Benelli es una marca que tiene muy claras sus raíces y sabe jugar con maestría la baza estética italiana que tan bien ha plasmado en su gama Leoncino. De hecho a día de hoy es una gran familia formada por la Leoncino 125, la Leoncino 250, la Leoncino 500/Trail y ahora culminada por la esperada 800 que como la 500 se desdobla en una versión orientada al asfalto y otra con una filosofía más dual.

De hecho hay diferencias sutiles y otras más evidentes que definen la personalidad de cada una. Por cierto, lo que sí comparten es el esmero por los elementos de diseño con el pequeño león sobre el guardabarros delantero y el logotipo “Leoncino” justo bajo el asiento.  

Estética y carácter bien definidos

Comencemos por lo que más se ve a simple vista: la visera del faro es más grande en el caso de la Trail, creando una imagen visual más potente y a la vez proporcionando algo más de protección, aunque alejada de una pantalla parabrisas. El escape es completamente diferente, pues el colector escala a un plano superior, desdoblándose en dos silenciosos, justo debajo del asiento para crear una vista de clara orientación scrambler. Y esto lo remata con una placa porta números con el “800” que le sienta realmente bien.

En el aspecto más técnico contamos con un mayor recorrido de suspensión que pasa de 130 mm a 140 mm en la horquilla invertida y también gana recorrido en el monoamortiguador que alcanza los 140 mm. Es importante recordar que este elemento es ajustable en rebote y precarga.

También hay dos diferencias definitivas entre ambas versiones y son la medida de la llanta, así como la elección de los neumáticos. Las llanta delantera pasa de 17 pulgadas a 19 pulgadas y los neumáticos de carretera (Pirelli MT60RS) se sustituyen por unos de orientación off-road: Pirelli Scorpion STR. Además la sección de la goma trasera pasa de 180 a 170 para tener una mejor maniobrabilidad en campo.

Como no podía ser de otro modo, el asiento sufre variaciones, ganando en altura en el caso de la versión Trail respecto a la de carretera: de 805 a 834 mm. También varía el peso, pues la Leoncino 800 Trail pesa 4 kilogramos más que la estándar.  

Una base probada

Comparten un motor de moderna concepción en el que destaca el par de 67 Nm a 6.500 vueltas y un bastidor multitubular que ya vimos en la Benelli 752S, aunque el basculante es nuevo. También tenemos las mismas dos pinzas de anclaje radial firmadas por Benelli y una gruesa horquilla (barras de 50 mm) sin regulación con vainas doradas que le sientan realmente bien.

Toda la iluminación es LED y la instrumentación es una moderna pantalla TFT aunque no ofrece ordenador de a bordo que sería un elemento muy de agradecer ya que se ha hecho el esfuerzo de montar un elemento tan actual y vistoso que sí admite ajustes de visualización. En él podemos visualizar la marcha engranada, la hora o el nivel de combustible como elementos más destacados.

Como son motos de claros matices diferenciales, Benelli España nos propuso una ruta con cada una para disfrutar de su esencia en diferentes escenarios.  

Benelli Leoncino 800 en acción

Lógicamente la ruta fue 100% por carretera. No fue larga, unos 60 kilómetros aproximadamente, pero sí me sirvió para hacer una importante evaluación de sus aptitudes y comportamiento.

Me pude subir a su asiento con relativa facilidad, a pesar de mi estatura más bien baja: 1,66 m. Ergonómicamente es una moto amable que no fuerza ninguna extremidad, por lo que el confort a los mandos está garantizado desde que comienzas a rodar. El motor tiene un tacto suave y muy progresivo, aunque no está exento de unas vibraciones que podrían estar más bajo control.

La movilidad es buena a baja velocidad y el manillar ancho ayuda a maniobrar con soltura, y más teniendo en cuenta que estamos ante una moto pesada: 222 kg en orden de marcha. De hecho es una moto que a pesar de su buena dotación en la parte ciclo, está alejada de cualquier dinamismo deportivo, tal y como pude comprobar cuando encontramos una carretera en la que disfrutar de sus capacidades. El motor gira muy a gusto en el medio régimen y solo saca su lado más temperamental cuando buscamos la zona más alta el cuenta revoluciones. Pero ahí no se siente en su margen ideal porque las vibraciones se hacen más ostensibles e incluso afectan a la visibilidad por los espejos, aunque tampoco representa un problema porque no pierden totalmente la nitidez. Por cierto, están colocados en una ubicación que ofrece una buena visión.

