Este 2023 es un año importante para Peugeot pues supone el 125 aniversario de su nacimiento. Un hito que la marca gala ha aprovechado para revitalizar su catálogo con una serie de lanzamientos muy importantes en distintos segmentos. Dos de ellos, el XP400 y la PM-01, son los primeros en ser presentados a la prensa internacional, en un evento al que hemos sido invitados y que se ha desarrollado en la provincia de Málaga. Comenzaremos por el scooter, el XP400, que se convierte en la punta de lanza de la compañía gala en estos momentos.

Desde hace algunos años, en concreto desde que dejaron de producirse los Satelis y los Geopolis de mayor cilindrada, Peugeot se había centrado en el segmento de los scooters de 125 y en el de los ciclomotores, dejando como único representante de las gamas superiores al Metropolis de tres ruedas. Les faltaba, por tanto, un scooter de dos ruedas para asaltar el jugoso mercado del A2. Y es aquí donde aparece el XP400, que además se suma a esa corriente aventurera que se ha puesto de moda en los últimos meses y en la que confrontará de lleno con el Honda ADV350 y con el Kymco DTX 350.

Peugeot XP400 2023-2024

Precio: 6999 € | Potencia: 36.7 cv | Motor: 399 cm³

Imagen con garra

Ya vimos en esa comparativa de sus dos rivales que hay diferencias de planteamiento entre uno y otro, y podemos decir que el XP400 es más cercano en filosofía al japonés que al taiwanés. Es decir, no se trata de un scooter urbano con refuerzos en la carrocería y estética "adventure". Se trata de un scooter desarrollado para un uso dual, de ahí el montaje de unas suspensiones de mayor recorrido, un chasis reforzado y el montaje de unas ruedas más eficaces fuera del asfalto, tanto por la medida como por los neumáticos elegidos.

El XP400 se comercializa en dos versiones, Allure y GT. El primero, con llantas de palos como principal diferencia, es la versión de entrada, mientras que el GT, con ruedas de radios entre otros detalles, se sitúa como el tope de gama y es el que estuvimos probando en una ruta mixta de asfalto -carretera y ciudad- y campo.

Si en foto llama la atención, en directo el XP400 gana todavía más. Ofrece una imagen imponente desde todos los ángulos, con algunos detalles influenciados por los coches de Peugeot, como las luces diurnas en forma de garra. Pero en general es un vehículo original y con personalidad propia, tanto delante con el pico de pato y las comentadas luces, como detrás, con el portamatrículas partiendo del basculante en vez desde el asiento, un recurso más habitual en motos que en scooters. Los neumáticos de tacos incrementan además esa estética campera los franceses han querido implementar.

El XP400 es voluminoso y pesado (231 kg en orden de marcha), se aprecia cuando te subes a él. La plataforma para los pies es ancha, así como el asiento, lo que te obliga a abrir las piernas y por eso se llega un poco justo, especialmente a las personas de mi talla. Eso sí, una vez encima vemos que el asiento es cómodo, con mucho mullido y firme, ideal para pasar mucho tiempo de seguido sentado en él. El manillar queda situado a buena altura y distancia. Ahora bien, las piernas quedan un poco recogidas, mientras que los pies cuentan con espacio de sobra para acomodarse por completo.

Lo que no me ha convencido tanto es el hueco bajo el asiento. O, mejor dicho, los huecos, pues tiene dos. Uno, el principal, está situado bajo el asiento del piloto y en él cabe un casco integral, aunque no entra nada sobrado, al menos el mío, y me hubiera gustado tener la opción de verificarlo con cascos de mayor tamaño. Bajo el asiento del pasajero hay otro espacio más pequeño para un chubasquero u objetos personales. Por último, en la parte delantera del asiento hay una pequeña guantera para llevar una cartera o algo de tamaño similar pero sin cierre, por lo que cuidado con dejar algo valioso en su interior. Además, el cierre tenía algo de holgura, por lo que no sé cómo será de estanco.

Es un detalle que contrasta con la buena impresión que dejan otros elementos, como el tacto de las piñas o de las manetas de freno, ambas regulables en distancia. Los espejos también brillan por su situación, con mucha superficie y dejando ver muy bien lo que ocurre detrás. Sí que he echado en falta un freno de estacionamiento, algo imprescindible en un scooter de este peso pues además la pata de cabra queda algo vertical y resulta delicado aparcarlo en cuesta.

La instrumentación combina un par de relojes analógicos, con un diseño de nuevo inspirado en los coches, y una pantalla TFT de 5" que ofrece los datos con mucha nitidez. Eso sí, la navegación por los distintos menús no es muy intuituva y requiere hacerlo en parado para evitar distracciones. Tareas habituales como resetear parciales no es sencillo de realizar y requiere bucear entre los distintos menús. Al menos, una vez que configuramos los datos a nuestro gusto, éstos se leen muy bien.

Para acabar con su equipamiento, decir que el parabrisas es corto pero no genera turbulencias. No obstante, me hubiera gustado que se ofreciera una pantalla regulable en altura, aunque fuera manual, pero en el catálogo de accesorios encontraremos una pantalla de mayor tamaño para aquellos usuarios que lo deseen. Con mi altura protege de sobra para rodar en autopista sin ruido.

Suavidad de respuesta

Una vez en marcha, el XP400 me ha recordado mucho al Metropolis 400. Es lógico si tememos en cuenta que el motor es el mismo, aunque con algunas modificaciones internas. Se trata de un motor monocilíndrico con casi 37 CV de potencia que ofrece una respuesta muy suave y lineal, con pocas vibraciones y un sonido contenido. Al principio lo notas algo perezoso, aunque agradable, pero en cuanto le vas conociendo empiezas a aprovechar su medio régimen, que es donde mejor se encuentra.

