Nos fuimos hasta la Ribera del Duero (Ribeira del Douro) en territorio portugués para conocer de primera mano la nueva apuesta de Macbor, la hermana mayor de la Rockster 125. Como puedes ver en tu pantalla, es una moto con una lograda planta custom perfecta para aquellas personas con debilidad por este tipo de estética tan atemporal. Y es que el rollo custom nunca pasa de moda.
Por eso Motos Bordoy, propietaria de Macbor, ha subido de nivel con una moto que llega para competir en un mercado donde la rivalidad es dura porque está muy bien armada. Y los argumentos de la Macbor Rockster 410 se presentan sólidos en todos los apartados.
Estilo y equipamiento
Comenzando por su puesta en escena. Es una moto con todos los ingredientes custom pero desde un enfoque moderno, sin tanta abundancia de cromados y con toques de vanguardia como la iluminación LED o la pantalla TFT. Esto contrasta con la llave de arranque que está ubicada en a la derecha de la columna de dirección. Me gusta el detalle de los escapes largos, bajos y simétricos.
El depósito de combustible en forma de lágrima es indispensable en su estilo y además tiene una capacidad muy rutera de 17 litros. Y la parte trasera es descendente para lograr una altura de asiento de solo 735 mm, así como un efecto “bobber” que logra su zaga curvada con el guardabarros integrado y un piloto de luz muy minimalista.
En cuanto a equipamiento y pese a ser una moto de carácter económico como veremos más adelante, está bien dotada. Las manetas son regulables, las piñas retroiluminadas, hay una toma USB en la parte delantera y la instrumentación esférica digital tiene cuatro modos de visualización y conectividad. Esto último se puede hacer con la función “screen mirroring” es decir, lo que se ve en el teléfono aparece en la pantalla. Aunque también hay opción de conexión mediante una aplicación pero es de pago. No tiene ordenador de a bordo que sería ya el colofón a una instrumentación que ofrece la información de forma clara.
El motor, su alma, es clave y aunque no se ha optado por una mecánica en V que sería lo más genuino, la Rockster 410 está impulsada por un propulsor moderno de dos cilindros en paralelo adaptado a su filosofía de uso. Es una moto de naturaleza tranquila y con 42 CV asociados a un peso de 168 kg en vacío que son 185 kg en orden de marcha, a priori tiene la potencia necesaria para moverla con soltura. Cuenta con ocho válvulas, doble árbol de levas y el par se cifra en 32,8 Nm a 7.000 vueltas. Además está dotado de control de tracción desconectable.
En la ciclística destaca la horquilla invertida que le da un aspecto deportivo a la parte delantera y que forma equipo con una pareja de amortiguadores traseros dotados de unas vistosas botellas de gas separado; aunque realmente no son funcionales sino algo meramente estético. En cuanto a los frenos, destaca especialmente la presencia de dos discos delanteros de 300 mm que va a garantizar una buena capacidad de retención. Los neumáticos se han confiado a la marca CST y como puedes ver tienen un dibujo marcado que es un guiño a la estética scrambler.
En acción
Así que una vez estudiada la moto en parado nos pusimos en marcha para hacer una ruta plagada de curvas y entre bonitos parajes. En principio tanta curva no es el terreno ideal para una moto así pero era la mejor forma de evaluar el comportamiento de todo el conjunto en condiciones algo desfavorables si tenemos en cuenta el carácter tranquilo de este tipo de motos.
Debido a su baja altura, con mi 1,66 m de estatura me acoplé con facilidad y llegando sobrado con las dos plantas de los pies. Giré la llave ubicada en el lateral derecho y se encendió su llamativa instrumentación. Metí la primera y nos pusimos en marcha con la suavidad que el motor impone desde el primer momento, y disfrutando de los movimientos fáciles y fluidos que proceden de su planteamiento.
Es una moto larga pero no en exceso (1.490 mm entre ejes) y baja, una ecuación que la hace intuitiva a los mandos, no cuesta nada moverla y nos hacemos a ella con rapidez. La posición de las piernas no es muy delantada, es decir, no lleva los típicos mandos avanzados del mundo custom pero sí van ubicadas algo más adelantadas que en una moto naked clásica.
