Esta 457 es la cuarta Tuono que se incorpora al catálogo de Aprilia. La podemos considerar una moto de acceso ya que es el siguiente peldaño a subir después de la 125 y sin llegar a la 660, una moto más potente y exigente que requiere algo de experiencia para sacarle todo el jugo. Por tanto hablamos de una perfecta primera “moto grande”, por supuesto apta para el carné A2, y en la que se toma como base a la deportiva RS 457, con la que comparte motor, parte ciclo y prácticamente el 100% de los componentes, eso sí: sin carenado y con manillar alto. Nos hemos ido a hacer una primera toma de contacto a Noale, cuartel general de Aprilia en Venecia (Italia) donde tuvo lugar su presentación europea y esto fue lo que pasó.
Rasgos Tuono
Algo tienen las Tuono que las hace muy reconocibles. Son unos rasgos característicos que siempre han llevado consigo, desde las primeras ediciones hasta la actualidad. Se mueven entre lo radical y lo deportivo, y esta 457 no iba a ser menos y es que solo hace falta un simple vistazo a su estampa para verlo. Aquí una vez más es el faro el que manda en la estética, en este caso se ha optado por uno de triple óptica LED sin parabrisas y con un pequeño spoiler en la parte baja que hace un pequeño tributo a la icónica Touno 1000R de 2006. Las tapas laterales a ambos lados del radiador, la forma del depósito, las ópticas traseras o el escape corto son otros rasgos a destacar en la presencia de esta Touno, que se ofrece en dos colores: negro y rojo o blanco y gris.
Compacta
Es momento de subirnos a la Tuono 457 y ver qué nos ofrece en marcha. Lo primero que me llama la atención es que se trata de una moto pequeña, poco voluminosa y de peso contenido (159 kilos en seco). El asiento está a 800 mm del suelo y esto hace que prácticamente cualquiera llegue bien al suelo, yo con mi 1’80 no solo llego con las dos plantas de los pies posadas sobre el asfalto, es que todavía me sobra porque las piernas me quedan flexionadas. Como buena naked, la postura es cómoda, el cuerpo queda erguido y no se carga peso en las muñecas. Los estribos están algo retrasados y esto obliga a flexionar las piernas en marcha, lo bueno viene por ejemplo en conducción deportiva, lo malo que cuando llevas un rato encima cansa y necesitas estirar un poco la piernas para que no se agarroten, aunque también puede ser que un servidor ya no es ningún chaval. Tanto se ha reducido el tamaño que la habitabilidad es reducida, con mi estatura la rodilla ya me llega a la parte alta del depósito donde tiene dos salientes que por cierto vienen muy bien para sujetar la moto en los cambios de dirección y descolgarte a placer, pero limita el espacio y quien tenga las piernas largas verá que no entra. Así que si mides de 1’85 en adelante mira bien este punto antes de dar el paso y hacerte con una.
Facilidad
Los primeros kilómetros los hacemos en ciudad, aquí se desenvuelve como pez en el agua por tamaño, peso y ángulo de giro para maniobrar. En marcha se siente una moto tremendamente ágil y manejable, enseguida te haces a ella, de ahí que sea recomendable para todos los públicos se tenga o no experiencia. Su motor bicilíndrico en línea de 47,6 CV de potencia empuja con ganas desde abajo, de hecho ya da el 82% de su par máximo a partir de 3.000 rpm. Buenos bajos y medios, pero luego hay poco en la parta alta del tacómetro por mucho que estires las marchas, ahí encuentras más vibraciones que potencia, estas se dejan notar en los retrovisores desenfocando la imagen. La unidad que yo llevaba iba con cambio semiautomático bidireccional, este sistema -que se ofrece como accesorio opcional- permite subir y bajar marchas sin necesidad de accionar el embrague. El funcionamiento no me gustó demasiado ya que si no vas en el tramo exacto de revoluciones, en torno a las 7.000, te pega un trallazo importante, ahora bien el cambio utilizando el embrague funciona bien.
Modo Sport on
La ruta sigue y salimos de la urbe para adentrarnos en una zona de curvas, no vamos muy deprisa porque el suelo está mojado, pero el ritmo es suficiente para ver si la Tuono hace gala en marcha de lo que presume en estética. Aquí de nuevo vuelve a ponerse de manifiesto su tremenda agilidad que no le resta de aplomo suficiente de delante para transmitir confianza a un ritmo alegre. Los neumáticos no son de marca conocida pero al menos en asfalto medio seco medio mojado no penalizaron en ningún momento. Detrás monta un neumático de 150 mm de ancho lo que redunda en la agilidad que te menciono. La parte ciclo es sencilla pero eficiente, tanto la horquilla como el amortiguador solo son regulables en precarga, y este último no es progresivo, a pesar de ello ofrecen un rendimiento correcto y siempre visto desde un prisma de una conducción moderada. Lo mismo ocurre con los frenos, solo tiene un disco delantero pero es suficiente dado el peso y la escasa inercia que genera esta pequeña Tuono. En las frenadas fuertes me percaté de que el asiento tiene un poco de caída hacia delante y al frenar te escurres lo que provoca que tus partes nobles se estrujen contra el depósito.
Conclusión
La Tuono se ofrece como una opción válida para todos los públicos, esto abarca desde la persona que tiene el carné A2 y quiere iniciarse con una moto fácil y sin sobresaltos a un conductor más experimentado que quiera una moto para todo y no gastarse mucho dinero, concretamente 6.599 euros. Como te he comentado tiene equipamiento de moto austera, de ahí viene en parte su precio, pero tiene otras cosas a destacar como la pantalla TFT de 5 pulgadas con conectividad o los tres modos de conducción en los que se varía la entrega de potencia y el control de tracción. Una moto que menos para viajar y largas distancias vale para todo, y en cualquier escenario funciona bien, sin sobresalir en nada pero sin penalizar gravemente en nada. Vale incluso para llevar pasajero, que para tratarse de una naked deportiva nuestro acompañante cuenta con un asiento decente, asideras y reposapiés.