No cabe duda de que Triumph necesitaba renovar por completo su Tiger 1200. Y vaya si lo ha hecho. Pero yo no hablaría de renovación, lo que se ha hecho es una moto completamente nueva, que lo único que conserva es el nombre y que, en mi opinión, se sitúa como una de las mejores maxitrail del momento. Al menos esta es la sensación obtenida tras volver de Portugal, en donde se ha llevado a cabo la presentación internacional a la prensa tanto de la GT como de la Rally.
Nuestro país vecino es todo un paraíso para los que nos gusta el trail. Cuenta con unas carreteras increíbles, en donde hemos puesto a prueba también la Tiger 1200 GT, y con unas pistas y caminos de tierra impresionantes, en donde hemos rodado principalmente con la Tiger 1200 Rally.
Dos versiones: Pro y Explorer
Como seguramente sabrás, la Rally cuenta a su vez con dos versiones: Rally Pro y Rally Explorer. La principal diferencia entre ambas es que la Explorer se beneficia de un depósito de combustible de 30 litros por los 20 litros de la Pro. Además, la Explorer monta un radar trasero para detectar vehículos situados en los ángulos muertos, asiento calefactable y algún accesorio más que la otra. Para la primera parte de la prueba, por asfalto, iba a disfrutar de la Explorer, mientras que en tierra pasaría a subirme a la “pequeña”, la Pro.
Una vez que la tienes al lado, la nueva Tiger 1200 Rally me recuerda a la Tiger 900 Rally, aunque algo más voluminosa -sobre todo la de depósito grande-. Todos los componentes -piñas, mandos, plásticos- denotan calidad, y se agradecen los detalles, como la guantera estanca bajo el asiento del pasajero y con toma USB para alojar el móvil. La instrumentación tambien es nueva, una pantalla TFT de 7" cuyo manejo resulta sencillo, aunque requiere de algo tiempo hasta que te aprendes todas las opciones de regulación de la moto. La pantalla parabrisas es regulable y se puede hacer con una mano. Tiene la suficiente firmeza para no vibrar en marcha, pero suficiente suavidad para, como digo, emplear una sola mano incluso conduciendo.
En carretera con la Explorer
Está claro que se trata de una moto grande y tampoco ha sido una sorpresa este punto, de la misma manera que tampoco lo ha sido que una vez en marcha enseguida te olvidas de ese hándicap. Y es que la posición de conducción de la Tiger 1200 Rally es especialmente confortable. Como decía anteriormente, primero me tocó salir a carretera con la versión Explorer, cuyo depósito más amplio te obliga a abrir más las piernas sin llegar a resultar exagerado. El asiento tiene un mullido excepcional y cuenta con una generosa superficie de apoyo. El ancho manillar queda algo elevado, más que en la Pro, mientras que la distancia al cuerpo es correcta.
Casi sin rodaje nos metemos de lleno en una carretera de curvas, con continuos cambios de dirección, en donde enseguida salen a relucir las bondades de la nueva Tiger 1200 Rally. Para empezar, su motor empuja desde muy abajo, sin titubeos, lo que permite disfrutar de un desarrollo largo para que el propulsor funcione más desahogado. Pero es que además su capacidad de estirada resulta igualmente prodigiosa, de manera que me encontré rodando con frecuencia utilizando únicamente la tercera velocidad, casi como si fuese una moto eléctrica. Pero incluso en cuarta puedes dejar morir el motor hasta el final que después responde de manera lineal en cuanto inicias su recuperación.
Suspensiones Showa semiactivas
El otro componente que brilla en estas condiciones es el equipo de suspensiones. Me gusta el sistema tan intuitivo que permite elegir hasta nueve niveles entre deportividad y confort, y ya después el sistema regula el comportamiento de las mismas teniendo en cuenta el estado del asfalto, la inclinación, el acelerador… El comportamiento es muy natural, lee muy bien el asfalto y transmite mucha información al piloto. Ahora bien, son 220 mm de recorrido y si se opta por un comportamiento muy confortable la moto, lógicamente, se mueve más en las frenadas y en los apoyos.
En autopista, en cambio, el aplomo es total y con la anchura del depósito y la pantalla en su posición más alta quedas bien protegido. No es total la cobertura que garantiza su pantalla regulable, pero sí que quita mucho como para rodar con comodidad a alta velocidad, y siempre con muy buena visión por delante.
Tiger 1200 Rally en off-road
Precisamente, con esta Pro es con la que iniciamos la segunda parte de la prueba, exclusivamente en campo y calzada con neumáticos de tacos Michelin Anakee Wild, homologados para este modelo.
Tenía dudas de si su largo desarrollo iba a suponer un inconveniente, pero no, al estar tan lleno su motor en el bajo régimen puedes ir modulando con el gas sin apenas preocuparte del embrague porque no es fácil calar el motor.
Para este tipo de terrenos, la Tiger 1200 Rally cuenta con dos modos específicos, además del personalizable: el Off-Road y el Off-Road Pro. Estos modos sólo se pueden accionar cuando la moto está parada, para evitar su accionamiento por error en asfalto y quedarnos sin ABS. Por otro lado, si paras el motor tras haber estado circulando con alguno de esos dos modos, se inicia de nuevo con el Road pero te indica si quieres volver al que venías utilizando simplemente apretando el botón de “OK” del joystick.
Aparecen los senderos de barro
Probé ambos modos y me gustó tanto la puesta a punto del ABS que dediqué gran parte de la jornada con el modo Off-Road, sobre todo cuando nos metimos en unos senderos con mucho barro y subidas y bajadas más complicadas. El freno trasero, que lo noté algo blando en carretera, me encantó en tierra porque ayuda a frenar la moto pero no te provoca el calado del motor a la mínima como ocurre con la Tiger 900, por ejemplo. Las suspensiones las mantuve en una posición cercana al Sport, pues hice un par de topes con la horquilla y con tanto peso me sentía más seguro con la moto más firme, sin llegar a ser una tabla.
Conclusión y valoración
Triumph plantea una maxi trail realmente eficaz tanto en asfalto como fuera de él. Aunque su rueda delantera de 21” y las suspensiones de mayor recorrido la penaliza respecto de la GT cuando rodamos por asfalto, cuando se entra en el off-road todo son ventajas. Es decir, que si realmente se va a usar para un uso mixto, la Tiger 1200 Rally es la moto.
Sólo se le puede criticar el hecho de no poder incorporar el radar en la versión Pro, lo que obliga a adquirir la Explorer en el caso de querer contar con este elemento de seguridad.
En cuanto a precio, la Tiger 1200 Rally no es una moto barata ni mucho menos. Todo ese arsenal de equipamiento y componentes de calidad tienen un coste y hay que asumirlo. Lo bueno, es que una vez hecho el desembolso apenas se puede añadir poco más que las maletas, pues incorpora de serie prácticamente todo lo que se le puede pedir a una moto de este calibre.
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