La marca asiática especializada en motos y scooters de baja cilindrada eleva notablemente sus aspiraciones con esta nueva familia MBP que destaca por elaborado diseño y calidad de componentes, metiéndola de lleno en el competido segmento de las motos específicas para el carnet A2. Y fuimos a Barcelona para probar el primer modelo de unos cuantos que están por venir en diferentes estilos y animados por el propulsor de dos cilindros paralelos que impulsa a esta M502N.
Naked de vanguardia
Nuestra protagonista apuesta por un diseño actual y una lograda apriencia de moto grande que en general transmite espíritu deportivo y avanzado, pues además emplea ópticas LED.
Aunque lo que más define a esta nueva generación de Keeway es la elección de componentes de primeras marcas para equipar la parte ciclo. Kayaba, J.Juan, Bosch o Pirelli son las elegidas para asegurar que estamos ante una moto competente en apartados tan relevantes como los neumáticos, los frenos o la suspensión. Y es que con algo más 47 CV de potencia declarados, ya estamos frente a una moto capaz de desplegar unas prestaciones muy dignas en diferentes escenarios, pues la ciudad, la carretera o autovía van a constituir su hábitat natural, ya que es una máquina destinada a esas personas que quieren aprender a moverse en una moto ya de cierta entidad.
El nuevo motor de esta M502N no es el que hemos visto en las Benelli TRK502 o Leoncino 500, una firma totalmente hermanada con Keeway a nivel empresarial, pues ambas pertenecen a Qianjiang que a su vez está bajo el paraguas gigante automovilístico chino Geely. Sin embargo, esta mecánica es diferente y está basada en unas medidas estándar inspiradas en las que Honda usa en su gama CB de 500 cc y que han replicado algunos fabricantes chinos variando ligeramente sus cotas internas. Esto hace que dispongamos de la citada potencia máxima legal para el carnet A2 y de una cifra de par 45 Nm a 4.50 rpm's.
A la altura de las mejores
Ahondando en su parte ciclo, destaca la horquilla invertida KYB que reclama atención gracias a las vainas doradas. Delante cuenta con dos discos de 300 mm y sendas pinzas de doble pistón firmadas por J.Juan, una marca que adquirió Brembo hace no mucho tiempo. El sistema ABS de doble canal está suministrado por Bosch. El monoamortiguador trasero, también es KYB, con sistema progresivo de bieletas y la posibilidad de ajuste en precarga. Por último están los neumáticos que “calza” de fábrica, unos Pirelli Angel ST. Esto la sitúa en buena línea con lo que equipa su nutrida y bien armada competencia.
Un nuevo bastidor de estructura perimetral de acero junto a un basculante del mismo material, conforman la estructura de la moto que tiene un generoso depósito de combustible de 17 litros. Con 1.420 mm de distancia entre ejes tenemos una moto más bien compacta que va a facilitar su manejo. No tanto los 197 kg que declara la marca, al menos en parado.
En cuanto a su equipamiento, decir que la pantalla digital es muy vistosa aunque no muy evolucionada en cuanto a información, pues no tiene ordenador de a bordo, por ejemplo, aunque podemos visualizar en la parte inferior la marcha engranada. También se puede ver el nivel de combustible o la hora, aunque el resto de los parámetros son un poco pequeños. Algo a destacar es que ambas manetas son regulables.
A nivel visual es una moto que transmite cuidado en su fabricación, con buenos ajustes y un diseño elaborado, luciendo una apariencia robusta en la que destacan las aletas delanteras y esas tomas de aire traseras a ambos lados del asiento que le dan un aspecto original. La singular apariencia de la óptica delantera me recuerda inevitablemente a las que usa actualmente Suzuki en la GSX-S950.
Acción en dos cilindros
Tenía muchas ganas de ponerme a los mandos y por fin llegó el momento. Es una moto que me lo puso fácil desde el primer instante, pues aunque mido 1,66 m, el asiento está situado a 790 mm del suelo. Esto hace que en parado alcanzase con cierta facilidad el suelo con ambos pies, aunque sin poner la planta entera.
Arranqué y tanto el sonido como las vibraciones en parado están muy controladas, así que engranamos la primera y salimos casi directamente a un carretera plagada de curvas. El motor tiene una respuesta muy lineal en la parte baja del cuentavueltas. Es perfecto para gente con poca experiencia.
En cuanto a posición de conducción, me encontré perfectamente integrado ya que es una postura que no fuerza ninguna de las extremidades. Las piernas no van muy retrasadas y elevadas mientras que los brazos caen con naturalidad sobre el manillar alto y ancho. A baja velocidad durante los primeros cientos de metros se movía con soltura a la hora de zigzaguear y me apoyaba bien el motor con un suave rodar a bajas vueltas.
