Zontes vuelve a golpear, esta vez en un segmento nicho hasta ahora reservado a las marcas con más tradición deportiva. Y lo hace a su manera, poniendo en liza un modelo que concentra diseño, tecnología, buenos componentes y una motorización propia en clave de tres cilindros que pone la guinda al interesante pastel que propone.
No me voy a extender mucho en cuanto a características y dotación porque me gustaría poner el foco en lo importante, las sensaciones de conducción. Pero sí vamos a hacer una pequeña radiografía de todo lo que ofrece porque es llamativo para una moto de menos de 8.000 euros.
Tres cilindros y una parte ciclo de altura
La parte ciclo y el motor se llevan todo el protagonismo aunque es de justicia decir que el diseño llama mucho la atención, la mires por donde la mires, te guste más o te guste menos; es una imagen deportiva y sofisticada, trabajada y lograda. La ubicación de los semi-manillares no fuerza mucho la posición, así que tenemos una deportiva civilizada en este sentido, una supersport que apunta tanto a la carretera como al circuito, tanto al día a día como a la diversión cuando tenemos la más mínima oportunidad.
Y es que con una ciclística protagonizada por un espectacular bastidor de fundición de aluminio que integra el subchasis, cuyo peso es de 11 kg, junto a un basculante no menos llamativo en el mismo material, con estructura de doble brazo simétrico, tenemos un punto de partida ambicioso. Pero si le sumas una horquilla Marzocchi con barras de 43 mm totalmente regulable y un amortiguador trasero con bieletas de la misma marca ajustable en dos vías, vamos teniendo argumentos cada vez más serios. Y si rematas esto con dos pinzas de anclaje radial, junto a una bomba radial, todo de Brembo, el paquete promete.
Y el motor de tres cilindros de alta compresión que ya conocíamos tras haber probado su hermana trail, la Zontes 703F, con 95 CV pone el lazo a una moto destinada a personas de perfil variado en cuanto a experiencia pero con un denominador común: las ganas de darle al gas.
La moto es más bien sencilla en cuanto a ayudas a la conducción pero no le falta embrague antirrebote, control de tracción o dos modos de conducción. Incluso ofrece también de serie cambio rápido pero solo de subida, ya que al no tener acelerador electrónico no es posible montar un shifter bidireccional.
En cuanto a tecnología, Zontes siempre dota a sus motos de un nivel interesante. En este caso, llave de proximidad, pantalla TFT con conectividad (con una nueva aplicación) y sistema “screen mirroring” que tiene 5 modos de visualización. No falta el ordenador de a bordo, la presión y temperatura de los neumáticos que por cierto son unos Michelin Power 6.Y puños calefactables por si echabas algo más en falta.
Así que estaba ansioso por comenzar la prueba que como he dicho al principio, iba a discurrir en carretera y también en circuito, concretamente el Aspar Circuit, en Guadassuar.
Me subí a su asiento situado a 795 mm del suelo sin dificultad aunque solo mido 1,66 m. Lógicamente no llego sobrado, sino más bien te puntillas, pero no me supuso ningún problema esta altura que me parece razonable para acoger a personas de cualquier talla.
Al arrancar la Zontes 703 RR, la nota que libera su motor por el escape me sonaba y mucho ya que esta configuración es una de mis favoritas, no sólo por que me parece que aúna lo mejor de los “tetras” y los bicilíndricos en cuanto respuesta y rendimiento, sino porque tienen un sonido muy estimulante. Y este no es una excepción. Es una mecánica que estira más allá de las 11.000 vueltas para entregar esos 95 CV, con un par bastante jugosete que se puede disfrutar en toda su plenitud a 8.500. Es decir, destaca por su eslasticidad, como luego íbamos a comprobar.
Diversión en carretera
Aunque estaba como loco por entrar en circuito, me voy a ceñir a la realidad que fue primero una ruta plagada de curvas por una zona icónica en Valencia que lleva hasta la localidad de Dos Aguas. Desde el primer momento ya Zontes 703 RR se revela como una moto fácil a la hora de moverse en cualquier rango de velocidad. Una postura que no carga brazos ni muñecas ayuda a disfrutar mientras que el motor daba muy buenos síntomas de sus capacidades desde el primer momento.
La moto se percibe muy estable y a la vez juguetona, mucho. Hilvanar curvas es una delicia porque te lo facilita gracias a su buena predisposición a tumbar sin que percibas ningún extraño y a guiarla por la línea alegida con plena exactitud. Los frenos cuentan con la potencia necesaria, aunque me esperaba un tacto más fino dada la presencia de la bomba radial Brembo, ya que en el primer tramo del recorrido de la maneta, no termina de actuar.
El motor en este escenario tiene potencial más que de sobra para un a un ritmo muy alto aunque ya percibí algunas imprecisiones con el gas; en la fase de apertura en marchas cortas había ocasiones en las que notaba un tirón. Cambié de modo de conducción, del normal al deportivo y parece que lo hacía menos. Pero, lógicamente, es una sensación que no me resultó agradable.
Por otro lado, la moto estaba demostrando en cuanto a dinamismo buenas aptitudes. El cambio de marchas funcionaba correctamente y el shifter lo mismo, sin alardes y mejor cuanto más alto de vueltas. No es muy sofisticado, igual que el control de tracción pero hacen su papel. Lo mismo aplica para el embrague antirrebote.