Los cambios de dirección no son muy rápidos aunque la rueda delantera pisa con determinación e infunde confianza a la hora de trazar por donde queremos. Las inclinaciones más acusadas están garantizadas por los Pirelli MT60RS, unas gomas muy resolutivas en asfalto a pesar de su dibujo mixto. Pero como decía, ni por dinamismo ni por postura de conducción ofrece un tacto deportivo. Para eso ya está la 752S.

El tacto de la frenada no es todo lo contundente y sensible que me esperaba con esas pinzas de anclaje radial pero cuando tiramos a fondo de la maneta encontramos toda la potencia necesaria. Por cierto es regulable igual que la del embrague.

Cuando volvíamos al hotel para hacer el cambio de moto, sí noté que su amplio y precioso asiento resulta un poco duro.  

Benelli Leoncino 800 Trail en acción

Cambiamos de moto para buscar una zona de pistas pero antes tuve que subirme y con mi 1,66 m me costó un poco más, llegando al suelo de puntillas. Iniciamos el el trayecto y el tacto de la moto me resulto sutilmente más agradable.

Al alcanzar la tierra algunas de los aspectos comentados cobraron más sentido. La progresividad del motor que me parecía quizás demasiado lineal, aquí se agradece mucho. Y lo mismo con los frenos que se dosifican mejor en un terreno más delicado. Una pena que no se haya podido homologar con ABS desconectable.

La moto admite la conducción de pie muy bien, y solo eché en falta un poco más de fijación en la zona de las rodillas, y eso que tiene una moldura diferente respecto a la versión de carretera para facilitar precisamente esto. Aquí los Scorpion Rally STR demostraron sus buenas cualidades, permitiendo a la moto traccionar muy bien, y que derrapaba de forma muy controlada. Pasamos un buen rato en un terreno sencillo pero vetado si tienes una moto 100% de asfalto y esta es la gracia de este tipo de modelos: uso intensivo en ciudad y carretera al que se suma un interesante uso en pistas y trialeras sencillas. Para esto la llanta de 19 pulgadas es también definitiva porque la moto era muy manejable y se “tragaba” todos los baches y piedras con total entereza, algo a lo que contribuye ese extra de recorrido de suspensión.

En cuanto a la transmisión, el embrague antirrebote que incorpora viene francamente bien en las reducciones de marchas más apuradas, siendo un punto a su favor en lo que ayudas a la conducción se refiere. El cambio de marchas funciona correctamente, sin imprecisiones de relevancia, aunque el tacto de la maneta me resultaba un poco duro.

La ruta no dio para mucho más, aunque su precioso depósito de 15 litros hubiese permitido cubrir con facilidad unos 250 km, pero sí fue suficiente para demostrar que Benelli ha lanzado una moto competente en lo que a dinamismo se refiere, siempre y cuando entendamos su filosofía scrambler, más bien tranquila.  

Conclusión y valoración

La Benelli Leoncino 800 es una “atrapamiradas” de manual, especialmente la versión Trail que no solo ofrece más en estética sino que además aporta un horizonte de uso más variado y por lo tanto interesante. Cierto es que me esperaba un propulsor más enérgico pero no es menos cierto que está perfectamente adaptado a la esencia de la moto.

Benelli Leoncino 800 Trail 2021-2024

Precio: 8290 € | Potencia: 76.2 cv | Motor: 754 cm³

Los destellos de vanguardismo y calidad abundan, y ese es otro de sus puntos fuertes. En general estamos ante una moto con una personalidad arrolladora a la que le sobran algunos kilos para haber ganado en agilidad de reacciones. Aún así es una moto sencilla en lo que a conducción se refiere y esto es ideal para los poseedores del carnet A2, ya que es una moto limitable para esta licencia.

Quizás el precio no entra en un margen extremadamente competitivo si atendemos a los 8.090 euros que cuesta la versión estándar y los 8.590 euros de la Trail, sin duda la que yo elegiría. En esos márgenes hay marcas muy asentadas con productos muy competentes, aunque ninguna aglutina las cualidades de esta Benelli Leoncino 800 que está casi sola en el mercado scrambler de media cilindrada, refiriéndome a unos 75 CV de potencia en dos cilindros. Se me ocurren dos: CFMOTO CL-X700 Heritage (7.195 euros) y Ducati Scrambler Icon (9.490 euros).