- Limpieza de chaquetas y pantalones de moto
- Limpieza de botas de moto
- Limpieza de guantes de moto
- Símbolos de lavado
El equipamiento de moto ha mejorado mucho en los últimos años, utilizándose tejidos cada vez más eficientes en cualquier circunstancia climatológica pero que también requieren un cambio de hábito en las tareas de limpieza y mantenimiento si se quiere que mantenga sus propiedades como el primer día.
Es evidente que la ropa de piel necesita cuidados distintos que la que está fabricada con materiales sintéticos, de la misma manera que no es lo mismo limpiar un chaqueta y unos pantalones que unos guantes o unas botas. Y lo mismo podríamos decir del casco, que precisa un mantenimiento diferenciado, como repasamos en este artículo.
Lo ideal es seguir siempre las recomendaciones del propio fabricante, haciendo caso a las etiquetas adheridas a las prendas con los símbolos de lavado, aunque siguiendo unas pautas generales podremos mantener la ropa de moto en el mejor estado durante mucho tiempo.
Limpieza y mantenimiento de las chaquetas y pantalones de moto
Empezamos por las chaquetas de moto al ser la prenda más propensa a ensuciarse (mosquitos, salpicaduras de la carretera…) y a adquirir nuestro propio olor corporal. Habrá que distinguir entre las de piel y las textiles, teniendo en cuenta que todas las indicaciones son válidas para los pantalones.
Limpieza chaquetas y pantalones de Cordura
El poliéster y el nylon son los dos tejidos más usados, siendo el poliéster más propio de para las chaquetas ligeras y de verano, mientras que el nylon, más conocido como la marca registrada Cordura se ve más en el resto de chaquetas por su mayor resistencia a la abrasión y por su alta capacidad de elasticidad y ligereza.
En ambos casos, bastaría con meter la ropa en la lavadora sin más, pero la aparición de los tejidos técnicos que se combinan con el nylon o con el poliéster, como el Gore-Tex o cualquier otro similar, obliga a tomar ciertas medidas para no terminar prematuramente con las propiedades de impermeabilidad y de transpirabilidad. Es ropa muy cara pero que bien mantenida puede durar muchos años.
Eso sí, no hay que caer en el error de pensar de que no por no lavar va a durar más tiempo, pues la suciedad acumulada también restará capacidades. No hay que guardar en el armario una chaqueta con mosquitos pegados, alimento para polillas. No cuesta nada pasar un paño húmeda después de cada salida a la carretera.
Al llegar el momento de usar la lavadora, lo primero que hay que hacer es sacar las protecciones (hombros, codos y espalda). Después hay que verificar que no queda nada guardado en los bolsillos, que las cremalleras están cerradas en el caso de compartir lavadora con otras prendas delicadas (nunca mezcles con ropa que suelten restos, como los forros polares).
En cuanto a los ajustes de la lavadora, nuestras recomendaciones son no llegar nunca a la temperatura máxima indicada (nunca más de 40º), utilizar un jabón neutro o alguno indicado por el fabricante (si es en polvo, hay que disolver previamente aunque lo recomendable es el jabón líquido) y, sobre todo, no usar suavizante. La lejía y los quitamanchas están “prohibidos”. El centrifugado es otro punto importante, siendo recomendable hacerlo a 800 rpm o menos.
Una vez terminado el lavado, lo mejor es tender la chaqueta sin doblarla (con una percha o extendida) evitando que le dé directamente el sol o una fuente de calor.
En el supuesto de lavar a mano, hay que seguir las mismas indicaciones, pero teniendo mucho cuidado con el aclarado, para evitar que queden restos de jabón.
Por último, indicar que nunca hay que guardar una prenda húmeda en el armario.
Limpieza chaquetas y pantalones de piel
Las características del cuero hacen que nos olvidemos de la lavadora salvo para lavar el forro interior (si es desmontable), pero el resto lo tendremos que hacer a mano. Lo bueno es que no es necesario quitar las protecciones.
Habrá que comenzar la limpieza de la chaqueta de piel humedeciendo con agua su parte externa, frotando después con un cepillo untado en jabón o detergente neutro. Para retirar este jabón hay que usar una esponja, pudiéndose repetir esta tarea una o dos veces más, con el fin de asegurar que ha quedado completamente limpia. El agua debería traspasar el cuero, pudiéndose aprovechar para limpiar el interior utilizando un trapo con jabón.
Una vez se ha terminado de frotar, llega el momento del aclarado, para lo que se puede usar una manguera (con poca agua y nunca a presión) aunque también se puede hacer en la bañera. Posteriormente hay que colgarla en un lugar bien ventilado durante varios días, que es lo que tarda en secar el cuero. El último paso consiste en aplicar crema hidratante con un paño y dejar pasar el tiempo necesario para que la piel la absorba.
Limpieza de botas de moto
Las botas de moto requieren igualmente un mantenimiento adecuado para que duren mucho tiempo. Las fabricadas con materiales textiles sin tejidos técnicos (casi todas las urbanas) pueden ir a la lavadora sin demasiados miramientos, pero las técnicas y las de cuero sí que tienen ciertas peculiaridades.
Para su limpieza es recomendable usar agua templada y frotar con un paño o con un cepillo, a no ser que el propio fabricante nos indique algo distinto. Después hay que poner a secar evitando las fuentes directas de calor.
El último paso consiste en el uso de cremas de hidratación, siempre que sean para nutrir la piel. Si las botas son de Gore-Tex no se recomiendan las grasas impermeabilizantes pues afectan a la transpirabilidad. Existen en el mercado productos específicos así como sprays para el olor.
Limpieza de guantes de moto
Si los guantes a limpiar son de piel, los requisitos son similares a los de las botas, es decir, hay que frotar con cepillo o con un trapo mojado en agua templada y, una vez secos, untar crema hidratante. También se pueden usar productos limpiadores recomendados por el fabricante.
En el caso de los guantes textiles se recomienda su lavado a mano con agua templada y poco detergente (nunca suavizante). El secado requiere un especial cuidado, sobre todo en el momento de escurrirlos, operación que hay que realizar presionando ligeramente desde la punta de los dedos hasta la muñeca.
Una vez escurridos, se recomienda colgarlos mirando hacia arriba, es decir, con la parte de la muñeca boca abajo para proceder a su secado. Cuando se encuentren húmedos es recomendable ponérselos y cerrar los puños para restaurar su forma original. Nunca se deben colocar sobre un radiador ni al sol, siempre a temperatura ambiente.
Símbolos de lavado
Lavado
Secado con secadora
Secado sin secadora al aire libre
Planchado
