La subasta es una fórmula de compra-venta muy arraigada en el mundo anglosajón y en Inglaterra es donde más tradición existe. ¿Qué mejor termómetro del valor de algo que someterlo a una puja pública? Bueno, ciertamente a poco que te pares a pensar puede que no siempre el precio satisfaga las expectativas del vendedor, pero con la concurrencia de potenciales compradores, buena selección de productos a la venta y la necesaria seriedad que se presupone a los organizadores de este tipo de eventos -entre lo social y lo comercial- la satisfacción y el rápido cambio de manos están garantizados.

Prueba de ello es que en un solo día se movió más de millón y medio de euros para que una buena selección de motos clásicas y objetos relacionados encontraran nuevo hogar en el transcurso del Classic Motorcycle Show de Stafford. La joya de la subasta fue una Vincent Black Shadow de 1952 completamente restaurada, una de esas motos que levantan “Ooooohs!” allá por donde van y que alcanzó las 113.500 libras (más de 134.000 euros). Sí, es mucha pasta incluso por una Black Shadow, pero es que no se rata de una Vincent “cualquiera”, esta es una de las componentes del equipo oficial de fábrica que en 1952 acudió al autódromo de Montlhéry (Francia) con la sana intención de batir todos los récords del mundo que se les pusieran a tiro. Y si bien nuestra protagonista falló en su intento de mejorar la marca vigente en velocidad durante 24 horas, el equipo británico cruzó el Canal de la Mancha de vuelta a casa con ocho nuevos récords, incluyendo el de seis horas a más de 100 millas por hora.
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Además de ella cabe destacar una Brough Superior SS80 de 1931 por la que ofrecieron 57.500 libras (más de 68.000 euros) y una Indian Model F que perteneció a Steve McQueen, y que viajará al continente para encontrarse con su nuevo dueño, que hizo su oferta (32.200 libras –más de 38.000€-) por vía telefónica. Otra moto interesante que alcanzó un precio en consonancia fue una Laverda SFC 750, que consiguió bajar el martillo en 32.775 libras (casi 39.000€). Había también un numeroso lote compuesto por 30 motos muy diversas procedentes de una colección privada: cafe-racers de los 50, modernas motos de competición y unas cuantas Ducati que cambió de manos al completo por 175.000 libras (más de 207.000€). Cifras que vistas desde nuestra depauperada posición nacional son casi obscenas…

Por último, es curioso cómo el culto a los mitos vende bien en la civilizada Gran Bretaña, y prueba de ello es que dos cascos de carreras que fueron usados por Barry Sheene alcanzaron las 10.000 libras (casi 12.000€).

Así que ya sabes, si tienes una clásica y no te escuece demasiado el bolsillo aguanta, que –posiblemente- vendrán mejores tiempos.

 

Fuente: VisorDown.com