Suzuki ha hecho algo más que sustituir a la anterior GSX-S1000F, ya que estamos ante una máquina muy evolucionada y mejor preparada para su cometido rutero. Manteniendo su alma de superbike y todo lo bueno de la GSX-S1000 2021, la marca japonesa ha trabajado a conciencia para seducir a esas personas en busca de una moto con alma inquieta en la que confort y prestaciones encuentren el equilibrio necesario para disfrutar en cualquier tipo de carreteras y de circunstancias.
Y la GSX-S1000GT se postula como una interesante opción gracias al trabajo hecho en todos los apartados que influyen en las variables del segmento, planteando un diseño adaptado a los viajes, un equipamiento que va en la misma línea, así como una ergonomía que acompaña a la receta.
También se ha puesto en el punto de mira el motor y la parte ciclo para lograr el refinamiento necesario, por lo que Suzuki no ha querido dejar de valorar cada detalle a mejorar para que no tuviésemos ante nosotros una GSX-S1000 perfectamente carenada, sino una sport-turismo de altas prestaciones con las cosas muy claras.
Claves Suzuki GSX-S1000GT
Lo primero es hablar del carenado, de líneas muy personales y cuya función es proporcionar la protección necesaria para favorecer los desplazamientos largos que propone una moto así. Sus formas son angulosas y destaca en la parte frontal una original iluminación totalmente LED, una tecnologíaia que se extiende a la zaga y las intermitencias. La pantalla no es de grandes dimensiones pero sí cuenta con el tamaño necesario para integrarse bien en el diseño y cumplir con el objetivo de protección para la que ha sido diseñada. Suzuki da la opción de montar una más grande, denominada touring, pero habría que pagarla aparte. Lo mejor hubiese sido montar de serie una regulable de forma eléctrica; por pedir que no quede y esto lógicamente incidiría en el precio.
En las fotos verás las maletas que lleva instaladas aunque realmente no son de serie sino que lleva la preinstalación para poder montarlas. Me parece un ingrediente básico en la moto, ya que con un diseño que cohesiona muy bien la moto y una capacidad de 36 litros, suficiente para un casco integral, le dan un toque práctico perfecto para una moto así. 900 € más IVA tendrás que sumar al precio de la moto si estás de acuerdo conmigo.
La postura de conducción es crucial en este planteamiento, por eso contamos con nuevos asientos, agarraderas para la persona que va detrás, así como con un manillar más ancho (23 mm) y más hacia atrás (14 mm). La persona que pilota tiene ahora ubicadas las estriberas más bajas para no forzar tanto la posición de conducción como en su hermana naked.
Otros pequeños detalles es que las estriberas de ambas personas llevan una goma que minimiza las vibraciones para contribuir a la sensación de comodidad. Y pensando tanto en la carga de las maletas como en ir dos personas a menudo, se ha planteado un nuevo subchasis reforzado y alargado.
En cuanto al motor, se ha buscado un mayor refinamiento en su rendimiento. Por eso se ha trabajo con el fin de contar con una entrega suave y una curva de potencia mejorada. Si ya estamos ante un propulsor muy sedoso y progresivo por su naturaleza de cuatro cilindros en línea, aunque pletórico de potencia gracias a sus 152 CV, Suzuki ha querido ir aún más allá en este tacto tan agradable.
La horquilla multiajustable procede de la GSX-S1000 pero se ha trabajado también en ella para un uso más turístico, algo que siempre se va a agradecer a la hora de transitar largas horas por carreteras en estado de firme variable.
También se ha trabajado en el embrague y a pesar de no ser hidráulico sí cuenta con asistente para suavizar las operaciones y está apoyado en el imprescindible sistema antirrebote con antideslizamiento.
Más tecnología y electrónica
Estamos ante la primera moto de Suzuki que integra conectividad con el móvil a través de su pantalla TFT a color de 6,5 pulgadas. Esta innovación llega en un momento muy oportuno ya que todas las motos de su segmento cuentan con este tipo de elementos. Y lo acompaña con una aplicación dedicada llamada Suzuki mySpin que permite vincular nuestro teléfono a través de bluetooth y wifi. Esto posibilita usar la navegación agregando diferentes sistema de mapas como el de Google o el de Sygic. Gracias a todo esto es posible gestionar llamadas, los contactos de la agenda, el calendario de eventos e incluso escuchar música si tenemos un casco con Bluetooth.
La instrumentación cuenta con buen tamaño para una fácil visualización y ofrece el control de todos los parámetros desde la piña izquierda. Podemos modificar los tres modos de motor que varían la entrega de potencia, los cinco niveles de control de tracción (desconectable) y el cambio rápido bidireccional de serie que permite su desconexión. También tenemos a nuestra disposición un ordenador de abordo donde controlar los consumos medios e instantáneos, así como toda la información de kilometraje total, parcial, la hora, la temperatura exterior o la marcha engranada, por nombrar los más útiles.
También disponemos de control de velocidad de crucero de serie, un elemento ideal para una moto de esta talante. Y otro detalle es la toma UBS a la izquierda de la instrumentación pero no tiene ningún compartimento para poder alojar el teléfono, lo que obligaría a llevarlo en nuestro bolsillo mientras va conectado para su carga, algo que no es la mejor solución. Una pena que no se haya aprovechado el espacio disponible en los embellecedores delanteros para diseñar una guantera que le daría mucho más sentido práctico a la toma USB.
