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Llevábamos un tiempo mirando y admirando esta moto y finalmente hemos decidido dedicarle un reportaje en Motofichas. Más allá incluso del fantástico trabajo realizado en Sidney por el taller de Shed-X (¿porqué será que de las antípodas siempre nos llegan cosas geniales? ¿será porque las que no merecen la pena están demasiado lejos?) destaca un estilo que parece marcar tendencia en la estética de las preparaciones.

Las café-racer ya no sorprenden y empiezan a ser un rollo algo manido que pasas rápido en tu Facebook para ver otras cosas, pero las scrambler y en general estas transformaciones con manillares planos y reminiscencias campestres tienen más recorrido, están menos explotadas y se han convertido en una corriente importante con visos de dar mucho juego, y no sólo en el reducido ámbito de las motos “de autor”…

Tiene que ser bastante entretenido dar un paseo con esta Ducati "desmo tracker" en un camino de grava

ducati-749-screwdriver-shed-x-p1Centrándonos es esta moto, Shed-X ha mantenido la mecánica y los componentes dinámicos originales de la Ducati 749 tomada como punto de partida salvo los frenos delanteros originales en los que han sustituido las pinzas por unas Brembo oro. Eso no quiere decir que se hayan limitado a quitar el carenado y punto… ni mucho menos. Si a una moto moderna le quitas el carenado tienes ante ti un espectáculo de cables muy desagradable, que en este caso hubo que esconder realizando una instalación completamente nueva. Un trabajo nada sencillo que se vio complicado porque la instrumentación original de la 749 se sustituyó por un cuadro de ST4, más clásico y apropiado para colocar delante del ancho manillar, pero que no fue cosa de “enchufar y listo”.

El bastidor se desmontó y pintó en un brillante negro perlado lo mismo que las llantas, mientras que en el basculante trasero se dejo el aluminio crudo con un cuidadoso arenado que le da un toque muy técnico. Para soportar el asiento monoplaza tipo dirt-track, decisivo en el conjunto y hecho a manubrio con fibras menos envolventes que las del diseño original de Ducati, en Shed-X realizaron un subchasis de aleación más vistoso y terminado con el metal a la vista.

El pintor australiano “deconstruyó” el tópico “Ducati Rosso” con un naranja tomado de la paleta de colores del Lamborghini Aventador y contrastó este vivo color con el blanco de la careta frontal, la superficie del depósito y el colín. Entre las piezas especiales destacan el escape 2-1 de Spark MotoGP y el pequeño guadabarros delantero, realizado a partir del original recortado, pero sujeto mediante unos soportes hechos a mano.

Tiene que ser una gran experiencia dar un paseo disfrutando de los 105 CV de su bicilíndrico desmodrómico en un conjunto que sobre la báscula apenas alcanza los 163 kilos,  sobretodo en un camino poniendo a prueba el plano manillar a la contra y los neumáticos Pirelli MT60 sobre la gravilla… Por cierto, que el apodo Screwdriver viene del popular cóctel destornillador: naranja con un toque especial.