Ducati ha dado al mundo de la moto muchos modelos inmortales, idealizados por los mitómanos de todo el mundo a lo largo de seis décadas de producción. Asociada desde casi sus inicios a la actividad deportiva, la casa de Bolonia ha creado algunas de las motos más fabulosas del mundo y varias historias de gloria a cargo de pilotos inolvidables. Iremos haciendo un repaso a muchas de ellas, cuando queda menos de un año para que se cumpla el sexagésimo aniversario de  la primera motocicleta fabricada en Borgo Panigale.

Creo que puedo decir, sin temor a equivocarme, que la 750SS de 1973 es una de las motos más bonitas de la historia. Es más, es una moto tan sexy como una top model: puede que no sea tu tipo, pero tienes que reconocer que está para comérsela.

En la época era el sueño lúbrico de muchos que después se tenían que “conformar” con una complaciente japonesa, y sólo unos pocos afortunados presumían de tener en casa la réplica de la sofisticada bicilíndrica desmodrómica que había vencido las 200 millas de Imola en 1972, y de la que por supuesto habrá que hablar más a fondo otro día. La 750SS era una moto de carreras preparada para circular por la calle, con todos los detalles técnicos de una ganadora pero con luces y  espejos. Su estética y por supuesto su motor se basaban en una moto victoriosa.

Fabio Taglioni ha pasado a la historia por ser el creador del único sistema de distribución desmodromica fabricado en serie, y la 750SS lo ha hecho con él por ser la primera moto de calle en incorporar esta tecnología que busca regímenes de giro más altos al no usar muelles sino empujadores para el retorno de las válvulas. Ofrecía una potencia de 73 caballos a 8.000 revoluciones, cifras muy respetables en su momento, y acompañaba estas prestaciones de unos componentes de primer nivel: suspensiones Marzocchi, megáfonos Conti y tres frenos de disco Lockheed o Scarab. Con todo esto y un peso de 202 kilos con los llenos hechos su eficacia deportiva era proverbial, lo mismo que su incomodidad para el uso diario a causa de una posición de conducción exageradamente forzada; molestia acentuada por la pétrea horquilla. Todo se la perdonaba cuando su estruendoso motor empujaba con fuerza constante y creciente desde que la aguja del tacómetro comenzaba a moverse hasta que el piloto se cansaba de seguir estirándolo en altas.

La cotización actual de una unidad en buen estado está en torno a los 25.000 euros. Derivada de la 750 Super Sport, en 1976 llegó al mercado la no menos celebrada Ducati 900 Super Sport, con 7 caballos más y componentes puestos al día.