En marcha: excitante placer
Y llegó la esperada hora de comenzar a rodar con esta prometedora GSX-S1000GT. No me costó nada subirme a su asiento situado a 810 mm a pesar de que no soy una persona alta: 1,66 m. El puesto de conducción es acogedor y la moto no se siente pesada a pesar de los 226 kg declarados. Y es que realmente no es una cifra alta teniendo en cuenta su planteamiento rutero.
Al pulsar el botón de encendido, despertó de forma instantánea gracias al sistema de arranque fácil de Suzuki que solo requiere una leve caricia para poner en marcha la mecánica. El sonido me resultó muy familiar por la gran cantidad de veces que he probado este propulsor y agradable por su discreción al ralentí. Los primero metros discurrían con una suavidad total, ya que este motor es pura seda y apenas transmite vibraciones. Se siente muy lleno como propulsor motor de “litro” y el tacto es preciso para dosificar el gas de forma milimétrica.
Así que pusimos rumbo a las carreteras de la sierra con un trayecto de transición por autovía donde pude ir comprobando la postura de conducción. Me sentía resguardado pero hay que tener en cuenta que no soy un piloto de talla grande sino más bien lo contrario. Aún así la alianza del carenado y la pantalla hacen que el confort sea la nota predominante. La corriente de aire me pegaba justo en la parte superior de los hombros pero sin resultar un azote y eso que las velocidades iban un poco por encima de la irrisoria velocidad legal. Si quería una protección total, con agacharme un poco la tenía. Y si eres una persona alta, quizás la pantalla Touring sea un extra que te hará disfrutar de un resguardo total que vas a agradecer mucho.
Iba con el móvil conectado y disfrutando del sistema de navegación que estaba vinculado con Sygic, una plataforma que me parece más interesante que los mapas de Google. Se ve todo con mucha claridad gracias a la buena resolución de la pantalla que es antireflectante y también a que los dígitos y caracteres tienen buen tamaño y acertada disposición por la pantalla. No hay sensación de acumulación como sucede en algunas instrumentaciones.
La impresión de ligereza del conjunto es algo que me llamó la atención desde el primer momento gracias a que los movimientos fluyen con una facilidad y naturalidad total. Me gustan las geometrías de dirección que han sido heredadas directamente de la GSX-S1000 y aunque no es una moto pequeña se siente compacta y con un dinamismo muy vivo.
ADN de superbike
No te cansas de acometer una curva tras otra con estas sensaciones positivas acompañándote en todo momento. El chasis doble viga de aluminio que está secundado por un basculante del mismo material hacen que la moto sea ágil y precisa, con una buena sensación de tracción en todo momento.
El motor continuaba siendo el protagonista indiscutible, con una banda de uso súper aprovechable que me proporcionaba constantemente una aceleración muy vigorosa y acompañándolo todo con un sonido “tetra” delicioso e inspirador. Eso sí, el consumo de combustible era difícil verlo por debajo de los seis litros en el ordenador de a bordo. Pero ya tendremos ocasión de comprobar a fondo su autonomía que pese a ello siempre va a ser mínimamente digna gracias a los 19 litros de su depósito.
El cambio es riguroso al engranar las marchas y la asistencia del sistema semiautomático bidireccional es muy importante porque hace la conducción más sencilla y efectiva. Y es que funciona más que correctamente tanto subiendo como bajando relaciones.
Lo que sí me causó un poco de decepción fue el freno delantero, donde a pesar de esas pinzas de anclaje radial Brembo no encontré la potencia y sensibilidad que esperaba. La moto frena con seguridad, eso es indiscutible pero el ABS entraba con cierta facilidad (aunque con discrección a la maneta) y la respuesta no era lo contundente que te esperas. Habrá que verificar esto en una prueba más adelante pero podría tener que ver con las pastillas o bien con la bomba de freno.
De todos modos, esto para nada enturbió las agradables y excitantes sensaciones dinámicas que en todo momento transmite esta GSX-S1000 GT, una deportiva rutera de pura raza cuya parte ciclo hace que tenga un comportamiento impecable e intuitivo, apoyada en un motor tan explosivo "arriba" como versátil en la mayoría del margen de revoluciones.
Conclusión y valoración
La toma de contacto con la nueva GSX-S1000GT es una de esas que te deja con muchas ganas de repetir por dos razones principales: la primera es que fue más bien corta (unos 80-100 km) y la segunda es que te acoge tan bien en todos los sentidos que se necesita explorar más a fondo su logrado planteamiento sport-turismo.Suzuki la lanza a un precio de 15.275 €, un número en línea con la competencia que le hace perder esa ventaja que siempre juega Suzuki a su favor en este aspecto. Pero en esta ocasión estamos ante un producto muy evolucionado frente a su predecesora, la GSX-S1000F, en todos los sentidos, y sobre la que eleva el precio casi 1.000 € pero a mi juicio bien justificados por la evolución. Y que además estrena el ya obligado sistema de conectividad que ofrece interesantes cosas al usuario.
Cierto es que no cuenta con muchas ayudas electrónicas y en este sentido es muy básica, especialmente porque el ABS y el control de tracción no funcionan en curva al carecer de IMU. Y esta es una laguna que mucha gente puede tener en cuenta. A su favor está el shifter o cambio rápido bidireccional de serie que algunas marcas lo incluyen como elemento opcional a pesar de ser modelos de alto nivel. Y funciona de forma impecable.
Como moto de esas empeñadas en hacerte disfrutar con el máximo confort a tu alcance, me parece un producto muy interesante cuya base mecánica y ciclística es muy competente y clave en su excitante dinamismo.