En ciudad, más incluso que en carretera, hay que prestar atención a todo lo que se mueve o puede moverse. Hay que anticiparse a las jugadas de los demás en el tráfico y puede que incluso llegar a pensar por ellos… es importante acostumbrarse a decir para uno mismo: ¿Qué pasaría si…?



¿Qué pasaría si…

… ese peatón decidiera cruzar la calle?
… el taxista con luz verde se parase de golpe?
… la puerta de esa furgoneta que acaba de aparcar en doble fila se abriese?
… el coche que llevo delante girase sin poner el intermitente?
… alguien cruzase por delante del autobús?
Este ejercicio nos puede ayudar a evitar algunas situaciones comunes en ciudad, de las que ni nosotros ni nuestra moto tendremos la culpa. Realmente es más complicado conducir por ciudad que por carretera. No obstante, contamos con un aliado que debemos saber utilizar: nuestra moto es más ágil que el resto de vehículos, y esta agilidad, lejos de servir para hacer maniobras increíbles, debe ser utilizada para salvar los sustos. Además, gracias a la tecnología aplicada en los scooters y motos de última generación como sus chasis rígidos y estables o el sistema de frenos antibloqueo (ABS), podemos confiar en que su respuesta no nos fallará ante un imprevisto.

La prudencia y “el olfato” sobre la moto

Siguiendo con el razonamiento anterior; si la agilidad de nuestra moto o scooter va a permitirnos salvar los sustos, para evitar que se produzcan la mayor parte de ellos tenemos que apelar a nuestra inteligencia al manillar.

Por un lado hay una parte esencial que se adquiere poco a poco con la experiencia, y que nos ayudará a predecir situaciones arriesgadas incluso cuando aparentemente, a los ojos de alguien que no use la moto, no existan motivos para la alarma. Esto es el olfato, algo muy importante y que se comienza a entrenar desde la primera vez que se coge la moto.

Por otro lado es indudable que gran parte de nuestra seguridad sobre la moto va a estar relacionada con nuestra prudencia. Si nos dieran a elegir entre dos virtudes, prudencia y habilidad, para definir a un conductor seguro sin duda deberíamos quedarnos con la prudencia. Es más seguro el conductor prudente que el conductor que confía por encima de todo en sus habilidades.

Consejos para circular seguro en ciudad

-    Circula a la defensiva: ten en cuenta que la moto y tú sois más vulnerables que los coches.
-    Hazte ver: Las lucres de marcha diurnas están cada vez más extendidas y mediante unos pequeños pero muy luminosos LED hacen que los conductores reparen en nuestra presencia con una simple mirada fugaz al retrovisor. Disponga de ellas tu moto o no, procura circular siempre a la vista de los coches, evitrando quedar en el ángulo muerto de sus espejos.  
-    Circulando entre coche no hay que llevar los pies colgando, súbelos a la plataforma o a las estriberas y la moto será más estable.
-    Para hacer maniobras en espacios reducidos o a muy poco velocidad usa el freno trasero, mantendrás mejor el equilibrio que con el delantero.
-    No caigas en el error de mirar cerca de la rueda delantera, mira lejos y tendrás una mejor perspectiva tanto de lo que pasa en tu entorno como de la trazada por la que debes guiar tu vehículo
-    En días de lluvia usa calzado con suela de goma. Un resbalón puede llevaros a la moto y a ti al suelo tontamente, y no siempre por ese orden.
-    Esquiva las circunstancias de riesgo en el firme, como las rallas blancas, los baches o las juntas de asfalto, pero hazlo siempre con la mayor previsión posible y después de asegurarte de que no viene nadie en la trayectoria que quieres tomar. En caso de que no estés seguro vale más pasar por encima y que trabajen las suspensiones, que para eso están.