Desde su lanzamiento en 2006 la familia XMAX ha sido sinónimo de calidad, sentido práctico y deportividad, pero en 2020 Yamaha decidió ir más allá lanzando una variante que reforzaba esos valores: la bautizó como Tech Max. No era nada nuevo pues era una fórmula que ya había explorado con el XMAX 250/300 y sucesivas versiones a lo largo de los años con sugerentes nombres como Executive, Sport Edition, Iron Max o Momo Design. Ahora parece que la denominación Tech Max ha llegado para quedarse entre nosotros por mucho tiempo. Los clientes demandan ese tope de gama, ese carácter premium y la mejor prueba es que en los últimos años, a pesar de ser siempre versiones más caras, se han vendido incluso más que las normales. A la gente le gusta de lo bueno lo mejor y está dispuesto a pagarlo.
Detalles de la nueva generación
Por eso tiene todo el sentido que para presentarnos la nueva generación XMAX 2023 se hiciese con el modelo Tech Max que ha dado un salto evolutivo importante, especialmente en el terreno tecnológico. Pero no debemos olvidar que hay mejoras que comparte con el modelo estándar, como por ejemplo el rediseño de la carrocería y algunos retoques ergonómicos. En este sentido tenemos un XMAX que proyecta una imagen todavía más vanguardista y sofisticada, y esto se plasma a la perfección en el nuevo frontal. La iluminación LED se ha dispuesto de tal forma que con las luces de posición y cruce se forme una X. También se ha rediseñado la parte posterior, iluminación incluida, así como todo los paneles laterales en busca de proyectar una imagen aligerada, deportiva y refinada. Por otro lado, los intermitentes delanteros vuelven a la posición original a la del primer modelo 2006 y están integrados en unos pequeños deflectores que hay junto a la base de la pantalla parabrisas en la parte superior del escudo frontal. No es una cuestión solo de estilo sino que se busca una mejor visibilidad del scooter por parte de los otros vehículos.
En cuanto a la ergonomía todo es sutil y se ha centrado en que se pueda llegar mejor al suelo, estrechando un poco el asiento en los laterales de su parte frontal. Y es que al ir alojado ahí el casco que va en la parte delantera del hueco, el diseño obliga a abrir las piernas, haciendo que los 795 mm de distancia al suelo parezcan más. Y los ingenieros han tratado de contrarrestarlo, con éxito.
Conectado y siempre orientado
En cuanto a las especificaciones de definen el acabado Tech Max, son numerosas a nivel estético pero vamos a comenzar por lo más importante en cuanto a equipamiento: la conectividad y el sistema de navegación integrado. Esto marca otra diferencia importante porque mientras que la versión estándar sí ofrece conectividad con el teléfono móvil, todo se hace desde una pantalla LCD de 4,3 pulgadas. Además las funcionalidades son menores, ya que solo se pueden recibir avisos de llamadas llamadas perdidas, mensajes y un aviso de batería baja.
En cambio, el XMAX 300 Tech Max incorpora dos pantallas, una LCD de 3,2 pulgadas en la parte superior y otra TFT de 4,2 a color en la parte inferior. En la de arriba se puede ver la velocidad y el nivel de combustible como parametros más importantes. En cambio, en la TFT se puede ver muchísima información, además con bastante claridad. Todo se maneja desde la piña izquierda y no cuesta mucho hacerse con la mecánica de su funcionamiento. Entre las funciones más básicas se encuentra el ordenador de a bordo pero además se puede acceder a todo un completo menú en el que destacan el tiempo, la forma del display, la música, las notificaciones de llamadas y mensajes, la navegación, así como un menú para la configuración general. Desde ahí también se puede desconectar el control de tracción o emparejar el móvil con el scooter.
Pero lo más diferencial y avanzado es el sistema de navegación Garmin Street Cross. Para usarlo, igual que también para poder disfrutar de la música o atender llamadas entrantes, necesitamos un casco con bluetooth. Además necesitaríamos bajar las dos aplicaciones, la MyRide de Yamaha y la de Garmin, además de una cuenta para poder disfrutar del servicio. Es todo un lujo tener este sistema integrado porque está pensado para guiarnos de forma sencilla, con las menores distracciones posibles.
En cuanto al efecto Tech Max sobre el diseño, te cuento en brevemente los detalles especiales. Un asiento diferente, con costuras y acabado tipo cuero, revestimiento también símil piel en las tapas de las guanteras, puños específicos, reposapiés delanteros metálicos y anclajes de aluminio para los espejos. Una de las guanteras tiene cierre y toma USB pero la otra va a abierta de forma permanente, y su tapa mostró ciertos desajustes al pasar por baches durante la prueba.
Por lo demás, mantiene su amplio hueco bajo el asiento, uno de los mejores que se pueden encontrar en el mundo del maxiscooter, donde por supuesto se pueden guardar dos cascos integrales y más cosas. Es muy aprovechable por lo largo que es.
Y en cuanto a la motorización, es el brillante propulsor Bluecore de 292 cc con 28 CV que ya conocíamos del anterior XMAX 300 y que no ha sufrido variaciones.
Es un scooter del que siempre he pensado que le vendría muy bien un disco más de freno para retener sus 183 kg en orden de marcha. Y aunque Yamaha no me ha dado el capricho, sí se ha trabajado en las levas de freno para que transmita mejores sensaciones. Lo que no se ha hecho es dotarlo de manetas regulables, algo que sería deseable dado el carácter exquisito del modelo.
