Macbor nos convocaba en los Pirineos oscenses para realizar una prueba a fondo de su nueva trail de 125, la Montana XR1. Puede resultar sorprendente realizar un evento de tal envergadura para una moto “pequeña”, pero tiene una poderosa razón de ser. Y es que la Montana XR1 es su primer modelo diseñado completamente en Barcelona, lo que supondrá presentarse el próximo otoño en EICMA como marca propia. Además, incorpora un nuevo motor de refrigeración líquida y seis velocidades, y una parte ciclo con renovados componentes.
Hasta ahora, Macbor siempre había utilizado bases de modelos fabricados en China, por lo que podían encontrarse en otros mercados con pegatinas de distintas marcas. Pero, la compañía española ha cambiado el paso y pretende que sus productos sean exclusivos, on todo el esfuerzo que conlleva tal maniobra.
La elección de la pequeña 125 para este nuevo modo de trabajar de la compañía catalana tiene sentido. La Montana XR1 es todo un éxito de ventas, que supuso mientras estuvo en los concesionarios hasta el 30% del total de las ventas, y que arrastra consigo un amplio número de seguidores que han formado una comunidad muy activa. ¿Cómo es posible entonces que el modelo se descatalogara en 2020 con la Euro4? Pues por culpa de la pandemia, que retrasó enormemente el proyecto.
Adiós al pico de pato
La espera, no obstante, ha merecido la pena. La nueva Montana XR1 no tiene nada que ver con la versión anterior. El diseño es mucho más personal y atractivo, es una moto mucho más moderna. Llama la atención el faro delantero, que incorpora hasta cuatro patentes de las más de veinte que reúne el modelo. Se prescinde del pico de pato, que fue una de las principales premisas a la hora de ponerse a trabajar en su diseño. Las aletas laterales incorporan unas branquias que realzan el perfil y destacan también los paneles laterales con el logo de Macbor en relieve.
Llega la hora de subirse a ella. No es una naked adaptada para parecer una trail, para nada, las geometrías del chasis, la colocación de las estriberas o la posición del manillar tienen una razón de ser pensando en este uso viajero que se le supone a esta moto. Esto hace que nos encontremos una moto muy cómoda, que no castiga ni las muñecas ni la espalda al ir siempre en una posición muy erguida.
Las manetas nos son regulables, aunque por suerte no se encuentran muy alejadas del puño para facilitar la vida a los que tenemos manos pequeñas. Los espejos ofrecen una visión nítida en todo momento, incluso cuando el motor gira a su máximo rendimiento, con un buen campo de visión trasero.
Los comandos de las piñas están muy accesibles, con un buen tacto de accionamiento, y la instrumentación se ve muy bien incluso cuando el sol incide sobre ella. Es una pantalla de 5” con un único botón para cambiar la visión del kilometraje total y el parcial. Es un botón, por cierto, que no hay que apretar, basta con pasar un dedo sobre su superficie.
Arranca la excursión
Pero centrémonos en la conducción. ¿Cómo se comporta la Montana XR1 en marcha? Pues mejor de lo que esperaba, así de claro te lo digo. Comenzamos por una zona urbana y en este terreno tenemos moto de sobra. El motor responde de forma suave a bajo y medio régimen. Vamos, que en ciudad no puedo poner ni una pega, también por su asiento bajo y su facilidad para realizar maniobras en parado.
En tramos más rápidos, como carreteras nacionales o autopista, la moto mantiene perfectamente los 100 km/h, incluso se puede subir hasta los 120 km/h de marcador en terreno favorable. Ahora bien, en repechos o a la hora de adelantar se nota que vamos con una moto pequeña y hay que adaptarse a las circunstancias.
¿El cambio? Pues muy preciso, con recorrido corto entre marchas para evitar los puntos muertos indeseados, y con un buen escalonamiento. La instrumentación indica la marcha engranada, otro aspecto a destacar en una 125 de este precio.
Análisis de suspensiones y frenos
Mantener una velocidad constante en los giros no resulta muy complicado con la Montana más pequeña. La moto es ágil y con su peso contenido, unos 160 kg en vacío, permite mover la moto a un lado y al otro con mucha rapidez. Es muy fácil de meter en las curvas y mantiene muy bien la trayectoria.
Hay que tener cuidado, eso sí, con la frenada. La Montana XR1 no tiene sistema ABS, por lo que incorpora la obligada frenada combinada que se vuelve delicada en carreteras con gravilla. El sistema combinado hace que al tocar el freno trasero se activa el tercer pistón de la pinza delantera y aunque no es excesiva la potencia enviada sí que puede provocar algún susto al querer corregir la velocidad con la moto inclinada. Nunca me han gustado los sistemas combinados, ni siquiera para los usuarios con menos experiencia. La moto, por otro lado, tiene una buena frenada, con potencia más que de sobra para sus prestaciones.
Conducción en campo
El mayor inconveniente en off-road es, de nuevo, la frenada combinada, que impide abusar del freno trasero, muy necesario en este terreno, si no queremos perder el control de la rueda delantera. Te obliga a anticipar mucho los giros y a conducir con mucha atención para no llegar pasado a una curva y tener que colocar la moto tirando de frenos. Hubiera sido mejor una rueda de 19” en este terreno, pero teniendo en cuenta el uso que se le va a dar a esta moto, casi todo por asfalto, tampoco creo que sea tan determinante.
Conclusión y valoración
Macbor abre un nuevo capítulo con la aparición de una renovada Montana XR1, una moto de acertado diseño y que ofrece mucho más de lo que pueda pensarse de una 125. Nunca antes había realizado una ruta de este tipo con una trail de 125 y he quedado gratamente sorprendido porque por carreteras comarcales se puede disfrutar mucho, tanto del paisaje como de una conducción más deportiva, aunque esto último implica llevar el motor siempre en su zona alta con el estrés que ello conlleva. Su motor no se encuentra entre los más potentes de la categoría, pero se apoya en un cambio muy eficaz y bien escalonado que permite sacar el máximo provecho en cualquier situación.
Para aquellos que sólo la vayan a usar en ambientes urbanos se encontrarán con una montura muy accesible y ligera que se lo pone muy fácil a pilotos de menor experiencia, algo poco habitual en motos enfocadas a un uso dual.
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