La propia denominación ya deja muy claras las intenciones de la última incorporación al catálogo de la marca Española de coches en materia de scooters eléctricos. Se trata de una versión que propone más prestaciones y además lo acompaña con una serie de mejoras para que su eficiencia dinámica lo haga más deportivo en cuanto a sensaciones. Y eso no es todo pero antes de comenzar a desgranar con más detalle esas evoluciones y contaros las sensaciones de conducción en esta primera toma de contacto, es reseñable que Seat también acaba de anunciar el lanzamiento del Mó 50, lo que conforma ya una gama de tres scooters eléctricos, dejando muy claras sus intenciones sobre la fuerte apuesta que está haciendo en lo que a movilidad urbana cero emisiones se refiere.
Para los que no lo sepáis, Seat y Silence tienen un acuerdo para que la marca de coches pueda desarrollar su gama partiendo del modelo S01, cuyo parecido es más que evidente a todos los niveles. Aunque Seat quiere cada vez ser más autonónomo en el planteamiento de sus productos, tal y como nos aseguraron en la charla de presentación. Y contar con el respaldo de Seat es toda una garantía en temas de posventa.
Más dinamismo y deportividad
En esta ocasión hemos ida a probar el tope de gama en todos los sentidos, ya que también estamos ante el modelo más caro de todos pero tiene buenas razones para serlo. El Seat Mó 125 Performance plantea un salto de calidad en cuanto a sensaciones a los mandos pero también procura más comodidad para la persona que pilota gracias al asiento de nuevo diseño y con mejores materiales: doble alcantara. Parece un detalle menor pero habiendo probado el Seat Mó 125, digamos estándar, es una buena noticia porque no resultaba especialmente acogedor.
También resulta crucial el hecho de que las suspensiones suban de nivel junto con los frenos. Lo más destacado es el amortiguador trasero con botella de gas separada firmado por la prestigiosa compañía Öhlins con la que se ha colaborado para crearlo ex-profeso; es multiajustable. En España, la marca sueca está importada por la empresa Andreani y junto a ella también se ha trabajado en una horquilla con mejores especificaciones. Y para diferenciarla y emparentarta con el amortiguador, luce un acabado dorado en las barras.
En cuanto a los frenos, la reconocida empresa española Galfer se ha encargado de proporcionar nuevas pastillas y discos para poder contar con una fuerza de retención más eficaz. Para asegurar la frenada cuenta con un sistema combinado pero se echa en falta un ABS de doble canal que lo haría todavía más competente.
Con "turbo"
El motor ubicado en la rueda es el mismo pero reprogramado para ofrecer un mayor pico de potencia que puede llegar hasta poco más de 15 CV, hace que contemos con un extra interesante. Pero lo mejor es el sistema eBoost que permite elevar la velocidad punta hasta los 110 km/h, una ganancia de unos 15 km/h. Se activa cuando vamos en el modo Sport al circular a máxima velocidad y nos permite mantener esa punta de más durante unos 20 segundos. Esto busca facilitar los adelantamientos para hacer más seguros los desplazamientos en vías de circunvalación. No se puede volver a usar hasta transcurridos un par de minutos.
Tiene tres modos de conducción para poder preservar el nivel de la batería: Eco, City y Sport. Además tiene un botón de marcha atrás en la piña izquierda. Está claro que las prestaciones de cada modo van a condicionar de manera clara la autonomía y las prestaciones. Unos 65 km/h de punta en el Eco, 80 en el City y 95 en el Sport. En este último modo el consumo de batería es muy alto y hay que dosificarlo muy bien porque no haríamos más de 70-80 km.
En cuanto a la batería, es la misma: 5,6 kW/h que da para un máximo de unos 140 km en condiciones ideales, es decir, en el modo Eco. Pero esto limita mucho las prestaciones y vamos a usar con frecuencia los otros dos, por lo que la autonomía va a variar mucho, también dependiendo de nuestro estilo de conducción.
La batería pesa mucho, unos 40 kg y por eso contamos con un sistema tipo trolley que funciona muy bien. Tambien tiene una toma externa para aquellas personas que tengan una conexión en su propio garaje. Lo malo es que el tiempo de carga es alto; entre 6 y 8 horas.
Estamos ante uno de los scooters eléctricos mejor resueltos en cuanto a capacidad de carga: dos cascos integrales bajo el asiento. Además contamos con una plataforma plana que posibilita llevar alguna cosa y ofrece buen espacio para los pies. En cuanto al sentido práctico, destacar que tiene dos tomas USB al lado izquierdo de la columna de dirección.
