Todos comparten motor de dos cilindros y las orientaciones están bien diferenciadas: deportiva y Gran Turismo. Por eso vamos a dividirlos en estos dos grupos que a su vez discriminan muy bien la clientela de cada uno, según más gustos que usos porque al fin y al cabo casi todos los propietarios los van a utilizar eminentemente para casi lo mismo: ciudad, alrededores y excursiones puntuales. Y para eso cualquier de esta selección de siete portentos cumple sin problemas aunque con muy diferentes matices, debido precisamente al público que buscan cuyas necesidades varían sensiblemente.
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La última marca en llegar ha sido BMW, revolucionando tanto un segmento como el otro porque ha llegado con la ingeniosa idea de ofrecer dos modelos diferentes sobre la misma base mecánica y ciclística. Incluso decidirse por uno de los dos también resulta ser una cuestión peliaguda que hemos intentado resolver (ver prueba comparativa).
Este desembarco supone un gran desafío para las marcas japonesas que tradicionalmente han sido las dominadoras porque ellas se encargaron de inaugurar este segmento hace más de una década. Por eso Suzuki siempre ha marcado el paso con su Burgman 650 y Yamaha el camino deportivo con el T-Max. Honda siempre ha estado presente con un producto menos ambicioso, casi más por cumplir que por marcar la pauta y luchar verdaderamente por una posición hegemónica.
Y el Grupo Piaggio se ha posicionado claramente en la faceta más deportiva de los "mega" con Gilera y Aprilia, dos marcas con pedigrí de carreras cuyos megascooters cuentan con la vitola de lo más potentes salidos de una fábrica de montaje.
Por eso a la hora de elegir un megascooter el comprador ahora tiene muchas más dudas ante un panorama muy variado que hemos estudiado a fondo para vosotros.
