Voge, compañía propiedad del gigante chino Loncin, aterrizó en España en 2019 presentándose como la marca premium de entre las procedentes de aquel país asiático. En su momento, contaba con cinco modelos que, a mí por lo menos, me dejó un poco frío pues no veía reflejado en ellos esa gran calidad que pregonaban. Era un buen producto, pero al que todavía le quedaba madurar un poco para ponerse por delante de otros rivales. Llegamos 2023, año en el que Voge ha incrementado notablemente su catálogo, contando en la actualidad con 17 modelos y a los que se sumarán unos cuantos más en las próximas fechas. Pero no es una cuestión de cantidad, también lo es de calidad, y es que los últimos lanzamientos nos han ido dejando un mejor sabor de boca tras haberlos probado, como el scooter SR4 Max o la pequeña naked 125R. Tenía muchas ganas de probar la nueva 525DSX, ya que había probado la 500DS anterior, una moto que no me disgustó pero de la que esperaba algo más.
Nada que ver con la anterior
La 525DSX ofrece una posición muy cómoda para pilotos de cualquier talla, incluso el pasajero se beneficia de un amplio asiento elevado sobre el del piloto. El manillar no es estrecho, pero tampoco demasiado ancho, por lo que los usuarios sin experiencia en campo se sentirán a gusto desde el primer momento.
Se llega muy bien al suelo, con mi 1,65 m de altura prácticamente apoyo los dos pies casi por completo, lo que da mucha seguridad y confianza en el día a día. La pantalla, regulable de forma manual en dos niveles, se puede subir y bajar con una sola mano, pero está fuerte y es preferible hacerlo en parado.
Con un simple vistazo ya aprecias algunos detalles que sitúan a la 525DSX en un escalón superior al de su predecesora. Por ejemplo, los plásticos y adhesivos del carenado, o la tornillería de la pantalla parabrisas. El mullido y la funda del asiento se sienten de calidad, y tampoco hay cables a la vista que dañen a la vista. El tacto de los mandos bueno, destacando el botón de los intermitentes con un diseño asimétrico para lograr la mejor usabilidad con el dedo pulgar.
Lo que no me ha gustado es la instrumentación. No se ve nada bien, sobre todo si se utilizan gafas de sol, visor o pantalla del casco ahumada. Se aprecia la velocidad, pero el resto de dígitos es complicado. Creo que se debía haber optado por una pantalla en claro con los dígitos en negro y no al revés. Eso sí, al menos cuenta con conectividad para contar, entre otras funcionalidades, con un navegador mediante flechas.
El fallo de la instrumentación queda momentáneamente en el olvido si atendemos a otros detalles de su completo equipamiento. Y es que la 525DSX incluye de serie con elementos tales como la iluminación por LED, las luces auxiliares incrustadas en el carenado, manetas regulables, dos tomas de corriente al lado de la instrumentación -USB y 12 V-, defensas laterales, cubremanos y el caballete central. Las maletas y el top case se pueden adquirir por 650 euros y tienen muy buena pinta, como pudimos verificar en una unidad que las llevaba puestas.Una vez hemos ajustado todos los mandos, llega la hora de ponerse en marcha y disfrutar de los dos días de ruta que Voge ha planteado para esta presentación por ciudad, carreteras de distinto orden, autopista e incluso tierra.
Comienza la ruta de 500 km
Comenzamos en la ciudad de Lérida, en donde nos encontramos una moto muy fácil de conducir, con mucha suavidad a baja velocidad, destacando esa accesibilidad que comentaba antes gracias a la baja altura del asiento.
Gracias a la posición elevada de los espejos y del manillar, que tampoco es muy ancho, se puede circular entre los coches con tranquilidad, aunque la moto se nota algo pesada.
De inmediato saltamos a la autopista, en donde se siente muy cómoda a pesar de su motor de 47 CV. Corre de sobra como para mantenerse a velocidad legal y hablando con los responsables de la marca nos dicen que supera los 180 km/h, lo que me parece viable teniendo en cuenta lo desahogado que va el motor a 120 km/h. A 130 km/h de marcador se empiezan a notar las vibraciones, especialmente en los espejos, que dejan de ofrecer una visión nítida.
La protección aerodinámica es correcta por parte del depósito, pero la pantalla parabrisas me parece que se queda algo corta para los pilotos de mayor talla. Al menos no genera turbulencias y se agradece que llegue el aire en los días de más calor, pero creo que para viajar en días más fríos sería ideal una de mayor altura.
Lo que no ofrece queja alguna es su confort en marcha, marcado por el asiento cómodo y con mucha superficie y un ajuste blando de las suspensiones que absorben todos los baches sin perder el aplomo circulando a gran velocidad. Un control de velocidad crucero hubiera supuesto la guinda al pastel en este terreno.
Pero aunque estamos con una moto capaz de emprender grandes viajes por autopista, creo que está más orientada a rutas por carreteras de segundo y tercer orden. De hecho, empecé a disfrutarla mucho más cuando nos metimos de lleno en unas carreteras de montaña repletas de curvas.
