Hasta la llegada de esta Cromwell 1200, Brixton había seguido el camino emprendido por la mayor parte de las denominadas marcas “chinas”. Abrieron mercado con las Cromwell 125, siguieron con las incomprendidas Cromwell 250 para el A2 y después pasaron a las 500, con la familia Crossfire. Pero en este punto, la compañía austríaca se ha desmarcado de su competencia, que se han seguido avanzando con las 600-800, y se ha saltado ese escalón de las medias cilindradas para aventurarse en el de los motores “gordos”.
Es cierto que lo hacen en un segmento, el de las motos de estilo clásico, en donde no se exigen cifras de potencia exageradas ni una electrónica de última generación, aunque sí que se demanda suavidad de funcionamiento y una estética lograda. En Brixton son conscientes de que son una marca joven y que la Cromwell 1200 no es la moto con la que tengan que hacer caja ni reventar el mercado. Este modelo no es más que una demostración de poderío, de transmitir de lo que son capaces de desarrollar de cara a que su cliente de motos más pequeñas vea en ellos una marca en la que confiar. Es un punto de vista interesante y el tiempo dirá si es acertado o no. Pero de momento vamos a centrarnos en esta Cromwell 1200, que es para lo que hemos viajado a localidad de Gavá, en Barcelona, donde se ha celebrado la presentación oficial a la prensa, con en una toma de contacto de algo más de 100 km por carreteras de montaña en las proximidades de la Ciudad Condal.
Estética familiar
Sonido brutal, comportamiento domesticado
La puesta en marcha viene acompañada del bramido de su propulsor de dos cilindros en línea y refrigeración líquida cuya cilindrada alcanza los 1.222 cc. Es un sonido muy bien conseguido, para mí uno de los atractivos de esta Cromwell 1200.
Entramos en carretera y conforma incrementamos el ritmo vamos descubriendo nuevas facultades. Se mantiene la suavidad en la entrega incluso a alta velocidad. Y es que sus desarrollos son largos, sobre todo la quinta y la sexta. No se quedan descolgadas, pero lo cierto es que si se pretende llevar una conducción más deportiva, la cuarta marcha es la más efectiva. Yo creo que es una moto más enfocada al paseo de disfrute y tiene par más de que sobra para llevar el motor más desahogado en una relación larga.
No hace falta decir que enseguida pasé al modo ECO de nuevo, que para nada es apagado y permite alcanzar un buen ritmo enseguida. Y es que una de las cosas que más me han gustado es que es una moto con la que enseguida te sientes cómodo circulando, no pide período de adaptación y que logra que te sientas seguro desde el principio. Parte de su secreto se encuentra en la parte ciclo, con componentes, a priori poco sofisticados, pero que en la práctica se muestran muy efectivos.
Buen apoyo en curvas
Las suspensiones son KYB, destacando sobre todo la horquilla por su suavidad a la hora de absorber los baches pero con firmeza suficiente para no doblegarse en las apuradas o en el paso por curva. Los amortiguadores traseros tienen una respuesta algo más seca pero se mantienen igualmente efectivos cuando la moto está inclinada y soportando el peso del conjunto.
Nissin aporta todo el equipo de frenos, encontrando en el tren delantero, de nuevo, lo más destacado. Me ha gustado ese doble disco delantero por contundencia y por facilidad para dosificar. El trasero también tiene una respuesta dulce, pero quizá peca de excesivo recorrido cuando se le pide algo más. El ABS en el que se apoya la frenada ha sido desarrollado por Bosch y no es nada intrusivo, lo que se agradece de forma notable.
Conclusión y valoración
Me ha sorprendido que Brixton haya desarrollado una moto de este calibre en su primer intento, es una moto que se sitúa por encima de las expectativas que yo mismo me había creado. Claro que le faltan detalles por pulir, sobre todo de algunos acabados y más si la comparamos con sus rivales. O con su rival, mejor dicho: la Bonneville T120. La británica es competencia en cuanto a filosofía y/o tipo de cliente, pues es cierto que Brixton, como marca, todavía está lejos de la reputación de la compañía británica.
Se apoya en un motor de suave entrega, sobre todo en el modo ECO, y en una parte ciclo muy equilibrada repleta de elementos fabricados por marcas de renombre.
Su precio ha levantado polémica pues hay usuarios que entienden que es elevado para ser una moto de un fabricante “menor”. Yo entiendo que independientemente de la procedencia de una moto, en cuanto se apuesta por componentes de primeras marcas y por un producto de mayor calidad, el precio se resiente. Y es que nadie vende duros a pesetas -o euros a céntimos, para que lo entiendan los más jóvenes-.
Videoprueba
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