Esta afilada deportiva con un nada usual motor Moto Guzzi Falcone se ha llevado la gloria en el certamen celebrado en Essen (Alemania). Y lo mejor es que el motor no es lo más sorprendente de la moto creada en el taller de Medaza, en Cork (Irlanda). Puede que llamen más la atención la horquilla, el tubo de escape o los frenos, pero para ganar el prestigioso galardón de reina de las motos hechas a mano en 2013 los detalles no pueden acabar ahí. Los participantes suben el nivel año tras año, como si la crisis aguzase el ingenio.

medaza-rondine-p3Si entras a la web de Medaza verás que su slogan es cuando menos curioso: Cycles for Discerning Gentlemen and Teenage Punks (Motos para caballeros exigentes y punks adolescentes), aunque supongo que les interesen más las carteras de los primeros que las de los segundos… a los que los caballeros no podrán parecerse y sin embargo lo intentan con motos como la Rondine.

Se trata de una monoplaza deportiva de estilo muy particular, a lo “corsa” de los 60, aunque su color –feo- despista un poco. Y no es cosa de no fijarse en su depósito, que recuerda a unas cuantas italianas y está realizado a mano en aluminio del bueno. Bastidor y basculante también son creación propia, y no cabe duda de que Medaza se fijó en la Aermacchi Ala d’Oro. En cuanto a las llantas lenticulares pulidas son de Harley-Davidson V-Rod, si bien con la garganta adaptada para montar neumáticos considerablemente más estrechos.

Debajo, suspendido, está el venerable monocilíndrico horizontal italiano de varillas y balancines que ha recibido vitaminas, porque una moto que se precie no está hecha sólo para que la miren: el cilindro se ha llevado hasta los 580 cc. y se han montado válvulas más ligeras. medaza-rondine-p2El volante motor, más ligero que el de serie, está hecho a mano y las líneas del aceite se han modificado para permitir sacar el circuito y ponerlo a la vista -menuda obra- con unas finas y vistosas tuberías de acero pulido.

He dejado lo mejor para el final, porque la horquilla es una pieza de aluminio pulido hecha a mano, accionada por bieletas y amortiguador central. Los frenos cuentan con unas pinzas mecanizadas Harrison y rotores hechos a mano con un generoso diámetro. La pletina que soporta la pinza delantera es preciosa, por supuesto hecha a mano; lo mismo que el escape, obra maestra de una mente retorcida, y que debe emitir un notable nivel de sonido justo debajo de las orejas de un viejo con reminiscencias punk... o de Guy Martin, que no quiso perder la ocasión de subirse en ella.