Keeway tiene al Vieste como su especialista urbano más consumado dentro de su amplia gama de 125 cc, la cilindrada más demandada hoy en día en España. Ya probamos el Vieste 125 que nos convenció por su moderno planteamiento estético y buen comportamiento, así que tenía ganas de probar un motor con bastante más par y potencia en idéntica carrocería. Esto además supone un plus de prestaciones que amplifica su uso al extrarradio, convirtiéndolo en un vehículo aún más interesante para las personas que no tienen limitación de carnet.

Aparte del diseño que me parece original y tiene encanto, lo más importante en el caso del Vieste 300 es el propulsor que monta en su estructura de chasis central, otra de las claves para que en un modelo de 125 se pueda instalar prácticamente sin más modificaciones un motor con casi un 50% de potencia extra. El bastidor debe tener la suficiente rigidez para aguantar ese mayor rendimiento del motor y esta es una de las incógnitas que esta prueba debe desvelar.  

Motor origen Piaggio: la clave

Pero regresemos al motor, un monocilíndrico de 278 cc con unos 20 CV de potencia declarados para 147 kg de peso, 13 kg más que el 125. Desde luego no es una mala relación peso-potencia para un scooter de casi 300 cc, más bien lo contrario, y eso se debe al planteamiento del Vieste que es súper compacto en cuanto a dimensiones.

Este propulsor, visto desde fuera, ya nos informa con toda claridad que es de origen Piaggio porque todas las tapas son idénticas, incluida esa característica bomba de agua y sus conductos. También coinciden tanto la cilindrada como las cotas internas del cilindro. Eso sí, en versión Euro4. Se trata de una mecánica que conozco bien pues la he probado muchas veces en productos de Piaggio, Vespa y Aprilia, y me parece un gran motor. Ya veremos más adelante como le sienta al Vieste 300 pero a priori es un acierto total que Keeway haya podido acceder a semejante corazón.

Y para apuntalar las buenas sensaciones que quiere transmitir a los mandos el Vieste 300, cuenta con una parte en la que se ha recurrido a componentes de calidad: suspensiones firmadas por KYB y frenos J.Juan (ahora propiedad de Brembo).  

Bien equipado

En cuanto al resto, todo es idéntico al Vieste 125, destacando el arranque con llave de proximidad que acciona todas las funciones del socooter, un detalle de modelo premium. Y eso lo refuerza con la presencia de puños calefactables de serie. En este sentido también hay que destacar la toma USB a la que acompaña una guantera abierta para poder ir recargando el teléfono. En cambio la instrumentación no apoya estos toques tan vanguardistas porque a pesar de ser una pantalla central digital combinada con dos relojes analógicos ofrece un diseño muy básico y poca información. Pero tampoco se le puede exigir mucho en este sentido a un scooter de precio tan ajustado.

El Keeway Vieste 300 pierde un poco de sentido práctico gracias al pequeño hueco bajo el asiento, pues no goza de capacidad suficiente para permitir guardar un casco integral, algo que ha sido un peaje necesario para poder presentarse con esta silueta tan sumamente compacta, ya que la distancia entre ejes no llega a los 1.400 mm (1.385 mm).

A pesar de su tamaño recogido, permite que personas de cualquier talla se sientan cómodas en él, aunque el pequeño tamaño de la pantalla parabrisas negra seguramente les deje un poco desguarnecidos de protección a los más altos, especialmente en autovía de circunvalación. El asiento es muy accesible ya que está situado a solo 770 mm del suelo. Su diseño está cuidado, con tacto antideslizante, pespuntes blancos y respaldo para la persona que conduce, que además se beneficia del diseño de la plataforma con posibilidad para estirar las piernas. El acompañante dispone de un buen puesto con estriberas retráctiles y agarraderas que le permitirán ir con total seguridad.

La elección de llantas de 13 pulgadas es otra clave que define su comportamiento, ya que esto va a garantizar no solo la agilidad necesaria en ciudad, sino también la estabilidad necesaria cuando vamos a velocidades altas.  

En marcha: versatilidad urbana

Lo primero que llama la atención es el lo fácil que me puedo subir al asiento así como lo natural que es la postura de conducción, resultando cómoda para mi 1,66 m de altura.

