QJ Motor es una marca que como se suele decir, llega pisando fuerte. Su lanzamiento ha sido muy reciente y ya dispone de una línea de motos interesante porque se centra en segmentos clave del mercado, dejando de momento de lado los scooters que tampoco tardarán mucho en llegar.

De momento el segmento naked, el trail y el custom son sus primeros objetivos. Y por supuesto los poseedores del carnet A2. Como la mayoría ya sabréis es una firma china propiedad de Qianjiang Motorcycles y llega bajo el paragüas de un gran grupo de automoción, Geely. Esto hace que QJ Motor cuente con jugosos recursos tanto económicos como industriales como para tratar de hacerse un hueco con cierta rapidez en la escena internacional, algo que incluye a Europa, uno de los mercados más exigentes.

Y llega con sólidos argumentos, ya que desde el punto de vista del precio entra de forma muy competitiva, con importantes descuentos de lanzamiento que ya os contaré al final y también con una garantía de seis años que es única en el mercado. Pero no son los únicos ya que todas cuentan con iluminación LED, pantallas digitales y en la parte ciclo encontramos horquillas invertidas y algunos modelos con pinzas de anclaje radial. Así que sobre el papel son motos bien equipadas y con diseños elaborados. 

Un primer vistazo

Como son cinco motos, primero vamos a centrarnos en el producto y luego os voy a contar como transcurrió la jornada que fue muy intensa; un no parar de hacer curvas y fotos con diferentes motos. Fue entretenido y la vez poco exigente en cuanto a que te obliga a hacer una adaptación continua a una nueva moto que llevas entre las piernas en trayectos que no fueron muy largos. Pero fue suficiente para “entender” cada una de las motos y contaros nuestras primeras e importantes impresiones.

Primero me puse a los mandos de la SRK700, una naked de aspecto muy futurista y afilado impulsada por un motor de dos cilindros en línea de 700 cc con 74 CV. Por supuesto limitable para el carnet A2.

El siguiente cambio de motos me hizo subirme a la SRV300, una máquina custom de aspecto muy moderno, larga y baja, como debe ser. Está propulsada por una mecánica en V cuya cifra máxima de potencia es de 30 CV.

Más tarde llegó el turno de la SRV550, una coqueta naked de estilo moderno con toques retro. En su chasis tubular alberga un motor de dos cilindros paralelos y 550 cc con una potencia de 47 CV, una naked perfecta para los que buscan estilo y una moto para iniciarse con el A2.

La próxima moto sería la SRT550, con un motor también de dos cilindros paralelos y 47 CV con idéntica cilindrada. Se trata de una trail específica para el carnet A2 con muy buenas hechuras aventureras que apuesta por la estética, el confort y la versatilidad de uso.

Y la última sería la tope de gama actual, la SRT800 X, una imponente trail-adventure con un propulsor de dos cilindros paralelos y 76 CV de potencia, también limitable para el carnet A2. Destaca por sus llantas de radios y en medida delantera de 19 pulgadas, y está acompañada en la familia por la SRT800 que está plenamente enfocada a la carretera con sus llantas de 17 pulgadas.

Y tras esta breve presentación de cada una de las protagonistas, ahora os voy a contar una por una las claves a los mandos que definen a grandes rasgos su personalidad.

QJ Motor SRK700

La clave de esta moto es el estilo y el motor. Si te gustan las naked limitables para el carnet A2 de formas angulosas, esta SRK700 es una moto que te puede encajar muy bien por varios motivos.

Para mi lo más importante es el motor que ofrece un rendimiento competente en cuanto a tacto y prestaciones. Vibra, pero no en exceso, y cuenta con un medio régimen muy alegre que te hace disfrutar en tramos de curvas. Ahí se puede aprovechar una parte ciclo que sin grandes destellos de componentes de calidad, hace que la moto se note afianzada y con una agilidad buena sin llegar a ser ultra rápida en los giros. Las suspensiones tienen un ajuste correcto y permiten ir a un ritmo alto con sensación de confianza. Y los frenos también responden con la potencia necesaria, aunque con menos de los que te esperas cuando ves una pinza de anclaje radial. No tiene un tacto exquisito pero responde a la perfección cuando tiramos a fondo de la maneta. Y el ABS no resulta intrusivo.

