Por tan sólo 1 CV se presenta como el scooter más potente del mercado; un reclamo sensacionalista para un scooter cuyo nuevo traje deportivo hace honor al fuerte temperamento de su corazón bicilíndrico de 76 CV.

Piaggio tiene una bomba en su catálogo que ya explotó en su día pero quiere incrementar su onda expansiva con la creación de un modelo nuevo aunque basado casi por completo en el que fuera el megascooter más potente del mercado; el Gilera GP800 (ver prueba) tuvo una repercusión tremenda al ser el primero en atreverse a poner sobre el asfalto una cilindrada tan alta con una potencia tan inaudita. Pero las ventas no acompañaron del todo y fue perdiendo tirón en todos los sentidos. El público penalizó mucho la cuestión del peso, las suspensiones y los frenos pues mostraban un scooter menos equilibrado frente a la competencia que pulverizaba sin apenas esfuerzo cuando se trataba de prestaciones.

Energías renovadas

Por eso el SRV 850 llega con la misión de volver a entusiasmar al público: primero gracias a una estética profundamente renovada y con el marchamo de Aprilia en cada detalle de la carrocería. Segundo con la vitola del scooter más potente salido de una cadena de montaje gracias a ése caballito más que se han sacado los ingenieros del bicilíndrico en V. Y tercero mediante modificaciones en frenos y suspensiones para intentar mejorar este importante aspecto de la conducción. Aprilia afirma haberlo ligerado un poco pero en la presentación fue imposible confirmarl este pequeño ahorro de peso. Puede haber contribuido la pérdida de la pantalla regulable de forma eléctrica del GP800 que el SRV 850 no ofrece ni como opción.

Por cierto, el apellido de ambos scooters (800/850) no debe confundir a nadie ya que los dos usan el mismo propulsor de 838,3 cc. Aunque modificaciones en la electrónica han proporcionado al Aprilia un caballo más de potencia que diferencia ambos modelos. La transmisión por cadena, el chasis, el tipo de suspensión y los frenos son iguales, aunque con sutiles diferencias; en el equipo de frenos la bomba cambia para tratar de aportar más potencia. Al combinar esto con una suspensión cuyos componentes internos han sido modificados para no ser tan blanda como en el GP800, el SRV 850 mejora sus capacidades dinámicas. No es una mejora fácilmente palpable pero se agradece porque es un fantástico scooter muy necesitado de estos pequeños pero importantes avances..


VER DATOS TÉCNICOS Y EQUIPAMIENTO APRILIA SRV850>

Cómodo pura sangre

También se ha modificado la ergonomía al cambiar el asiento pero lo único que puedo decir es que se trata de un scooter cómodo, y eso a pesar de contar con una pantalla parabrisas escasa de tamaño. A cambio ofrece un amplio y macizo escudo como protector donde se integra el bloque del freno trasero y donde seguimos sin encontrar una guantera de esas que vienen tan bien en un scooter. Tampoco el hueco bajo el asiento ha variado su capacidad y eso quiere decir que hay tamaño para un casco integral y poco más.

De la estética, sólo decir que transforma brutalmente la apariencia del GP800 cuya discreta línea no hacía presagiar lo que nos esperaba al arrancar. Aprilia ha ido más allá, dotando al SRV de un frontal descaradamente inspirado en la RSV4 y con una psicodélica zaga que usa el piloto trasero de la Dorsoduro 1200...interesante mezcla a la que se suman los intermitentes integrados en los espejos retrovisores que continúan siendo pequeños pero suficientes para ver correctamente

En marcha continúa siendo un velocista consumado gracias con una aceleración tremenda pero controlada gracias a su progresividad y la buena conexión con el acelerador. Sería muy interesante una versión con ABS e incluso con el control de tracción de Piaggio, ya ha montado en el nuevo X-10 y el Beverly 350. Con semejante par motor e inercias derivadas de sus 262 kg en orden de marcha, no habría que ir con tanta precaución, habilidad y cabeza; sería un poco más fácil disfrutar a yendo deprisa en cualquier tipo de carretera. Y parece que así será, según los responsables de la marca que no pudieron facilitar fecha para recibir una versión con ABS y ASR.

Diferente pero igual

Volviendo a la conducción, no se pilota como un scooter convencional, seguramente porque su motor en V hace que el centro de gravedad esté más alto de lo habitual en un scooter. Y aún siendo ágil de reacciones a baja velocidad, demanda un componente físico pues no se mueve con tanta facilidad como un Yamaha T-Max 530 (ver prueba), un “juguete” a su lado. Y eso en ciudad penaliza pero en carretera y autovía se disfruta mucho del motor y la zancada firme que la llanta de 16 pulgadas ofrece. Practicando una conducción suave, bien hilada, huyendo de cualquier brusquedad es un scooter único por potencia y aplomo...pero que no perdona errores. Así que ojo al circular rápido por carreteras poco conocidas.

Lo cierto es que las sensaciones de conducción son idénticas a las que se sienten sobre un Gilera GP800. Pero ya lo esperaba, al tratarse del “mismo perro con diferente collar”. Los numerosos cambios lo hacen diferente, sí, pero su motor y chasis, es decir, su esencia, es la misma.

Con un precio de 9.279 € se posiciona como una opción “económica” si lo medimos con sus compañeros del segmento maxiscooter deportivo, pues tanto el T-Max como el BMW C600 Sport (ver prueba), lo superan ampliamente en precio así como en equipamiento. Se ofrece en blanco y negro desde ya en todos los concesionarios de Aprilia.