El propio concepto del scooter con su llanta delantera de 15 pulgadas y el bastidor de columna baja hace que sea ligero (150 kg con la batería), estrecho y corto, perfecto para moverse en ciudad, pero esto hace que la protección no sea uno de sus puntos fuertes, ya que la pantalla parabrisas ahumada es testimonial y la carrocería no colabora mucho en este aspecto debido a sus reducidas dimensiones.
En marcha
Arrancamos en silencio desde Casa Seat, el espectacular edificio en pleno corazón de Barcelona, para recorrer la ciudad y sus alrededores. Como ya había probado el Mó 125, las sensaciones eran muy familiares para mi. Es un juguete en nuestras manos, se mueve fácil y rápido aprovechando la briosa respuesta del motor. Es cierto que en el modo City es muy progresiva la aceleración pero en cuanto optamos por cualquiera de los otros modos, la respuesta es más enérgica e instantánea. Incluso en el modo Sport es un poco brusca pero es cuestión de acostumbrarse. Por pedir, no le iría nada mal un control de tracción para ayudar a lidiar con todo el par que llega de golpe a la rueda trasera.
Rápidamente noté que las suspensiones proporcionan unas sensaciones de más calidad. La horquilla era antes sumamente blanda pero ahora es más consistente y el filtrado de los baches se hace de forma más progresiva. Va mucho más aplomado y la horquilla además permite que el uso del freno sea más efectivo porque no se hunde tanto. No tiene un tacto muy fino en cuanto a dosificación pero ofrece potencia de sobra cuando apretamos a fondo la maneta de freno. Por cierto, ambas son regulables.
A la hora de ir deprisa es cuando más se nota el contar con unas mejores suspensiones y esto me hizo disfrutar en los pocos tramos de curvas que pudimos recorrer. Podía apurar un poco más la frenada y al tumbar la estabilidad es buena para trazar con precisión, con unos neumáticos Pirelli Angel para scooter que funcionan a la perfección, al menos en seco.
En el tramo de autovía también pude probar el eBoost del motor para poder disfrutar de una mayor velocidad punta. Es un recurso interesante que dura lo justo ya que si no la batería sufriría una merma importante. En cuanto pasan esos 20 segundos de gloria la velocidad pasa automáticamente a 95 km/h. Y aunque lo intentes ya no puedes contar con ese "turbo" hasta que pasen unos minutos.
Algo que también percibí y disfruté durante toda la ruta fue el nuevo asiento que no solo es más vistoso y confortable sino que además proporcionar más agarre, ya que el otro hacía deslizar un poco el culo.
La maniobras en parado se hacen con facilidad, con un asiento 805 mm del suelo que resulta bastante accesible aunque no sea bajo. Mido 1,66 m y llegaba con la puntas bien plantadas. Llama la atención que no tiene un ragio de giro muy favorable y la dirección hace tope más bien rápido al girar. Pero lo compensa con la sensación de ligereza que transmite en todo momento y una excelente maniobrabilidad a cualquier velocidad.
Conclusión y valoración
Seat busca una clientela más exigente en todos los sentidos con este nuevo Mó 125 Performance que destaca por ese halo de exclusividad que proyectan las suspensiones doradas. Preserva todo el sentido práctico pero pone el acento en unas sensaciones de conducción más estimulantes y eso tiene su precio. Concretamente es unos 1.700 euros más caro que su hermano sin apellido Performance, una cifra creo que bastante justificada por todas las mejoras que ofrece.
Estamos ante un modelo cuyo precio oficial es de 8.350 euros pero con el plan Moves de ayuda hay un descuento de 2.000 que lo deja en 6.350 euros. Es caro, sin duda, como la mayoría de los scooters eléctricos que no son baratijas chinas poco recomendables. Además Seat ofrece una garantía de 4 años o 40.000 kilómetros y creo que es un detalle importante.
Para mí, la autonomía continua siendo el punto débil aunque cuenta con la suficiente como para hacer tu vida en la ciudad sin muchas complicaciones. El caso es que en origen o destino siempre puedas ponerlo a cargar. Es el equivalente a un 125 y los kilómetros que se hacen a diario con estos scooters no suelen ser demasiados. Pero el precio frente a ellos sigue siendo un handicap, ya que se asemeja más al de un 300 o 350. A su favor cuenta con que no hace falta licencia específica si tienes el carnet de coche con más de tres años de experiencia. Y recalco lo que he comentado antes respecto a la frenada: un sistema ABS sería lo ideal.
Po cierto, no le falta conectividad gracias a una app dedicada, My Seat Mó, que permite controlar diferentes parámetros del scooter como el estado de la batería o la ubicación. También se puede emplear para encender el scooter y abrir el hueco del asiento.