Gas a fondo en circuito
Lo siguiente fue entrar en el circuito para poder explorar todas estas sensaciones más a fondo. Y hubo un pequeño truco para que la moto estuviese a la altura: en los calentadores no había unos Michelin Power 6 que en carretera cumplen bien, sino que una Power Cup 2 nos estaban esperando. Para mi son algo así como unos slicks de calle, mucho más apropiados.
Tres tandas de 20 minutos dan para mucho. Así que parte de la primera la empleé para aprenderme un circuito que es muy técnico, con apenas rectas, así que no da descanso. Tanta curva no se le atragantaba a la Zontes 703 RR, cuya puesta a punto de chasis y suspensiones me parece muy acertada. Y lo iba demostrando giro tras giro, generándome mucha confianza para darle al gas con todas mis ganas.
Dejé las suspensiones tal y como estaban configuradas porque me dio buenas sensaciones desde el primer momento. Pero lo bueno es que se pueden afinar bastante tanto delante como detrás. La moto iba muy asentada en todo momento, sólida, tanto en las frenadas más fuertes como a alta velocidad. Aunque es de justicia decir que la velocidad máxima posible en tercera marcha en la recta principal es de unos 170 km/h. La velocidad oficial anunciada acaricia los 260 km/h, con el ram-air a pleno pulmón, que también lo tiene, para aportar un extra de empuje a alta velocidad.
La segunda tanda, con el circuito ya memorizado fue de inmersión total para ver hasta dónde podía llegar. Decir que me sorprendió para bien que no es fácil tocar con las estriberas en circuito, ya que se han cuidado mucho de poner avisadores largos y eso mola porque la moto deja hacer sin encontrar esa traba. Así que los Power Cup2 fueron aprovechados hasta el último milímetro de su zona lateral de agarre y fueron decisivos para exprimir el conjunto todo lo posible.
Me gustó mucho la sensación de tracción que la moto transmite al abrir gas fuerte en la salida de las curvas. Aunque tantas ganas le ponía que me acabé llevando un susto porque casi me descabalga, no siendo capaz el control de tracción de limitar ese primer deslizamiento brusco, aunque la cosa no fue a mayores, pero sí puso en evidencia que el trabaja con sus limitaciones.
En este circuito la segunda y la tercera marcha eran más que suficientes para gestionarlo entero, y el cambio tenía que trabajar intensamente pero siempre con bastante precisión. Y aunque algún compañero me comentó que no le había gustado del todo, para mi el funcionamiento es muy correcto.
Por cierto, la ergonomía para mi pequeño cuerpo es perfecta, solo hay que ver las imágenes. Me podía mover en su asiento con mucha libertad en los continuo scambios de dirección y la postura a los mandos aunque es 100% deportiva, no fatiga como te podrías esperar. Además, me podía esconder en su cúpula que para mi envergadura tiene un tamaño ideal.
El motor tiene un rendimiento bueno en líneas generales en cuanto a la entrega de par y potencia, con bastante elasticidad en esa tercera marcha aque daba para mucho. ¡Y qué bien suena! Aunque de nuevo me encontré con esas imprecisiones en el primer recorrido del puño que provocaban incómodos tirones. Y no era algo específico de mi unidad de pruebas ya que todos comentamos en mayor o menor medida este detalle que desde luego conviene subsanar para tener una moto mucho más perfecta.
Muy buena nota para el equipo de frenos cuando exiges lo máximo, ya que aplica la potencia necesaria en todo momento, infundiendo una gran sensación de seguridad. Todo un acierto que se hayan sustituido la pinzas radiales J.Juan con la que se comercializa en otros mercados, por estas Brembo que son muy solventes y rotundas cuando lo necesitamos.
Dinámicamente no le puedo reprochar nada a esta Zontes 703 RR, una moto fácil, precisa, divertida y que responde con seriedad cuando la llevas al límite lo que me hizo pasar un buen rato, especialmente en circuito. Sus 196 kilos con todos los líquidos se mueven con solo pensarlo.
Valoración y precio
Por menos de 8.000 euros, 7.688 concretamente, no se puede pedir más. Esa es mi opinión. De hecho, la encuentro inexplicablemente barata teniendo en cuenta sus componentes, motor, tecnología y ese deslumbrante chasis de doble viga en fundición de aluminio, aparte de su buen dinamismo. Y debo añadir que cuando te fijas, es una moto hecha con esmero, exhibiendo buenos acabados al tacto y a la vista.
Me he tomado la molestia de buscar su precio en Italia, un mercado similar, y es de 8.990 euros, lo que parece más lógico según lo que acabo de comentar. Y en Francia no hay precio oficial pero las estimaciones que hacen algunas webs de relevancia es a partir de 8.500 euros. No ha llegado a Portugal que nos haría una foto más precisa. Lo que parece claro es que la estrategia es reventar el mercado, aun a costa de reducir el margen de beneficio. Y el más beneficiado es el comprador.
Pero más allá de todo esto, estamos ante una moto que al ser limitable para el carnet A2, supone una inmejorable escuela para esas personas con debilidad por las motos deportivas. Se van a encontrar, como decía entes, una moto sencilla de pilotar, nada exigente y que a cambio te da grandes sensaciones. Eso sí, el tacto del acelerador hay que mejorarlo para que sea una moto plenamente satisfactoria. Y es que en general, los modos de conducción, el shifter o el control de tracción se nota que no son refinados pero es que si le metes un acelerador electrónico para que todo funcione de forma más precisa, la moto ya no podría ser tan barata. Y de justicia decir que para 95 CV no hacen falta muchas ayudas, si no cabeza y ganas de disfrutar, y mucho, con esta soprendente Zontes 703 RR.