Lógicamente, este tipo de motor es idóneo para circular en ciudad, pues empuja de sobra en las arrancadas desde parado, y una vez que alcanza velocidad de crucero la mantiene sin problemas. En este terreno urbano nos encontramos con un scooter ágil a pesar de su volumen, ofreciendo mucho aplomo en curvas y rotondas. Es un poco largo, lo que obliga a zigzaguer con cuidado entre los coches. Lo mismo que a la hora de maniobrar en parado, penalizado por la comentada ausencia del freno de mano y de la altura del asiento.

Ahora bien, lo que no puede recibir queja alguna es su confort. No sólo por la posición de conducción o el mullido del asiento, si no también por sus suspensiones, con un ajuste muy adecuado para cualquier tipo de uso o usuario. El mayor recorrido y su tarado de fábrica hacen que el XP400 absorba cualquier irregularidad sin trasladarlas al piloto.

Esto se nota en resaltos y, sobre todo, cuando se sale a carretera y se incrementa el ritmo. Recordemos que Peugeot ha dotado al XP400 de una horquilla invertida, con barras de 41 mm y 140 mm de recorrido, y un monoamortiguador colocado en posición horizontal para lograr más recorrido -130 mm- que cuando se sitúa en posición vertical.

El resultado no puede ser mejor, pues además de esa comodidad en asfalto en peor estado no supone una pérdida de firmeza cuando se incrementa el ritmo. Y es que hay que decir el XP400 corre mucho. Sí, puede adolecer de un empuje vigoroso, pero en cuanto toma velocidad hay que vigilar el velocímetro para no infringir los límites legales. Solamente ese desarrollo largo se ve penalizado en largos repechos en donde se queda algo "clavado".

A la hora de frenarlo, el XP400 responde con seguridad, algo que siempre ah caracterizado a los scooters de Peugeot. Está dotado de un doble disco delantero, de 298 mm de diámetro y pinzas de anclaje radial y cuatro pistones, así como de otro disco trasero, todo ello acompañado de un ABS de doble canal. Tanto por firmeza como por facilidad de dosificar, estamos ante un equipo que rinde a muy buen nivel, lo que no es sencillo teniendo en cuenta el peso del conjunto.

Creo que la elección de una rueda delantera de 17”, la más grande posible para un scooter, es todo un acierto y hace que el conjunto sea muy estable sin perder agilidad. Detrás cuenta con una rueda de 15”. Es cierto que el montaje de unos neumáticos tan enfocados al campo, como son los Pirelli Scorpion Rally STR no sean los más adecuados para el asfalto, pero Peugeot ha querido dejar claras sus intenciones fuera de él.

El XP400 en off-road

Aceptamos el reto y nos metimos de lleno por unos caminos sencillos, aunque muy resbaladizos y con mucho polvo. Creo que debían haber incluido la posibilidad de desconectar el ABS trasero, indispensable para rodar con plena confianza en tierra, aunque al menos se puede desconectar el control de tracción, necesario para salir del barro o afrontar una subida complicada. Como la entrega de potencia es tan suave y el agarre de los neumáticos tan bueno se controla muy bien en cualquier situación, resultando difícil hacerlo derrapara de atrás.

Cuando se incrementa el ritmo, te encuentras con un scooter muy fácil de llevar, con unas suspensiones que se tragan todo y una rueda delantera que te da mucha seguridad incluso en tramos arenosos, pero que te obliga a anticipar debido a su volumen y a lo ya comentado sobre el ABS. Aunque es de justicia decir que ningún scooter de este tipo y cilindrada lo permiten. También hay que andar con cuidado para no rozar con el caballete, pero reconozco que esto solo me ocurrió al pasarme de listo en un par de badenes. Está claro que no es una moto de campo, es un scooter urbano que permite alcanzar lugares remotos poco accesibles para un scooter tradicional. Y esa dualidad lo hace interesante.

Conclusión y valoración

Peugeot retorna al segmento de los scooters de 350-400 cc con un proyecto muy ambicioso, con un scooter muy llamativo, moderno y deportivo. Tiene buenos acabados en general, aunque con algunos aspectos a mejorar, en especial lo justo que cabe un casco bajo su asiento. 

Me gusta mucho, en cambio, que realmente sea un scooter de uso dual, que no se haya quedado todo en un argumento estético. Realmente el XP400 permite ser usado fuera del asfalto, con cuidado, eso sí debido a sus dimensiones y peso pero con capacidad para sortear zonas complicadas -la posibilidad de anular el control de tracción es un acierto- y poder disfrutar de caminos de la misma manera que con una moto trail urbana. 

Se apoya en una impecable parte ciclo que responde de forma efectiva tanto en tierra como en asfalto, algo que no es fácil de conseguir. Y es que no nos podemos olvidar que los futuros usuarios del XP400 lo utilizarán principalmente en ciudad y carretera, por lo que no hubiera sido lógico desarrollar un vehículo exclusivamente campero. De hecho, su motor está más enfocado a conseguir una respuesta amable que contente a una mayoría de usuarios, aunque los más deportivos es posible que echen de menos una respuesta más contundente a la hora de abrir el gas.

Dejo para el final el apartado económico. El XP400 se sitúa en lo alto del escalafón dentro de su segmento en lo que se refiere al precio: 7.995 euros, la versión Allure; y 8.495 euros, el GT. Son unos 1.500 euros más que un ADV350, su principal rival, aunque el francés ofrece una parte ciclo más acorde a un uso dual y un propulsor de mayor cilindrada y más potente.