Movimiento importante en el segmento de scooter de cilindrada media, la firma china Voge lanza su SR3, un scooter GT en cuanto a estética y equipamiento pero al que le han querido dar un enfoque urbano en lo que a peso y dimensiones se refiere. Resumiendo: un GT compacto. Voge ya cuenta con un scooter de cilindrada media en su catálogo, el SR4 Max T, que se posiciona un peldaño por encima en cuanto a cilindrada (350 cc) y precio (5.787 €). Con el SR3 y su motor de 250 cc apuntan a un público más urbanita sin renunciar a un uso fuera de ciudad y con un precio que sin duda va a dar que hablar: 3.992 €. Posiblemente te hagas muchas preguntas -yo, que soy usuario de scooter a diario, me las haría-, pero nada mejor que contestarlas sobre el terreno y subido encima de un SR3. Hemos estado en su “puesta de largo” y te lo cuento todo a continuación.
Aparenta lo que es
Es probable que lo primero que has pensado es “vale, es un scooter chino aparente pero luego de cerca no es lo que parece”, pues te equivocarías. A la vista está que se trata de un scooter GT, no hay más que fijarse en la forma de sus plásticos o en el poderoso frontal al que le han dado un toque deportivo con esas enormes ópticas que van con led, entradas de aire y la pantalla alta que, por cierto, se regula en altura en dos posiciones de forma manual. Cuando te fijas de cerca en los detalles, en los acabados o en algo tan crítico en un scooter como en qué forma encajan los plásticos entre sí, el veredicto lo tengo claro: hay calidad de fabricación, al menos en apariencia y al tacto.
Me subo, echo la llave de proximidad al bolsillo, pulso y giro la toma de contacto, una pantalla TFT de 7 pulgadas cobra vida a todo color para mostrar toda la información del SR3. La básica y mucho más porque hasta te indica la presión de los neumáticos y te avisa cuando están bajos de presión. Tiene conectividad, navegación por flechas y distancias y puedes moverte por la interfaz de forma fácil e intuitiva gracias a tres botones de la botonera izquierda que van retroiluminados. Es momento de ponerse en marcha, de momento no llueve pero a lo lejos hay unas nubes muy negras.
¿Cómo de compacto?
Un punto importante que se ha resuelto de una forma muy decente. Por fuera no es demasiado voluminoso para tratarse de un GT, un punto a favor para su uso en ciudad, manejarse entre el tráfico, aparcar o maniobrar en parado. A esto ayuda y mucho que su peso sea contenido: 165 kilos en orden de marcha, también que el asiento esté tan sólo 770 mm del suelo. Ahora bien ¿es compacto en cuanto espacio para el conductor? Algo sí. Yo mido 1’80 y quepo perfectamente, tengo espacio para las piernas, aunque si las cierro las rodillas acaban tocando con el contraescudo. Los brazos quedan flexionados ligeramente pero no hay opción de estirarlos porque el respaldo no te deja echarte hacia atrás, con lo cual el que mida de 1’90 en adelante tendrá problemas de espacio. Una posible solución es quitar el respaldo, una acción sencilla. El pasajero cuenta con un asiento grande, plataformas para los pies y asideras integradas en el portabultos trasero.
Empezamos la prueba en ciudad, lo primero que me llama la atención es que el motor arranca con alegría desde parado, además no produce muchas vibraciones. Es ágil de movimientos y no se nota pesado en marcha. Otro punto a favor son los frenos, tienen potencia de frenada pero con un tacto un tanto extraño porque casi no hay nada de recorrido en la maneta, aunque esto bien puede ser por ser una unidad poco rodada. Tiene ABS de doble canal que funciona perfectamente, además tiene los pulsos muy seguidos entre sí, lo que consigue detener el scooter en pocos metros. Cuenta con un sistema (ESS) que enciende los cuatro intermitentes cuando haces una frenada fuerte.
Pregunta recurrente: ¿Toca con el caballete al tumbar? Sí, como en todos los scooter, pero en este caso hay que tumbar bastante para encontrar ese límite a ambos lados. Empieza a llover, estaba claro. Esto no nos impide seguir la ruta ya fuera de la urbe, no sin antes probar el control de tracción acelerando con ganas en los pasos de cebra que ya están algo mojados, doy fe de que funciona. Ya fuera de ciudad me dispongo a comprobar cómo estira el motor. Es un monocilíndrico de 244,3 cc que desarrolla una potencia de 25,5 CV. Puedes llanear sin problemas a unos 120 km/h, en subidas se queda un poco y puede bajar a 110 km/h dependiendo de la inclinación y bajando puede llegar a 140 km/h. De motor va sobrada en ciudad pero fuera de ella le falta un poquito para circular de forma eficiente y por ejemplo adelantar sin pasar apuros.
Levanto con la mano el parabrisas, es estrecho pero tiene una altura suficiente para proteger incluso la zona más alta del casco, los hombros quedan algo desprotegidos pero a las velocidades que se manejan esto no supone un problema. El escudo sin duda protege porque en marcha apenas me mojo y ya está cayendo agua a raudales. El asiento es bastante plano y con superficie de sobra, pero algo duro de mullido porque pasados 30-40 minutos encima el trasero se empieza a resentir, un problema menor al ser un scooter de cortas distancias. El respaldo recoge bien la zona lumbar pero condiciona un poco la postura como te explicaba antes.
Más equipamiento...
Hay que parar, diluvia. Momento en el que abro el asiento para coger mis cosas. Tiene un hueco generoso en cuanto a espacio, caben un casco integral y otro abierto o tipo jet a su lado. Cuenta además con dos guanteras, en una de ellas hay una toma USB para por ejemplo cargar el móvil y una tarjeta SD, y te preguntarás ¿para qué? Pues para guardar todo lo que va grabando una cámara que se encuentra justo debajo del faro, incluso puedes hacer fotos disparando con un botón de la piña derecha similar al de las ráfagas. Un punto en contra es que ninguna de las dos guanteras se pueda cerrar con llave. La guinda del equipamiento la ponen unos puños calefactables, que vienen de serie.
Valoración y precio
Hasta ahora no había tenido ocasión de probar algún modelo de Voge pero tenía ganas, sobre todo por comprobar si es verdad todo lo que se dice (bueno y malo). Las ventas están respaldando a esta marca que amplía poco a poco su catálogo y no es de extrañar porque ofrecen productos de calidad a un precio muy competitivo. En el caso del SR3 proponen un scooter GT con vocación urbana ajustando tamaño y peso pero con todas las comodidades, sobre todo en cuanto a equipamiento, sin duda, el más completo del segmento a lo que se suma una calidad de acabados muy digna. Un scooter muy efectivo en ciudad y apto para salir de ella, aunque con la potencia justa.
Todo esto por sólo 3.992 euros, un precio ajustadísimo teniendo en cuenta todo lo que ofrece de serie, sin duda uno de sus mayores atractivos. Cuesta 2.500 euros menos que uno de los modelos más vendidos del segmento, el Yamaha XMax 300. Es para darle una vuelta. Y en cuanto a fiabilidad cierto es que hablamos de una marca relativamente nueva en el mercado y aún es pronto para sacar conclusiones en este aspecto pero es buena señal que den 5 años de garantía. También regalan un año de seguro.