Y cuando rápidamente encontramos un tramo de curvas, la moto también mostró una buena maniobrabilidad, poniendo de manifiesto que se han elegido unas acertadas geometrías de dirección. A pesar de que no es ligera, en marcha se siente ágil sin llegar a ser extremadamente rápida de reacciones. En este sentido, transmite menos deportividad de lo que su estampa sugiere. Tampoco ayuda que los avisadores de las estriberas rascaban con bastante facilidad; cierto es que tienen una longitud un poco más larga de lo normal pero el caso es que no era lo mejor cuando pretendía sacar el máximo del conjunto en curvas. Es evidente que se agradecería tener una mayor distancia libre al suelo desde las estriberas para potenciar su lado más deportivo.
Equilibrio general
Y en este contexto, el motor, ya llevado a una zona de rendimiento media-alta mostraba una cara mucho más temperamental, con un sonido más bravo y poniendo a mi disposición unas prestaciones ya muy dignas. Se siente especialmente bien entre las 4.500 y las 6.500 vueltas. Y eso requiere un equipo de frenos que contenga todo el peso del conjunto con eficacia. En este sentido, la MBP M502N ofrece todo lo que uno necesita, pues contaba con la potencia necesaria para detener la moto gracias a esos dos grandes discos delanteros. El tacto no está demasiado logrado, pues resulta algo duro y falto de sensibilidad en la primera parte del recorrido, siendo necesario llevar la maneta a fondo para encontrar toda la potencia de frenado. El ABS funciona correctamente aunque en alguna ocasión se accionó con algo de prisa, probablemente debido a este tacto al que debemos acostumbrarnos en el freno delantero. El trasero cumple su función con total corrección.
Las suspensiones de mostraron un buen equilibrio con el resto del conjunto, resultando confortables en su tarado tirando a blando y a la vez cumpliendo también cuando el ritmo aumentaba y necesitaba sentir cierta consistencia, tanto al apurar las frenadas como al salir acelerando. Están perfectamente adaptadas a los casi 48 CV de potencia que es capaz de emitir el propulsor, que en la parte más alta sí transmitía vibraciones más ostensibles. Por cierto, los espejos retrovisores están bien ubicados, no sobresalen apenas del ancho del manillar y ofrecen una buena visión de lo que sucede detrás.
Los neumáticos Pirelli son un acertado complemento, pues garantizan que tengamos buenas sensaciones en cualquier circunstancia y la impresión es que esta M502N podría proporcionarte buenas dosis de diversión, especialmente si tus aspiraciones deportivas son las de alguien sin demasiada experiencia.
El cambio de marchas colaboraba con un funcionamiento bastante preciso y las relaciones bien escalonadas para extraer todo el potencial del motor. La maneta proporcionaba un tacto correcto para engranar las marchas con facilidad y el punto muerto aparecía siempre sin problema.
Conclusión y valoración
No es sencillo acertar con una moto a la primera y esta nueva división “premium” de Keeway ha comenzado bien con esta MBP M502N. Es una moto atractiva desde el punto de vista del diseño, con interesante hechuras de máquina grande y esto resulta ideal para la gente con poca experiencia y muchas ganas de aprender. Es accesible en cuanto a altura y resulta dócil tanto por motor como por manejabilidad. La experiencia de conducción me ha resultado buena pero quizás no esté a la altura de las mejores, al menos de la Honda CF500F, la indiscutible reina del segmento. No olvidemos que también hay motos de la talla de la Yamaha MT-03 (algo menos potente) o la Kawasaki Z400 (más cara), y opciones más directas como la Voge 500R (un poco más económica). Está claro que llega a un segmento tremendamente difícil donde ha llegado para reclamar un sitio gracias a su buen planteamiento general.
Y algo que va a determinar en buena parte su éxito es el precio: 5.999 €. No es ninguna ganga, ni lo pretende. Está claro que China trabaja cada vez con más calidad en todos los sentidos y eso se paga. El simple hecho de estar impulsada por un motor de concepción moderna y de dos cilindros paralelos, junto al de haber apostado por unos componentes de buen nivel, ya condiciona este aspecto y esta Keeway está a un interesante punto medio.
Lo que me ha dejado claro en la primera toma de contacto la M502N es que resulta agradable a los mandos, siendo ideal como moto práctica a la que le podemos sacar mucho partido como moto diaria y de fin de semana. Es menos deportiva de lo que sugiere pero en líneas generales competente, tal y como pude comprobar en la breve ruta que hicimos por los preciosos y revirados aldededores de Barcelona.