MITT se está mostrando como una marca realmente ambiciosa, con numerosos lanzamientos de modelos nuevos, como pudimos ver en el pasado salón EICMA , y con productos cada vez más sofisticados y equipados. En Milán, su nueva trail, la 555 TT Adventure se alzó como una de las principales protagonistas y no es para menos, pues se trata de una moto imponente en cuanto a su imagen, pero que además va cargada de accesorios que hacen de ella una de las motos con mejor relación equipamiento-precio de su segmento. Hemos tenido la ocasión de ponerla a prueba y os aseguramos que el resultado es realmente sorprendente.

La MITT destaca desde un primer momento por sus líneas majestuosas, inspiradas en las de la BMW 1250 GS, tanto en su parte delantera como en la trasera, en especial por ese basculante monobrazo que deja al descubierto una preciosa llanta de radios en tono dorado, pues la doble salida de escape también queda muy bien integrada en el conjunto. El cubrecárter de aluminio, las defensas laterales y el cubrerradiador dan sensación de robustez, mientras que las piezas de aluminio mecanizado para las estriberas del pasajero y las palancas de cambio y embrague otorgan una sensación de calidad y de cuidado en los detalles. Estos son sólo algunos ejemplos del mimo puesto por MITT en una trail que se sitúa en un escalón superior al de la 530 TT Adventure, tanto por componentes como por precio.

También hay una mejoría respecto a su hermana pequeña en lo que se refiere al motor. La 555 TT Adventure equipa un motor de dos cilindros en línea de 471 cc, una cilindrada que resulta muy familiar en este segmento de las motos de cerca de 500 cc para el A2. Esto nos puede dar una idea de su procedencia así como de su funcionamiento y fiabilidad. Por otro lado, encontramos elementos destacados en la parte ciclo -horquilla invertida y monoamortiguador trasero, ambos regulables- y doble disco delantero de 298 mm con pinzas axiales. Lo más destacado en este apartado es que el ABS que asiste a la frenada es desconectable en la rueda trasera y también en las dos ruedas. Esto es únicamente para circulación en tierra, aunque no es una trail especialmente enfocada a uso fuera del asfalto a pesar de contar con rueda delantera de 19" con neumáticos mixtos sin cámara. 

Una vez que te subes a la 555 TT Adventure, te encuentras una moto con una altura contenida del asiento, lo que agradecerán los pilotos de menor altura. Esto se debe en parte al mullido algo escaso de su asiento, sobre todo en la parte delantera, aunque resulta mucho más generoso en la parte trasera. Las rodillas van algo flexionadas, por lo que yo hubiera montado un asiento en una posición algo más elevada aunque ello impidiera llegar al suelo con tanta facilidad.

Al poner el contacto se enciende la instrumentación, una pantalla digital con dos modos de visualización -Eco (tonos azules) y Sport (tonos naranjas)- y con sensor de luz para poner fondo oscuro por la noche y evitar deslumbramientos. Los datos se muestran con mucha nitidez y solo echo en falta algunos datos de consumo o autonomía, aunque sí ofrece la velocidad media. La navegación por la pantalla se realiza mediante unos botones de unas piñas retroiluminadas. A ambos lados de la instrumentación hay unas tomas de corriente, de 12 V a la derecha y doble USB a la izquierda.

Al poner el motor en marcha escuchamos un sonido grave y algo elevado, demasiado para lo que se estila hoy en día. Las marchas entran muy bien, el cambio es suave y preciso, además de estar bien escalonado. El punto muerto se encuentra con facilidad y el embrague también es agradable de manipular. Eso sí, no es asistido ni antirrebote, salvo el ABS no contamos con ningún otro tipo de ayuda electrónica.

Pero ciertamente tampoco resulta imprescindible un control de tracción en una moto en una moto con una entrega de potencia tan lineal y con un comportamiento tan predecible, lógico teniendo en cuenta sus 47 CV de potencia. Es muy fácil de conducir, se puede llevar todo el tiempo en su zona media, pero incluso permite salir con marchas largas y el motor muy bajo de vueltas. Para que os hagáis una idea, en sexta a mitad de régimen ya se pone a 120 km/h, es decir, tenemos motor de sobra para disfrutar en carretera. A la hora de adelantar o de imponer un ritmo más deportivo, la 555 TT Adventure no pone pegas pero sí que salen a relucir algunas vibraciones que llegan al asiento y a los puños.

También me ha sorprendido gratamente el comportamiento de su parte ciclo. Es una moto pesada, por encima de los 200 kg en seco, pero en acción se siente ágil y fácil de meter en las curvas. Se apoya en un equipo de suspensiones de comportamiento agradable que absorbe muy bien las irregularidades pero sin perder firmeza en el paso por curva. Me gusta más la horquilla que el amortiguador, pues éste a veces muestra cierta "sequedad" en baches pronunciados. 

Los frenos, sin tener un equipo espectacular a priori, es de lo que más me ha gustado. Son potentes y dosificables, con un ABS nada intrusivo que permite realizar una conducción deportiva. De hecho, a poco que ganas confianza encuentras rozando con las estriberas en las curvas más cerradas aprovechando el correcto agarre de sus neumáticos CST.

En definitiva, MITT ha subido un escalón en su catálogo y lo hace además en un segmento crucial, uno de los más competidos y que está obligando a los fabricantes a dar lo mejor de sí mismos. La 555 TT Adventure es más que una digna rival en esta "competición" y además lo hace con un argumento muy importante, el del precio. Son 6.695 euros en una moto a la que sólo hay que añadir las maletas -el que las quiera, claro está- para completar una montura para la aventura.