Sus preparadores no se han dedicado a “destrozar” una Super Duke R por capricho sino que la han preparado para hacer la trepidante y exigente subida de Pikes Peak. Todo tiene un sentido y por eso los aditamentos que tiene como carrocería, incluido el indiscreto frontal, han sido todos fabricados en fibra de carbono. Y es que no te puede pesar el culo para hacer esta mítica subida aunque parece que le han metido lastre por un tubo con tanta pieza extra.

Detrás llaman la atención las dos salidas de escape en sistema 2-1-2 que parecen uno Akrapovic reportados, igual que el culo. Parece que le han dado un hachazo en todo el colín. Más radical y extraña no puede ser este criatura porque la verdad es que tiene algo de animal.

La verdad es que a estos californianos se les ha calentado la cabeza y han hecho una auténtica locura de moto que a nosotros nos fascina. Dos detalles; el paramanos prolongado hasta el frontal y unido con el otro en una pieza única que parece un pequeño cuerno. ¿Será para proteger de las piedras que puedan ir saltando en la ascensión? Puede que el sólido protector de motor metálico también vaya en este sentido. El caso es que le dan un aspecto muy guerrero a una KTM que ya de por sí es una moto de las más cañeras del mercado.

Pero los chicos de Dugally han hecho perder la cabeza a esta austriaca y la han convertido en la transformación más rara que hemos podido ver hasta la fecha. No sabemos si lleva modificaciones en el motor y la parte ciclo pero ya de serie es capaz de poner los pelos de punta gracias a su bicilíndrico de 132 CV y a una parte ciclo realmente estelar. Ponerse a lo mandos de esta Superspinne debe ser toda una experiencia.