Con la entrada del otoño llegan las prisas por equiparse correctamente, sobre todo teniendo en cuenta que después llegará el invierno y será todavía más duro eso de moverse en moto. Algunos se vuelven locos y van corriendo a comprarse todo aquello en donde aparezca todo tipo de etiquetas terminadas en “TEX” que le garanticen la impermeabilización, sin tener en cuenta otros aspectos que inciden directamente en la protección contra el frío y la humedad. Las prendas más demandas suelen ser los guantes y las chaquetas para moto, que cuidan de las partes que más sufren a la intemperie.
Pero si bien el material en el que estén fabricados es clave para no mojarse o para mantener el cuerpo caliente, la manera de colocarlas y de abrocharlas influyen, así como el espacio que dejemos entre el cuello y la chaqueta, sobre todo porque no todos los cascos de moto son iguales ni aíslan del exterior de la misma manera.
Si el casco es abierto, conviene una chaqueta con un cuello lo más alto posible, y será recomendable un pañuelo para que no entre viento. Con los cascos integrales conviene utilizar pañuelos o bragas con tejido cortavientos para que no quede espacio descubierto.
Para conseguir tapar todos los agujeros es recomendable ponerse antes el pañuelo que la chaqueta, de manera que podamos estirarlo bien, cubriendo todo el cuello y tapando incluso las orejas. Después hay que ponerse la chaqueta para moto, cerrando la cremallera y abrochando todos los cierres, que son los encargados de no permitir que el viento y la lluvia pasen a través del entramado de la propia cremallera. También hay que ajustar el cuello lo mejor posible. Evitad las sudaderas con capucha, que os molestará en la espalda si la lleváis por dentro, o que os molestará en el cuello al no dejar mucho espacio en la nuca con el casco.
Cómo colocamos el casco de moto
Precisamente, la colocación del casco es igualmente importante. Lo primero de todo es ponérselo manteniendo el pañuelo a la altura de las orejas. Cuantos menos huecos, mejor, pero sí que recomendamos dejar abiertas las entradas de ventilación para que la pantalla no se empañe. Los pinlock ayudan, pero, especialmente en ciudad, es muy difícil mantener la pantalla impoluta.
Una vez abrochado el casco, hay que ponerse los guantes, y mejor hacerlo antes de salir a la calle y que las manos se enfríen, pues después difícilmente llegarán a coger temperatura. Dependiendo del tipo de moto o de si llueve o no, es preferible colocar la caña del guante dentro o fuera de la chaqueta. En una moto deportiva, con los semimanillares bajos y lloviendo, es mejor la caña dentro, para que el agua que baja por las mangas no se metan en los guantes. En una moto con postura más erguida, pues mejor por fuera, para que ni el viento ni la lluvia se introduzcan por el espacio que queda libre.