Yamaha XMAX 300 en ciudad
Presioné la ruleta central hacia el modo de encendido ya que tiene llave de proximidad, pulsé el botón de contacto y el motor despertó de forma discreta; es una mecánica silenciosa. Así comenzamos a rodar por las calles de Milán para ir cogiendo el tacto a un maxiscooter que te lo pone fácil desde el primer momento porque se mueve muy bien a baja velocidad y siempre cuenta con el apoyo de un motor dulce, con las vibraciones contenidas y que empuja muy bien desde abajo. El tacto del propulsor es muy agradable y enérgico en cuanto enroscamos el acelerador un poco más a fondo. Esos 28 CV cunden mucho más de lo que te esperas.
En este entorno el XMAX 300 es un vehículo con el que se pasa muy bien entre coches, con buen giro de manillar y sensación de ligereza aunque como decía, su peso es de 183 kg con todos los líquidos. El mando del gas es sensible y podemos dosificar la potencia con total precisión a baja velocidad, aprovechando además un centro de gravedad y reparto de pesos que lo hacen muy controlable y manejable. Es cierto que los numerosos baches que te vas encontrando en ciudad denotan que la suspensión tiene un ajuste un poco duro y se nota una sacudida cuando los muelles traseros extienden.
Por otro lado, el nuevo anclaje de aluminio de los retrovisores hace que se vea a la perfección lo que sucede detrás y esto siempre es una buena noticia. Por cierto, en los semáforos y a pesar de que solo mido 1,66 m y el asiento está situado a 795 mm del suelo, llegaba bien al suelo ya que se ha estrechado al máximo la zona de la punta del asiento para favorecerlo.
Yamaha XMAX 300 en carretera
Y con la comodidad que impone en todo momento en la que destaca especialmente el asiento, con un mullido consistente y de calidad, y el agradable y desahogado rodar de este XMAX 300, fuimos escapando de la ciudad y para encontrar algunas carreteras camino al lago de Como donde sacar ese lado más divertido que siempre tiene cualquier integrante de la familia MAX de Yamaha.
Con terreno por delante, el motor mostró ese potencial que ya se adivinaba en ciudad, con un rendimiento muy satisfactorio para un propulsor que no llega a los 300 centímetros cúbicos y acaricia los 140 km/h de velocidad punta reales. Es una mecánica sin duda competente en cuanto a rendimiento porque además ofrece un consumo muy razonable en torno a los 3 litros en un uso mixto y moderado, y subiendo medio litro más si vas con el acelerador abierto a tope de forma muy constante. Y eso es lo que estábamos haciendo precisamente, manteniendo los ritmos elevados que permite una parte ciclo que se muestra sólida a nivel de estabilidad en todo momento. Esa llanta delantera de 15 pulgadas es clave, así como ese ajuste de la suspensión un podo duro que aquí era un buen aliado.
Además se mostraba muy ágil a la hora de gestionar las curvas, apoyado en unos neumáticos Michelin City Grip que ofrecen buen tacto, tanto en seco como en mojado, ya que tuvimos la mala suerte de ser víctimas de un tremendo chaparrón. Esto también puso de manifiesto que la carrocería y la pantalla parabrisas forman un buen conjunto que me protegió muy bien en los primeros compases de la tormenta, con un matiz turístico muy de agradecer.
Por su parte, el freno ofrece buen tacto y rendimiento pero no me agradó en cambio la entrada del ABS ya que lo hace es muy al límite del bloqueo, dejando chillar la rueda para luego entrar bruscamente, con unos pulsos a la maneta poco finos. Es un punto que me llamó la atención y estuve probándolo constantemente, verificando su eficacia que no admite duda pero con ese matiz que acabo de comentar, tanto en seco como en mojado.
A modo de resumen, el XMAX 300 retiene las buenas cualidades de su predecesor en cuanto a dinamismo, con un comportamiento sin tacha a nivel de sensación de manejabilidad a cualquier velocidad y también de estabilidad cuando vamos a ritmos altos por carretera o autovía. Y el motor apoya a la perfección con una respuesta siempre alegre y fina en cuanto al tacto. Y todo desde un puesto de conducción amplio y confortable con posibilidad de estirar las piernas para variar la posición y con la ayuda de un respaldo que fija muy bien la zona lumbar.
Conclusión y valoración
El XMAX 300 Tech Max evoluciona para mantenerse igual de competente en los aspectos principales donde debe destacar un maxiscooter de sus características: cómodo, rápido y práctico como pilares principales. Pero también bien equipado y transmitiendo una sensación de calidad absoluta. Y además da un salto cualitativo muy grande en lo que a tecnología se refiere gracias a su nueva pantalla TFT multifunción con conectividad. El tamaño me resulta un poco pequeño teniendo en cuenta la gran cantidad de información que tiene; no luce todo lo que debería, especialmente cuando se puede ver un mapa gracias al sistema de Garmin. Por cierto, todo se maneja bien desde la piña izquierda, no resultando difícil acostumbrarse a la interfaz.
Pero yo he echado en falta algunos elementos dado no solo su carácter premium si no su precio que está entre los más altos de la categoría: 7.199 €. Como dije antes, unas manetas de freno regulable siempre son un buen detalle, así como un útil bloqueo del freno trasero. Incluso una pantalla regulable de forma eléctrica - puede ajustarse con herramientas en dos posiciones- que podemos encontrar en rivales como el Honda Forza 350 o el Zontes E350.
Mi reflexión final es ¿Para cuándo un XMAX 350? Creo que sería la próxima evolución necesaria teniendo en cuenta toda la competencia que hay con motores más potentes, eliminando de paso el XMAX 400 que cuenta con una mecánica un poco obsoleta. Sin duda sería ya un scooter que rozaría la perfección su además se atiende a esas pequeños detalles de equipamiento que podrían redondearlo del todo.