FICHA TÉCNICA

En positivo

  • Excelentes bajos y medios
  • Original estética y acabados
  • Posibilidad de modificar las reacciones del motor

En negativo

  • Hay que acostumbrarse a la postura
  • Panel de instrumentos austero
  • Puesto del pasajero

Deportividad Harley

Hace no mucho en Harley Davidson desarrollaron lo que ellos denominan una moto deportiva creada a imagen y semejanza de su modelo de carreras con más triunfos: la XR750. Es posible que no te suene porque sólo disputó -y ganó- carreras de dirt-track en Estados Unidos y lo hizo en los años 70. La XR1200 se lanzaba hace un par de años ante el estupor de los “harlistas” más tradicionales, pocos le daban más de dos años de vida pero la realidad es que ha gustado y mucho, sobre todo en Europa donde supone el 6% de las ventas totales de la marca. Pero aún más curioso es que más de la mitad de los que se han hecho con una unidad nunca antes habían sido usuarios de la firma de Milwaukee. Visto el éxito, se han apresurado a lanzar una versión “X” que refuerza su carácter deportivo tanto en estética como en parte ciclo al presentarse de riguroso negro con ciertos motivos decorativos en rojo y al montar discos de freno flotantes y suspensiones Showa multirregulables, delante y detrás. Cambios o mejor dicho mejoras que, aunque necesarias, hacen que su precio se eleve en algo más de 1.000 euros en comparación con la versión normal.

La postura de conducción es peculiar pero no incómoda. Simplemente hay que acostumbrarse a ella. El negro es la seña distintiva de esta Harley con AND deportivo. Tanto en ciudad como en carretera, sacaremos buen provecho del generoso par que transmiten sus dos cilindros.

Estética

Esta nueva XR se caracteriza por estar pintada totalmente de negro, incluyendo los dos enormes cilindros del motor y el doble escape, elementos imprescindibles en su imponente estética. En claro contraste están ciertas partes estratégicamente pintadas en rojo como son la línea de las llantas, los muelles traseros o los grafismos del depósito de combustible. El minúsculo faro y la instrumentación desnuda, también de claro corte minimalista, realzan la originalidad de una deportiva que rompe con cualquier patrón ya establecido.

Cómo va

Si aparentemente es una moto especial, en marcha también lo es, cualquier parecido a lo que tradicionalmente nos referimos como una moto deportiva es pura coincidencia. Pero esto no quiere decir que sea negativo, es diferente. En marcha la postura que se adopta no es incómoda a pesar de ir con los brazos muy abiertos, el asiento es cómodo y las estriberas no están demasiado retrasadas. El bicilíndrico de 90 caballos tiene muy buenos bajos y medios, con un tramo estrella en el tacómetro que va hasta las 5.000 rpm, a partir de ahí la entrega de potencia es mucho más progresiva. La “patada” al abrir gas, el tacto general del motor y esa recia caja de cambios tiene el inconfundible sello de Harley Davisdon, aunque sorprendentemente ni retiene mucho en las deceleraciones ni se aprecian vibraciones incluso al apurar las marchas, a ralentí lógicamente sí. Harley además ofrece un accesorio opcional para variar el comportamiento del motor en prácticamente todos sus parámetros a través de un software. Se llama Super Tuner y es una unidad electrónica que hace de puente de conexión entre la centralita de la moto y un ordenador a través de una conexión USB.
El nuevo equipo de suspensiones Showa se deja notar para bien, era un cambio totalmente necesario que han sabido solventar con eficacia. La mayor diferencia con la versión estándar se aprecia en las curvas, ya no se mueve tanto, lo que da mucha más confianza al tumbar, esto es gracias a que tanto la horquilla como los dos amortiguadores posteriores pueden ser regulados en precarga de muelle, extensión y compresión. Los frenos, bien, buen tacto y dosificables, sobre todo el delantero.

El motor mantiene su genuino carácter pero aporta un vanguardista sistema electrónico que permite modificar su respuesta. Se llama Super Tuner. Estéticamente resulta atractiva y sobre todo diferente a lo que Harley nos tiene acostumbrados. La buena aceptación de la XR1200 ha avalado el lanzamiento de esta versión que va un paso más allá en cuanto a deportividad Las nuevas suspensiones juegan un papel básico en las mejoradas dotes dinámicas de la XR 1200.

Conclusión

Sin duda se ha conseguido lo que se pretendía: mejorar notablemente las carencias de la versión “no X” en la parte ciclo, sobre todo en el apartado suspensiones, haciendo que sea una moto a la que se le puede exigir mucho más en curvas. Su extraña postura de conducción no es nada incómoda, en cuanto te acostumbras empiezas a disfrutar y mucho. El potente motor Sportster pone el resto para que las sensaciones sean buenas con altas dosis de diversión en carreteras de todo tipo, incluso no se descarta un uso urbano siempre sin abusar, aunque mejor en invierno, en verano el motor da mucho calor.