Ponte la chupa de cuero y no te afeites. Si te montas en esta moto con chaqueta de cordura o casco integral es que no te enteras de nada. Me recuerda a un tío que va a mi gimnasio en su reluciente Harley… con chándal y plumífero. Qué poca vergüenza, la verdad. Hay que tener claro que si vas a meterte en el papel de propietario de una Sportster 72 tienes que hacer la inmersión completa, sin descuidar el vestuario; y comportarte como se espera de ti. Por eso yo, que me tomo muy en serio estas cosas, rebusqué un casco jet que tenía en el armario, saqué mis botas "de montar" y, aprovechando que mientras tuviera esta chopper no la iba a usar, eché a lavar la práctica chaqueta de cordura.

En positivo

  • Imagen
  • Suavidad
  • Calidad general
  • Respuesta del motor

En negativo

  • Suspensión trasera
  • Dirección imprecisa
  • Frenos justos

Como les pasa a los actores de tanto meterme en el papel me lo acabé creyendo. Con una Harley reluciente y con las manos en alto para llegar a su estrafalario manillar estilo Ape, no procede ir a la carrera buscando el primer puesto en los semáforos. En primer lugar porque el radio de giro de su larga horquilla no es el ideal para serpentear entre los coches, y en segundo porque la actitud no es esa: take it easy, man.

Ficha técnica y precio Harley-Davidson Sportster 72>
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Las prisas innecesarias no merecen la pena nunca, pero menos cuando rodar relajadamente con brazos y piernas estirados y aprovechando el imperturbable pistoneo de este V2 de 1.200 cc. provoca tanto placer y buen rollo. Una medio sonrisa torcida bajo las gafas de sol o cara de chungo, igual vale, es el complemento gestual perfecto para montarte la película mental. En realidad también se la monta la gente, que en los semáforos suele mirar estas motos con admiración y al que va encima con respeto. Ni siquiera los chavales de scooter con tubarro ni los “deportistas” de las histéricas RR de 180 caballos se sienten heridos en su orgullo si en un momento dado sales antes que ellos… saben que el de la Harley juega en otra liga.

Esta es la razón por la que inmediatamente le tomé querencia a esta moto. Se lleva con una facilidad extraordinaria y desde el primer instante le tomas confianza porque el asiento está muy bajo y llegas al suelo casi como si estuvieras sentado en una silla. Además, el baricentro parece estar a la altura de tus tobillos y la rueda delantera de 21 pulgadas y 90 milímetros de anchura -estrecha, estrecha- hace muy fácil cambiar de trayectoria a baja velocidad, si bien como hemos comentado el lanzamiento de la horquilla no permita cerrar mucho el ángulo de giro.

Menea tu cuerpo
Primera entra con un sonoro y estudiado “clonc”, pero lo hace al mismo tiempo con suavidad; la misma sensación que ofrece cualquier otro mando de la moto. El motor produce un rendimiento muy generoso a bajo y medio régimen, ideal para rodar en cualquier marcha y encontrar siempre respuesta eficaz en el puño del gas. Estirar las marchas no sirve para nada y la verdad es que resulta hasta contraproducente porque la estabilidad de la moto acelerando en recta se ve francamente comprometida por la estrafalaria geometría chopper, que obsequia al piloto con un perturbador y zigzagueante meneo de la dirección que no consigue trazar la línea recta a menos que se toque el freno o se tome una curva. Es parte del juego. Aquí no se viene a correr sino a recorrer y no lo veo como un defecto grave sino como una “contrapartida fruto de su personalidad”… Sin duda me estoy dejando llevar por las sensaciones y no estoy siendo nada objetivo, porque siéndolo sólo se pueden cargar las tintas ante lo que es realmente una pega importante. No obstante –y vuelta la burra al río- te acabas acostumbrando al meneo, aunque la primera vez parezca que la Harley 72 acabará descabalgándote como un toro de rodeo.
harley-davidson-seventy-two-detalle-lateralLo mismo sucede con el freno delantero. Por un lado podemos sentenciar que es poco potente pero por otro sencillamente debemos reconocer que, si quieres una chopper con fina rueda delantera de banda blanca, poniendo más maquinaria sólo conseguirás que se bloquee cuando menos deba hacerlo. Vamos, que frena poco pero no hay más tela que cortar… es parte de su idiosincrasia. Y perdona que me repita: si te molesta que la rueda delantera frene lo justo es que no deberías estar montado en esta moto. Para apurar frenadas hay otros modelos mucho más indicados, y baratos. De lo malo, el freno trasero es progresivo y suficientemente potente, aunque para exigirle el do de pecho hay que pisar el adelantado pedal como quien grita a un sordo.

Otro punto controvertido es el de la ruda suspensión trasera. Sus dos amortiguadores actúan con poco respeto por tu trasero, obsequiándole con lo que parecen secos puntapiés cada vez que te tragas un bache. Cuando los ves acercarse ya vas pensando: “ay no, no, no…”. Eso sí, impasible siempre el ademán, por favor. No creo que tenga fácil solución, porque si se opta por unos elemento más suaves es posible que la tendencia a menarse de la dirección fuese a peor. En fin, si tienes una lesión de espalda hay otras Harley mucho más cómodas (ver gama Harley-Davidson).
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Y por último, en esta retahíla de quejas, no me puedo olvidar del precioso tanque tipo peanut, con un diseño que no puedo imaginar más bonito pero con capacidad para 7,9 litros de gasolina “hasta la boca”, lo que supone que casi siempre estarás en reserva y que cuando hagas un viaje, cada 80/90 kilómetros escasos -y eso estirando la reserva… en una moto que no tiene indicador de nivel- tendrás que visitar la gasolinera.

¿Quieres una chopper?, pues esto es lo que hay
Pero vuelvo a lo mismo porque me siento un poco como los que escriben la prueba de un Ferrari y ponen como defecto el consumo: ¿quieres una chopper? Pues esto es lo que hay... No te plantees las observaciones como fallos sino como particularidades, porque todas las pegas que he sacado a la Harley-Davidson Sportster 72 tienen su explicación; y o lo tomas o lo dejas.

Sobre sus virtudes… saltan a la vista; te recomiendo que leas el reportaje que hicimos cuando se dio a conocer la moto hace unos meses en el que se describen todos los complementos y accesorios, aunque en la galería ya puedes ver cómo brillan. Ahora sólo quiero hacer hincapié en la fabulosa terminación de su pintura Metal Flake (opcional), que lanza destellos tanto de noche como de día, y en que la calidad de los acabados roza la perfección. Hay Sportster que van mucho mejor, pero creo que ninguna tan exageradamente atractiva como la Seventy Two. Confieso que me costó separarme de ella al devolverla.