Una vez más Husqvarna evoca su gloriosa época de los años 60' y 70 con estas dos motos que muestran por dónde pueden ir sus creaciones fuera del segmento off-road y supermoto en un futuro cercano, logrando en ambos casos una original fusión de estilo vanguardista y clásico.

Lo retro sigue pegando fuerte, quizás más que nunca y si hay una marca enraizada en su pasado capaz de ofrecer una reinterpretación de su viejo estilo perfectamente adaptado al presente, es la sueca. Ambas comparten el mismo motor monocilíndrico que procede de la KTM Duke 390 y también usan la misma parte ciclo igualmente heredada de la 390 y que podemos apreciar en detalles como el basculante o la pinza de freno. Pero Husqvarna se ha encargado de darle un personlidad muy marcada a cada una.

La flecha blanca
Traducido del sueco Vitpilen significa flecha blanca y Husqvarna hace con ella un homenaje a una moto llamada Silverpilen que fabricó en el año 1953. Se trata de un ejercicio de estilo que propone una moto de calle con un estilo deportivo se época, muy cafe racer, ya que cuenta con semimanillares. Las llantas de radios contribuyen a ése carácter retrospectivo pero la moto proyecta una imagen a la vez muy vanguardista, creando un contraste perfecto para impactar al espectador.

La sencillez de sus armoniosas líneas es sin duda la base de su encanto, sin perder de vista la ligereza visual que transmite y que no sólo es una sensación ya que Husqvarna ha anunciaso un peso de 137 kg para sus 43 CV de potencia.

La flecha negra
Echemos un vistazo a su hermana de arrebatador estilo scrambler. Se llama Svartpilen y eso significa flecha negra. Sus tacos imponen buena parte de su fuerte personalidad que como en el caso de su hermana basa su encanto en la sencillez de su sofisticada propuesta. Parece contradictorio pero es la clave de la tremenda fuerza estética que ambas transmiten.

En este caso nos viene a la mente anteriores que también nos cautivaron como la Moab Concept o la Baja Concept e inevitablemente nos trae a la memoria a Steve McQueen, un gran apasionado de las off-road setenteras de la firma sueca.

Desde luego sería una excelente competencia para la recién nacida Ducati Scrambler porque ambas reinterpretan bajo un prisma y tecnología actuales lo que fueron motos icónicas hace unas cuantas décadas.

En el caso de Husqvarna, si el público da una respuesta favorable, se animarían a llevarlas a producción; lo mismo dijeron con los prototipos que hemos mencionado anteriormente y nunca han llegado a la vida real, así que desde aquí decimos que sí, nos gustan y mucho.