidad de instalar un baúl o bolsa auxiliar, 30 litros y otro de 39, multiplicando de forma exponencial su, ya de por sí, sorprendente volumen de carga.

Videoprueba Yamaha D' elight 2021

 

Equipamiento piloto