Por otro lado, el cambio de marchas me pareció que funcionaba con total corrección. La postura de conducción es agradable y muy naked de corte deportivo, ya que las piernas van retrasadas y algo elevadas. Y aunque la ruta no fue muy larga, sí me pareció que el asiento era cómodo. En general es una moto fácil, perfecta para las persona que desean comenzar a coger el tacto a una naked de cierta entidad, ya que un motor así ya ofrece un rendimiento importante si buscamos cada uno de los caballos que lleva dentro. La instrumentación es de aspecto moderno pero realmente muy básica en cuanto a la cantidad de información que ofrece.

El precio es de 6.699€ para la versión limitada a 35kW y de 6.962 para la “full power”. Una cifra razonable si tenemos en cuenta el baremos en el que se mueven las motos de este estilo.

QJ Motor SRV300

Me acomodé a su asiento bajo con todo el gusto del mundo y estiré las piernas para alcanzar los mandos avanzados. Me apetecía un poco de custom y esta moto me pareció un caramelito por su cuidado aspecto y lo bien que saben los kilómetros sobre su asiento al ser impulsados por un motor delicioso.

A pesar de contar con 30 CV y 296 cc, este propulsor en V tiene un tacto muy bueno y responde bien en todo momento, con un apreciable poder de recuperación. Además se ha logrado una nota de sonido muy característica y petardeante que libera su escape largo y bajo. Mola mucho sentir ese aplomo y esa agilidad a la vez, derivadas de su llantas de 16 delantera en combinación con una de 15 detrás. Las suspensiones, con una horquilla delantera y dos amortiguadores traseros, cumplen a la perfección con el trabajo que les llega para hacer sentir en todo momento la moto perfectamente asentada. Y razonablemente cómoda en cuanto a las reacciones que sentimos en la espalda. Se ve bien por los espejos retrovisores y no reciben más vibraciones de la cuenta, porque el motor está bastante afinado.

Por supuesto que las inclinaciones un poco acusadas hacen que las estriberas avisen de que hemos alcanzado el límite pero esto es algo consustancial al concepto “long and low” del género custom. Nada que objetar, aunque es necesario decir que el tacto del freno delantero es muy mejorable, ya que apenas tiene recorrido y es duro. Me gustó el diseño de su pantalla que es una esférica y con la información digital, haciendo un guiño de vanguardia y otro clásico, como el resto de la moto.

Su precio es de 4.799€ y lo mejor es que apenas tiene competidoras en el mercado.

QJ Motor SRV550

Cuando me subí a la moto que apuesta más claramente por la estética, noté que la postura de la SRV550 era muy natural, con el manillar más bien ancho y un poco elevado, lo que plantea un triángulo ergonómico nada forzado, confortable.

Al comenzar a rodar con ella me gustó mucho el tacto del motor y también el rendimiento; la entrega de potencia es lineal y tiene facilidad para subir de vueltas, lo que evidencia que el par llega pronto y bien. Así que comencé a divertirme ya que el conjunto se movía con rapidez y facilidad, apoyando en unas suspensiones con un ajuste equilibrado entre dureza y progresividad. Y además el tacto de los frenos me pareció más logrado que en sus hermanas y con la potencia necesaria para poder frenar tanto en situación normal como apurando.

Así que con un conjunto dinámicamente ágil y con aplomo tanto a alta velocidad como en los apoyos fuertes, me lo estaba pasando inesperadamente bien. Y lo digo así porque su aspecto elegante y sereno no hacía presagiar la animada conducción que plantea. Además el cambio apoyaba con precisión en las transiciones y un escalonamiento adecuado de las relaciones. Lo cierto es que me pareció una moto bastante redonda en la que el motor me pareció el elemento clave por su medio régimen muy jugoso y el tacto fino en cuanto a vibraciones y linealidad. La instrumentación me pareció que también encajaba muy bien en ese estilo neo-retro que está tan de moda, una moda que no pasa.

Su precio es de 5.999 €, una cantidad razonable pero no especialmente económica.

QJ Motor SRT550

Antes de subirte a esta moto y si eres un poco pequeño, como es mi caso, su voluminoso porte intimida un poco, pero sin razón porque esta SRT550 es una moto mucho más fácil de lo que parece.

Primero porque te puedes subir sin problema ya que la unión del asiento y el depósito es muy estrecha, y como el suelo se alcanza con relativa facilidad a pesar de mi 1'66m, pues infunde confianza. Es curioso que el asiento queda muy bajo respecto a la parte más alta del depósito (19 litros) y la silueta parece descompensada, haciendo presagiar que vamos a ir muy encajonados pero nada de eso. Cierto es que algunos compañeros que son más alto que yo comentaron que a ellos la posición de conducción les parecía un tanto extraña pero a mi no me lo pareció.

