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Por eso los fabricantes no han dudado en sacrificar espacio en el hueco del casco y así no condicionar las dimensiones de su carrocería. El único que ha salido airoso es el BMW gracias a un ingenioso sistema que permite guardar dos cascos y guardar la línea. De hecho aunque voluminosos, son más estilizados que los GT para tratar de seducir a un público de mentalidad más juvenil y menos práctica pero con la irrenunciable intención de poner un megascooter en su vida.

BMW C600 Sport:

Ha desbancado al Yamaha T-Max como el megascootrer deportivo por excelencia y eso sólo se puede hacer esgrimiendo muy sólidos argumentos. Lo ha hecho tanto por su parte ciclo como por su motor que le dotan de unas capacidades dinámicas más propias de una moto que de un scooter y una ergonomía cómoda pero inequívocamente deportiva. Cuenta con pantalla regulable de forma manual en tres posiciones. Además pone en juego el ingenioso sistema Flexcase con el que vapulea a toda la competencia, pues es el único megascootrer de corte deportivo capaz de dar cabida a dos cascos integrales. También supera a todos en precio y eso puede ser uno de sus handicap.

>Prueba BMW C600 Sport

• A favor: solidez del tren delantero, hueco para dos cascos integrales, ergonomía, parte ciclo, prestaciones
• En contra: ruido y tacto del motor, freno de estacionamiento en la pata de cabra
  

Gilera GP 800:

Su mejor argumento frente a la competencia es el rendimiento de su bicilíndrico en V a 75º. Es simplemente poderoso, muy elástico y lo aleja de sus rivales gracias a una velocidad punta máxima de unos 200 km/h. Y esto puede ser más de la cuenta para un megascooter con muchas inercias cuya llanta de 16 pulgadas es necesaria para aplomar el conjunto. Sobre todo si las suspensiones y los frenos no están al nivel de semejantes prestaciones. Y es que unas pecan de blandas y los otros de poco potentes así que este desequilibrio es uno de sus principales problemas al que se añade el peso. Resulta un scooter muy cómodo y destaca por su pequeña y efectiva pantalla regulable de forma eléctrica. Cuenta con la peculiaridad de montar una transmisión por cadena como evidente guiño al mundo de la moto.

>Prueba Gilera GP 800

• A favor: rendimiento motor, ergonomía, autonomía
• En contra: frenos, suspensión, peso, hueco para un solo casco, sin guantera
  

Aprilia SRV 850 ABS/ATC

Es el mellizo del GP800 porque todo es igual salvo la carrocería, de aspecto más deportivo y aire muy familiar ya que por delante recuerda a la RSV y detrás lleva el piloto de la Dorsoduro 1200. Lo bueno es que Aprilia ha mejorado levemente el comportamiento de los frenos y la suspensión, dotándolo además del sistema ABS -ATC: es decir control de tracción y sistema antibloqueo de frenos que le vienen de maravilla porque es un aspecto sumamente importante cuando contamos con 75 CV de potencia que llegan muy directos a la rueda trasera al aceleramos con ganas. Frente al GP 800 pierde la pantalla regulable eléctrica.

>Prueba Aprilia SRV 850

• A favor: rendimiento motor, ergonomía, autonomía, control de tracción
• En contra: peso, hueco para un solo casco, sin guantera
  

Yamaha T-Max 530

Sigue siendo el "mega" más equilibrado y polivalente pero ya no el más deportivo. Destaca por un reparto de pesos y un centrado de las masas diría que perfecto por lo que su conducción es intutitiva y muy precisa. Tiene un tacto realmente exquisito al acelerador, casi eléctrico y su sonido es también el más logrado de todos. Aunque es menos potente, su cifra de par le hace defenderse muy bien en los primeros metros pero la desventaja es clara y se evidencia cuando salimos a autopista con mucho terreno por delante. Los frenos y las suspensiones le dotan de un comportamiento excelente donde destaca la agilidad y aplomo.

>Prueba Yamaha T-Max 530

• A favor: tacto motor, par motor, agilidad, equilibrio
  
• En contra: autonomía, un sólo casco bajo el asiento, potencia

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