Llevo la llave en el bolsillo, así que tan solo tengo que presionar la ruleta central, momento en el que se enciende a su alrededor una discreta retroiluminación verde; un detallito chulo, uno más. La giro hacia la derecha para activar el scooter y pulso el botón de arranque para que despierte el motor. Lo hace de forma muy moderada, tanto en cuanto a sonido como a vibraciones.

Al acelerar todo es familiar porque el tacto del motor es Piaggio 100%. El discurrir de los primeros metros es progresivo, muy lineal y sin fisuras en la banda de entrega de potencia. Y según voy ganando velocidad el empuje se intensifica, haciendo gala de un medio régimen excelente que mueve al Vieste 300 con un gran desagoho, haciendo de él un veloz vehículo urbano. Y además contamos con una muy buena manejabilidad derivada de un correcto planteamiento de las cotas de dirección y del poco peso que mencioné unas líneas más arriba. Así que en ciudad va a haber pocos huecos que se nos resistan aunando a su carácter ágil, una buena respuesta del motor que nos va a garantizar lidiar con el tráfico siempre con ventaja.

Hay un detalle que llama la atención y es el recorrido del acelerador, inusualmente largo. No sé el motivo exacto al que se debe pero seguro que le va a dar más progresividad a nuestras acciones sobre el gas. En cualquier caso es cuestión de acostumbrarse.

El juego de suspensiones KYB funciona como se espera, bien. No es blando sino más bien lo contrario pero sin llegar a resultar demasiado secas, lo que las haría incómodas. Cumplen su cometido con eficacia y en combinación con el chasis hacen que percibamos el Vieste 300 bien asentado y con la rigidez estructural suficiente para aguantar el ritmo alto que es capaz de imponer el motor a máximo rendimiento. Y es que en vías de circunvalación podemos transitar a 120 km/h con suficiciencia, incluso permitiendo adelantar vehículos para ir a velocidades muy solventes respecto al tráfico. Es cuando más echamos en falta protección porque la carrocería no está pensada para abordar trayectos largos en este terreno.

En cuanto a los frenos, también cumplen su trabajo con mucha corrección. No dispone de manetas regulables pero se alcanzan con facilidad y tienen un tacto dosificable, pues aunque en un primer recorrido no tienen mucho mordiente. Pero en cuanto presionamos más a fondo encontramos la fuerza de retención necesaria. El ABS me pareció un poco brusco al hacerlo entrar en acción y esto hace que la frenada se alargue un poco más de la cuenta si tiramos sin compasión de la maneta.

Para el intensivo uso urbano al que están destinados este tipo de vehículos se agradece que cuenten con depósito de combustible que garantice una buena autonomía, y en este caso el Vieste 300 ofrece 9,5 litros, una cifra que no es especialmente generosa, pero que al menos va a garantizar unos 200 km como de autonomía. Y es que su consumo combinado ronda los 4-4,5 l./100 km.  

Conclusión y valoración

Keeway plantea uno de los scooters con mejor relación calidad-precio en torno a los 300 cc. Y además lleva la fórmula del especialista urbano de 125 a un terreno inédito. Y es que aunque la idea de este tipo de vehículos como el Honda PCX o el Yamaha NMax no es nueva y el Vieste se ha inspirado en ellos en lo que a concepto se refiere, ninguna marca lo había subido de cilindrada, y esa es la originalidad de la marca china. Por eso decía al comienzo que me parece un utilitario vitaminado y original.

Para mí el mayor punto débil es el espacio bajo el asiento. Y es que un scooter sin capacidad para albergar un casco integral pierde mucho sentido pero no es un drama: siempre se puede instalar un baúl trasero que nos va a solucionar el problema. Ahí ya tendríamos un scooter bastante más redondo.

No olvidemos que a pesar de los solo 3.799 € contamos con buen equipamiento en el que incluso hay detalles premium, además de encontrar material de calidad en la parte ciclo. Y quizás lo mejor del scooter en mi opinión es el motor que aunque no tiene una potencia muy alta tratándose de un 300, lo hace moverse con muchísima soltura y haciendo además gala de un funcionamiento bastante afinado.