Una vez en marcha se muestra dócil y manejable a pesar de su porte de moto adventure total que la lleva a tener un peso de nada menos que 235 kg. Esto hace que la carrocería y la pantalla aporten protección, y por lo tanto confort. A esto también contribuyen las suspensiones cuyo tarado tiene un buen compromiso entre la suavidad que debe tener una moto así y la consistencia para poder frenar fuerte sin que se hunda demasiado ni transmita inestabilidad a ritmos elevados.

Curiosamente, nos dijeron que el motor no es el mismo que el de la SRV550, aunque tenga idéntico cubicaje y potencia, y lo cierto es que el tacto no era el mismo, resultando un poco menos fino en cuanto a vibraciones. Pero la potencia a medio régimen era igualmente muy aprovechable. El freno delantero no tenía un tacto muy dosificable pero cuando accionaba la maneta a fondo encontraba toda la potencia necesaria. Y una vez más, tal y como sucede con sus hermanas, el cambio ofrecía un funcionamiento bastante preciso, sin pega. Lo que más me llamó la atención es lo bien y fácil que se movía a pesar de su tamaño esta agradable SRT550.

Su precio es de 6.499€, una vez más resulta una tarifa competitiva y más si tenemos en cuenta que de momento las maletas son gratuitas, un regalo junto a la matrícula y el seguro.

QJ Motor SRT800 X

La moto tope de gama tiene un imponente aspecto que refleja con claridad ser el buque insignia. Si la silueta de la SRT550 es algo aparatosa, esta lo es sin el “algo”. Se trata de una moto muy grande y pesada (260 kg). Parece una auténtica moto maxi-trail dotada de rueda delantera de 19 pulgadas y ese es uno de sus buenos argumentos.

Y a esta si que me costó un poco subirme debido a que el asiento es ancho y un poco alto. Una vez encima, efectivamente la sensación es de ir en una moto viajera y aventurera, con mucho espacio para ambos ocupantes y una carrocería y pantalla que nos resguardan bien. Al menos a un tipo pequeño como yo. La sensación que tuve desde los primeros metros es que el centro de gravedad está un poco alto y a baja velocidad o en parado es una moto con la que debemos de tener tacto en el equilibrio ya que es un poco crítica si no dispones de un físico que acompañe, como es el caso. La manejabilidad está algo penalizada y las reacciones no son rápidas, sino que es una moto para circular tranquilamente disfrutando de los paisajes y de los ritmos más bien relajados.

El motor de dos cilindros paralelos no es el mismo que el de la SRK700 y eso me resulta algo extraño por lo que te voy a contar a continuación. Tiene dos caballos más (76 CV) pero un tacto menos refinado, donde las vibraciones son más ostensibles, aunque no es algo molesto. Por cierto, la posición de las piernas era quizás un poco más retrasada de lo que te esperas para una moto de este tipo pero no puedo decir que fuese incómoda. Es una mecánica más bien perezosa que no brilla en el bajo régimen y no sube rápido de vueltas pero que a partir del medio régimen tiene un funcionamiento más satisfactorio. La SRT800 X impone una conducción relajada debido a sus dimensiones y peso pero con un dinamismo agradable y noble en el que el confort es la nota predominante, algo que reafirman las suspensiones con un tarado progresivo y de reacciones suaves. Los frenos que tienen pinzas delanteras de anclaje radial cumplen con corrección pero sin brillantez en el tacto. El embrague antirrebote sería un elemento ideal para hacer la conducción más dulce ya que tiene a bloquear un poco en las reducciones aunque no sean drásticas. 

El precio de la SRT 800 X es de 9.999 € para la versión de 35 kW pero cuenta con una "promo" de lanzamiento que lo deja en 8.990€ y también incluye el regalo de las maletas, el seguro y la ya mencionada garantía de 6 años. La variante "full power" sube hasta los 10.449 € pero con la campaña se rebaja hasta los 9.343 € y también incluye las maletas y lo demás. 

Como os decía al principio, hay otro modelo 100% de asfalto denominado SRT 800 con llantas de 17 pulgadas cuyo precio es sensiblemente inferior: 9.499 € para el modelo de 35kW que queda rebajado hasta 8.490 € y las maletas de regalo. Y la "full power" sube hasta los 9.926 € pero con la promoción se queda en 8.823 € más todo el paquete gratuito de sus hermanas.