No hay muchas marcas que se atrevan con scooters de cilindrada media y alta encargándose del desarrollo de su propio del producto, por eso llama la atención que la carta de presentación de la nueva firma china Ariic sea uno de ellos: el 318. Por eso me parece una compañía ambiciosa, ya que normalmente la puerta de entrada natural es el segmento de 125 cc porque aunque es mucho más competido, concentra una enorme cantidad de ventas para poder “hacer caja” con más rapidez.

Sin embargo, Ariic lo ha tenido muy claro a la hora de lanzar en Europa su primer modelo, el 318. Un nombre que rinde homenaje a una ruta de más de 6.000 kilómetros que hay en china y que asciende hasta el Tíbet, con esa denominación, 318, y que sirvió de test de pruebas para comprobar su rendimiento y fiabilidad.

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La importa Keeway/Benelli propiedad del gigante chino Qianjiang que también tiene la firma francesa Orcal en su portfolio, y quiere destacar por tecnología, diseño y equipamiento para posicionarse frente a marcas como Kymco o SYM. Y por supuesto jugar frente a ellas la baza de una buena relación entre el estándar de calidad que ofrece y el precio. Y este 318 es un buen ejemplo, ya que con sus 4.399 € se sitúa en un punto interesante, sobre todo teniendo en cuenta las hechuras que hemos podido comprobar durante la toma de contacto que hemos realizado.  

Apuntando alto

Llama la atención su buena presencia general. Impone pero sin llegar a ser aparatoso y esto va a ser bueno para lidiar con el tráfico en la ciudad. Destaca por su carrocería de diseño muy anguloso y envolvente, con una cúpula de buen tamaño y un asiento de grandes dimensiones a dos alturas y con respaldo para el piloto. En la parte trasera destacan dos grandes asideras para la persona que acompaña y cuya posición se fija mediante unas estriberas retráctiles.

En un primer vistazo destacan las dos pinzas delanteras de anclaje radial que prometen una soberbia frenada pues también hay dos discos lobulados. La iluminación es totalmente LED y en la parte delantera, justo en el centro del frontal, esconde su elemento más diferenciador a nivel de tecnología y equipamiento: una cámara. Podemos conectarla con el teléfono gracias al bluetooth y a través de una aplicación para grabar todos nuestros trayectos. Otro de los buenos detalles es la llave de proximidad, un elemento ya imprescindible en cualquier vehículo que quiera posicionarse como de corte premium. Y además cuenta con dos tomas USB, una en la guantera izquierda y otra en el hueco del casco.

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Precisamente, al abrir el asiento encontramos un hueco amplio pero no podemos guardar dos cascos integrales. Cabe solo uno pero al ser largo nos permitirá llevar bastantes más cosas. Además, cuenta con el interior forrado para no maltratar lo que metamos dentro, además de luz de cortesía y sistema hidráulico. También incorpora un suave forro interior la segunda guantera que está en la parte delantera central.  

La instrumentación podría ser una pantalla TFT pero eso se deja para una segunda generación que vendrá pasado un tiempo. El Ariic 318 actual ofrece una clásica combinación entre dos esferas analógicas y una pantalla central digital.

En marcha

Por lo tanto, estamos ante un producto de estilo cómodo y a la vez deportivo que está impulsado por un motor de 276 cc desarrollado por Ariic y que cuenta con refrigeración líquida y cuatro válvulas. La potencia es de 24 CV, una cifra que lo capacita para lidiar con la ciudad y sus alrededores.

Al ponerlo en marcha, se perciben dos cosas importantes: vibraciones controladas y suavidad de funcionamiento. Cuenta con un buen tacto al acelerador y a pesar de tener que impulsar 189 kg en seco, la aceleración desde parado es lineal y con cierto brío. No desentona tratándose de un scooter que podemos considerar de 300.

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Desde el primer momento se percibe un buen dinamismo, con movimientos fluidos, así como un buen ángulo de giro a baja velocidad. Es fácil acoplarse a su puesto de conducción ya que es amplio y su asiento está a una altura de 790 mm. También permite estirar las piernas y en este sentido estamos ante un bien planteado GT de tamaño más bien compacto, ya que su distancia entre ejes es de 1.540 mm.

En marcha se nota que la combinación de llantas de 14 pulgadas delante y 13 detrás es muy adecuada para su planteamiento, ya que es estable y a la vez reacciona con agilidad cuando así lo queremos, resultando incluso divertido en curvas. El motor apoya en todo momento con un buen medio régimen aunque sin haber salido a autovía la velocidad punta no va a ser uno de sus puntos fuertes porque pierde empuje en la zona alta. Por contra, apunta alto en autonomía con un consumo anunciado de 3 litros y un depósito de combustible de 13 litros. 

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Las suspensiones se han confiado a una horquilla telescópica y una pareja de amortiguadores. En general, el tarado es correcto para no resultar secas de reacciones y contribuir así al confort que propone el Ariic 318.

Y destaca mucho la frenada porque es sumamente potente. Incluso diría más de lo que necesita ya que al “morder” con tanta fuerza las pinzas radiales, hacen entrar el ABS de Bosch con un ligero chirriar de las ruedas. Hacía tiempo que no probaba un scooter con semejante capacidad de frenada. Esto sí, no son muy dosificables y debemos cogerles el tacto. Por cierto, ambas manetas son regulables para adaptarlas lo mejor posible al tamaño de la mano.  

Conclusión y valoración

Un elemento que me gustaría destacar para ir acabando es el claxon porque también me llamó mucho la atención la idea de Ariic. Suena con buenos decibelios cuando lo accionas pero la genialidad es que si lo dejas pulsado se transforma casi en una bocina de autobús. Desde luego, en una situación de apuro si no nos ven, nos oirán, eso es seguro. Es algo que a veces no se cuida lo necesario y han visto claramente como destacar. 

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Es otro pequeño pero importante destello de una marca que llega para hacerse un hueco entre las mejores a base de calidad e innovación. Y en la segunda generación también tendrá un aporte de seguridad importante: la llamada de emergencia SOS. Esa segunda entrega promete todavía más calidad y equipamiento pero para ser su primer scooter, Aricc parece haber acertado a la primera, y eso tiene mucho mérito.

Además, todo transmite corrección en cuanto a los materiales empleados y el ajuste de todo. Se percibe mimo en su fabricación a pesar de no ser exquisito, algo que teniendo en cuenta su tarifa es más que suficiente.  Lo importante es que se ha logrado un equilibrio entre calidad, tecnología y equipamiento que deja buen sabor de boca y pone en aviso a sus posibles rivales. Y todo esto está rematado por un buen comportamiento y un motor que está a la altura de la propuesta.