Fuerzas oscuras han mediado para que una moto con ése neumático trasero y el imponente aspecto de la Diavel pueda moverse como lo hace. Para que sea tan ruda y a la vez sofisticada, incluso para que transforme a un pardillo como yo en un tipo casi duro cuando te sientas y te pone en posición de “comerte el mundo”. La verdad es que parece magia negra su comportamiento.
Se trata de una moto muy ambiciosa, un proyecto difícil y diferenciador, un producto para prolongar la imagen de marca hacia nuevos horizontes. Por eso cada detalle está sumamente cuidado e incorpora toda la tecnología que Ducati es capaz de imprimir a una moto.
El diablo desmocrómico
Y también todo su carácter que viene marcado por el potentísimo motor de dos cilindros en L. Para domarlo o dejar que muestre su genio en toda plenitud cuenta con tres diferentes mapas de motor y control de tracción de ocho niveles. Urban es el más modesto en cuanto a potencia y de sus 162 CV nos deja usar 100 del Testastretta 11, nombre de este propulsor derivado directamente de la experiencia de Ducati en el Mundial Superbike. Este modo lo probamos durante...100 metros porque nos gustó bastante más el Touring y nos fascinó el Sport, ambos con los mismos 162 CV pero en el modo deportivo se perdía la “progresividad” del turístico en favor de una brutal aceleración cada vez que enroscábamos a fondo el acelerador electrónico. Sensaciones únicas acompañadas de un sonido muy Ducati, bronco y excitante, incluso agradable cuando cortamos y suenan las
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detonaciones o los golpes de gas en vacío. Además, teniendo en cuenta sus prestaciones y gran cilindrada, el consumo medio nunca pasó de 6,5 l/100 durante la semana que duró la prueba, una cifra creo que razonable.
Datos técnicos, precio y galería Ducati Diavel >
Pero más que la potencia sorprende su peculiar manera de moverse; los movimientos están condicionados por nuestra postura de conducción con los brazos abiertos y ligeramente hacia delante el cuerpo por lo que demanda esfuerzo por nuestra parte para efectuar los cambios de dirección. Una vez nos acostumbramos resulta incluso ágil y además tiene una buena capacidad para girar a muy baja velocidad o incluso en parado gracias a su buen ángulo de giro. Y esto también sorprende pues monta una horquilla de moto musculosa con nada menos que 50 mm de diámetro de barras.
Musculosa bailarina
Y es que la Diavel es una caja de sorpresas y se disfruta mucho cuando nos hemos acostumbrado a sus reacciones y podemos comenzar a exprimir su deportiva parte ciclo. Se muestra no sólo estable sino también fácil de llevar enlazando curvas medias y rápidas. Las muy lentas, lógicamente se le atragantan un poco. Este buen comportamiento dinámico nos incita a llevarla de forma animada, explorando su faceta más deportiva. El preciso y estable paso por curva junto a los ágiles cambios de dirección nos hacen pensar en una naked de altas prestaciones hasta que las estriberas tocan el suelo y volvemos a la realidad de una moto alegre en curvas pero algo limitada por su diseño largo y más bien bajo pero ligera en la báscula; tan sólo pesa 210 kg según las cifras oficiales. Y esto es uno de los responsables, junto a las geometrías de dirección, de su comportamiento juguetón que nos permite balancearla con cierta facilidad de un lado a otro, aprovechando su nobleza de reacciones, unas inercias no muy acusadas y una buena capacidad de tracción.
El sofisticado equipo de suspensiones - totalmente regulables - sumado a unos potentes frenos asistidos por sistema antibloqueo son parte esencial a la hora de disfrutar de la Diavel. Todo esto permite disfrutar mucho del especial cóctel que es la Diavel porque su ímpetu lo tenemos todo momento bajo control. La potencia de la pinza delantera es rotunda a poco que tiremos con un poco de fuerza ante cualquier imprevisto, por eso el ABS me parece muy apropiado.
Es una moto que incluso en ciudad sorprende para bien con las únicas pegas de un cambio un poco rudo y el calor que libera su bicilíndrico de altas prestaciones. Todo lo demás resulta positivo teniendo en cuenta las dimensiones de la moto, pues se mueve muy bien y el motor ofrece un tacto agradable aunque no vayamos muy rápido, no tiende a dar desagradables tirones. También los espejos cumplen bien su función gracias a una buena visibilidad que para nada está reñida con un particular diseño muy bien integrado en la estética general.
Otro guiño en este sentido es el que la Diavel arranca sin tener un bombín para el contacto. No lo necesita porque la moto se activa por proximidad -2 metros aprox.- y la llave únicamente sirve para abrir el depósito de la gasolina. El bloqueo es también automático y la propia moto indica cuando está lista para bloquearla. Una verbena electrónica importante pero con un manejo más o menos sencillo de todo.
Y es que la Diavel está repleta de detalles que evidencian una gran calidad por otra parte imprescindible en un producto de 16.995 € para la versión más barata, nuestra protagonista. Y ésa es la última condición para llevarte la Diavel a tu garaje, ella hace el pacto con el diablo y tú con el banco…suerte!
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