El placer de las curvas
Lo más destacado es, como reflejaba antes, su aplomo, la moto transmite mucha seguridad. No es especialmente viva de reacciones, pero mantiene muy bien la trayectoria y resulta muy sencillo de jugar con ella en las curvas. Creo que su bastidor, fabricado en acero, soportaría sin problema el empuje de un propulsor de mayor potencia.
Las suspensiones se encargan de transmitir mucha información al piloto, aunque hay diferencias en el tren delantero y en el trasero. La horquilla es algo blanda y la moto tiende a hundirse en las frenadas, pero siempre manteniendo mucha precisión en mitad de curva. El amortiguador, en cambio, tiene un ajuste mucho más equilibrado, en mi opinión, pero absorbiendo igualmente muy bien todos los baches. No pude jugar con la regulación de las suspensiones, por lo que entraremos más de lleno en este apartado cuando hagamos una prueba a fondo de esta moto.
La frenada es correcta en cuanto a potencia y sobresaliente en lo que se refiere a dosificación. El ABS no es nada intrusivo, por lo que se puede jugar mucho con el freno trasero a la hora de ayudar a gestionar los giros más cerrados.
El montaje de unos neumáticos Metzeler Tourance es más que acertado. Son unas gomas que ofrecen mucha seguridad y que se comportan de forma ejemplar en todos los terrenos, incluso en campo, como veremos luego. La 525DSX cuenta con rueda delantera de 19”, en perfecto equilibrio para una moto con pretensiones trail.
Motor de respuesta sorprendente
Pero para mí, lo más sorprendente de esta 525DSX es la respuesta de su motor, parece que tiene más caballería que la anunciada en su ficha técnica. Es cierto que se aprovecha de un impecable escalonamiento del cambio, cuyo accionamiento, por cierto, es duro y ruidoso. Pero lo cierto es que todas sus marchas son muy aprovechables y sólo la sexta queda algo descolgada para obtener un mayor confort en las zonas más rápidas. El motor aguanta bien en el bajo y medio régimen,con un rango de potencia aprovechable muy amplio. Eso hace que las zonas más reviradas se puedan afrontar prácticamente todas ellas en tercera velocidad. A mí me gusta ir jugando con el cambio, sin llegar a exprimir la zona alta que es donde las vibraciones son más notables. El sonido, en cambio, se mantiene contenido incluso cuando se le exige más al motor, lo que se agradece después de estar toda una jornada de ruta.
He jugado en algún momento con los dos modos de conducción: E (ECO) y S (SPORT). Hay diferencia entre los dos, pero tampoco demasiada. Prácticamente he estado todo el tiempo con el modo más deportivo, pues la entrega es muy lineal y aprovechable, sin que haya sentido que el control de tracción haya entrado en funcionamiento en ningún momento, ni siquiera cuando hemos circulado en carreteras más rotas. También me ha convencido el funcionamiento del embrague antirrebote, permitiendo hacer unas apuradas de frenada sin contemplaciones. No, no tiene un quickshifter, si es lo que te estás preguntando, pero creo que por precio y espíritu, tampoco es una moto que lo solicite.
Sin darnos cuenta, nos hemos metido de lleno en una carretera totalmente rota y muy adecuada para confirmar las sensaciones que ya teníamos. La Voge gestiona muy bien este tipo de terreno, lo que nos abre una esperanza a lo que nos vamos a encontrar al entrar en la tierra.
Prueba en off-road
Ahora sí que sí, entramos de lleno en los caminos de tierra. La 525DSX no es una moto muy campera, pero tiene detalles interesantes, como la posibilidad de desconectar el control de tracción y el ABS. Esto es esencial para poder salir airosos cuando la situación se complica, aunque hay que recordar que ambos sistemas se vuelven a conectar al quitar el contacto con la llave. También se agradece lo estrecha que es en la parte central, donde se junta el depósito con el asiento, lo que permite juntar mucho las rodillas.
Pero no hay que confiarse, insisto en que es una trail muy asfáltica y las suspensiones, especialmente la horquilla, tiene unos ajustes muy blandos. De hecho, en cuanto se incrementa el ritmo hace topes en baches profundos y zanjas que encuentras en el camino.
La suavidad del motor vuelve a ser el gran aliado, mientras que la primera velocidad, al no ser muy larga, nos ayuda a sortear los terrenos más complicados sin riesgo a calar el motor.
Conclusión y valoración
Voge se planta de lleno como la referencia dentro del segmento de las motos trail del A2, por funcionamiento y por precio. Precisamente, este último apartado hará mucho daño dentro de sus rivales: 6.487 euros, que se quedan en 6.187 euros como oferta de lanzamiento hasta el 30 de septiembre como mínimo.
Un precio que incluye todo el equipamiento que hemos desgranado anteriormente, una electrónica avanzada -ABS y control de tracción desconectable-, y unos componentes de gran calidad -suspensiones y frenos de renombre-. Pero es que además todo ese cóctel hacen de la 525DSX una moto perfectamente válida para viajar por todo tipo de carreteras sin importar que se trate de una moto de 47 CV.
Sólo peca de pesada y suspensiones blandas cuando se pretende circular con buen ritmo en tierra, pero tampoco creo que el usuario medio de esta moto pretenda realizar grandes escapadas fuera del asfalto.