En Wrenchmonkees llevan un lustro diseñando y fabricando proporcionadísimas cafe-racers sobre diversas bases de los años 70, y entre ellas nos llama la atención esta rabiosa bicilíndrica de dos tiempos, rectilínea, alargada y anoréxica, con los huesos marcados en el colín y que por no tener no tiene ni guardabarraos delantero.

No hay un sólo detalle abandonado al azar. El equipo de frenos confía en un único disco delantero, que apoyado por otro trasero se encarga de detener el escaso peso de la moto. Los escapes huyen del típico tubarro panzudo y optan por unos tubos rectos y más elegantes, con los colectores vendados para aislar el calor y los silenciadores en forma de megáfono, por los que debe petardear rítmicamente el ruidoso y alegre motor de 40 caballos.

Os invitamos a echar un vistazo a las obras de este interesante taller, que como muchos otros está reivindicando un giro en lo que se refiere a la estética de la motocicleta del futuro: wrenchmonkees.com