El manillar se alcanza con facilidad y así se dibuja una típica postura de estas motos pero sin resultar exigente para nada. Es confortable a nivel ergonómico y con el toque que se espera de una estética custom.
Algo que me sorprendió cuando comenzamos a rodar es que no empecé rápidamente a rozar con las estriberas en todas las curvas, como sucese habitualmente en las máquina de este estilo, sino que tiene un interesante margen que te deja hacer sin limitarte continuamente.
Así que a pesar del atracón de curvas me divertí desde el primer momento porque hay una buena cohesión entre las capacidades del motor y la parte ciclo. La moto se siente ágil y estable en todo momento, siempre teniendo en cuenta que esto lo digo desde una perspectiva custom. Se agradece esa solidez y el hecho de tener una llanta de 17 pulgadas y no haber montado otra mayor creo que le beneficia en este sentido. Pero lo cierto es que el chasis y las suspensiones hacen que la sintamos aplomada incluso cuando comenzamos a abusar de ella en la interminable sucesión de curvas.
En este escenario los frenos también tuvieron que demostrar de lo que son capaces, estando a la altura en todo momento, tanto el delantero como el trasero en cuanto a tacto, potencia y resistencia a la fatiga.
También tuvo mucho trabajo el cambio de marchas e hizo su labor con toda la corrección que se espera. El hecho de que el motor se mostrase tan elástico hacía que en tercera se pudiesen hacer muchos tramos para no andar con el cambio liados constantemente pero lo cierto es que se mostró preciso y con el escalonamiento más o menos adecuado. Quizás un poco corto en alguna marcha pero dado su carácter urbano lo veo apropiado.
Es un propulsor que rinde de forma satisfactoria en buena parte de la banda de uso, con bajos agradables y aprovechables, un medio régimen vigoroso e incluso estira hasta las 9.000 vueltas pero ahí el sonido ya no mola tanto, el empuje decae y las vibraciones son más ostensibles, algo que está muy controlado en los regímenes inferiores. Su zona buena está entre las 4.000 rpm's y las 8.500 pero aporta suavidad en la respuesta a cualquier régimen y se muestra muy versátil para un uso ciudad-carretera.
La sensación es que hay armonía general cuando vamos a los mandos de esta Macbor Rockster 410 en la por cierto, que los espejos retrovisores tienen una buena ubicación no reciben más vibraciones de la cuenta.
Valoración y precio
Macbor lanza esta Rockster 410 con el precio como principal reclamo si atendemos a su motorización y equipamiento: 4.999 euros es una cifra muy razonable y más si tenemos en cuenta que ofrece seguro gratis el primer año.
Además es una moto que cuando la observas de cerca denota esmero en su fabricación, siendo sencilla pero sin llamar la atención con detalles especialmente poco cuidados. Y además cuenta con elementos como el control de tracción o la instrumentación con conectividad que aportan valor en cuanto a seguridad y tecnología.
Macbor colabora desde hace años con Zongshen, unos de los fabricantes más importantes de china y se involucra mucho en el desarrollo de los modelos para tratar de optimizarlos y personalizarlos al máximo, como demuestra esta Rockster 410 que luce el logotipo de la marca en numerosas piezas.
Y a los mandos se aprecia que todo funciona correctamente, resultando incluso divertida. Clave es su motor que cumple también su papel de forma solvente. Cierto es que hay rivales de dos cilindros que apuran la potencia hasta el límite de 47 CV de la categoría, pero también son motos más caras. Y el público al que va destinada esta moto no va a notar mucha diferencia por esos 5 CV extra.
En resumidas cuentas es una custom moderna, servicial, con personalidad estética que me parece muy apropiada para el público con gusto por este rollo y sin mucha experiencia. En ella encontrarán una moto fácil de conducir que va a ser una buena compañera de rutas. No se le puede pedir mucho más a una moto que es lo que ves y rinde bien en términos generales.