Presentado durante el último trimestre del pasado año, la nueva generación del Peugeot Metropolis 400 irrumpió en el mercado para elevar, aún más, el nivel en la oferta de scooters de 3 ruedas. Una nueva generación que, además de estrenar un motor más limpio y eficiente -con un nivel de emisiones muy reducido y unos consumos que elevan su autonomía hasta los 300 km- estrenaba una imagen totalmente nueva y mucha tecnología en su equipamiento, adoptando los últimos avances desarrollados por la firma en la industria del automóvil.
Un ‘tres ruedas’que se puede conducir con carnet A1 y B de coche y con auténticas capacidades de gran turismo que, a partir de ahora, estará disponible en dos nuevas versiones dirigidas a exprimir su carácter más práctico (Peugeot Metropolis 400 SW) y destapar su lado más deportivo (Peugeot Metropolis 400 SW)
Station Wagon
Aprovechando las mismas siglas con las que Peugeot diferencia a las versiones familiares de sus automóviles (SW), el fabricante francés denomina a esta nueva versión del Metrópolis dirigida a aquellos usuarios que buscan una mayor capacidad de carga. Para ello el nuevo Metropolis SW incorpora un nuevo maletero integrado (y comunicado) con el hueco de 22 litros del que ya disponía debajo del sillín otorgándole una capacidad de carga inédita. Gracias a los 54 litros extra que ofrece el nuevo maletero con capacidad suficiente para alojar dos cascos integrales y la posibilidad de guardar objetos largos de hasta 90 cm gracias a estar comunicado con el maletero inferior.
Además, estrena unos dobles amortiguadores de cartucho de gas separado ajustables, que garantizan el máximo confort en marcha, y un sillín de nueva factura con un diseño más ergonómico y respaldo para el pasajero.
Estéticamente, el nuevo maletero queda mucho mejor integrado que un baúl opcional, aunque echo de menos una tercera luz de freno que aumente la visibilidad. No creo que sea una solución complicada de llevar a cabo, pues este maletero cuenta con luz interior, por lo que la corriente llega hasta él.
En cuanto a su funcionalidad, me ha sorprendido para bien, pues el acceso es amplio, así como su capacidad. Dispone de una bandeja intermedia con la que se puede organizar mejor lo que almacenemos en su interior.
Por otro lado, la propia estructura hace de respaldo para el pasajero, con lo que se incrementa el confort y la sensación de protección.
Metropolis GT
La segunda de las versiones está plagada de detalles dirigidos a reforzar la personalidad más deportiva de este ‘tres ruedas’. Parabrisas corto ahumado, placas de aluminio sobre su suelo plano, manillar “naked” (sin carcasa) y llantas deportivas de aluminio brillantes de 13 pulgadas con ligeras pinceladas en color amarillo que contrastan con su decoración Satin Titanium.
Cuenta también con los mismos amortiguadores, con cartucho de gas separado, que la versión SW con el muelle pintado en rojo dándole un toque aún más deportivo. En marcha, el GT ofrece sensaciones diferentes a las del SW. Para empezar, su pantalla de menor tamaño resta protección aerodinámica, lo que se nota sobre todo cuando se sale a vías rápidas.
Por otro lado, el ajuste de las suspensiones parece más firme, no sé si porque lleva distinto tarado por no tener tanto peso, pero el caso es que se sienten más las irregularidades del asfalto. El hueco disponible es el mismo que el de la versión estándar, suficiente para un casco integral y otro tipo abierto, es decir, que dispone de un maletero bastante solvente.
Conclusión y valoración
Estamos acostumbrados a las versiones por equipamiento dentro de sus modelos de scooters, pero el lanzamiento del SW ha sido toda una sorpresa. Podían haber optado por un baúl y algún que otro accesorio original y haberlo denominado Urban, pero hubiera perdido bastante fuerza. En mi opinión, la integración del maletero es todo un acierto, ha quedado bien integrado, da una imagen más selecta y, por supuesto, la ampliación del espacio disponible es importante. Se gana mucha superficie de carga y además muy aprovechable.
En cuanto al GT, éste sigue la filosofía del anterior RS, con un aspecto mucho más deportivo que supone un atractivo para el público más joven, que quizá vea en el estándar un vehículo más señorial. Se pierde algo de confort a gran velocidad, pero resulta más atractivo a la vista sin perder el resto de cualidades de la versión estándar.