El trail de aventura está de moda, no hay más que ver la cantidad de nuevos modelos que se han lanzado en los últimos meses, y los que seguro están por llegar. Motos versátiles, válidas para acometer grandes y pequeñas aventuras por asfalto y fuera de él, combinando todo tipo de terrenos, soportando todo tipo de condiciones climáticas...
Esa especialización debe tener su continuidad en el equipamiento del propio motorista, pues una simple excursión de un día, y ya no digamos un viaje de larga duración, puede obligar a transitar por todo tipo de terrenos con un tiempo muy cambiante. Es habitual comenzar una ruta por carretera o autopista, continuar por pistas y senderos y terminar de vuelta, ya de noche, de nuevo por asfalto. Es por ello que nuestro equipamiento debe ser igual o más versátil que nuestra propia moto pues no podemos ir cargando con tres cazadoras, otros tantos pantalones, dos pares de botas y varios guantes para ir intercambiando según se presente el panorama.
Siempre por capas
Como indicaba al principio, lo más importante que debemos tener en cuenta es que tanto las condiciones climáticas como lo que exijamos a nuestro cuerpo varían a lo largo de un viaje de aventura o de una simple jornada. De ahí que debamos recurrir siempre a la técnica de capas, de manera que podamos poner y quitar prendas en función de la temperatura o del esfuerzo físico que vayamos desarrollando. La primera capa debería ser siempre una camiseta técnica que evacúe el sudor hacia las capas externas de manera que el cuerpo esté siempre seco, tanto si hace calor como, sobre todo, si hace frío. Debería ser una camiseta con una alta capacidad de transpiración y que esté lo más ajustada posible al cuerpo.
Lo ideal sería que contara con airbag, un elemento que podría ser determinante a la hora de decantarse por una u otra chaqueta y que además no tiene por qué suponer un gran desembolso económico. Ya hay cazadoras de este tipo, como la RST Adventure-X Airbag, por un precio de unos 650 euros, similar al de otras sin este accesorio tan importante para nuestra seguridad.
Otro punto a tener en cuenta es el de la protección a la lluvia. Hay cazadoras que son impermeables, con tejidos especiales tipo Gore-Tex, pero tienen el inconveniente de que resultan muy calurosas y con poca transpiración cuando nos enfrentamos a las altas temperaturas. Es preferible, por tanto, que dispongan de un forro impermeable desmontable, que podamos ir poniendo y quitando en función de nuestras necesidades, y que se pliegue bien para guardarlo en algún bolsillo externo que disponga la propia chaqueta. Este forro es recomendable que sea interior, de manera que no se dañe por el roce con ramas o por caídas, que en campo son más habituales. Hay chaquetas que cuentan con forros térmicos desmontables para su uso como tercera capa, pero con todas las capas juntas se pierde confort en la conducción al quedar embutido, es preferible que el propio forro impemeable tenga un cierto grosor y haga las dos funciones.
En cuanto a los tejidos, lo ideal es buscar aquella en donde se combinen distintos materiales, unos más resistentes como en nailon para las zonas más expuestas, y otros con cierta elasticidad para lograr una total libertad de movimientos. Los elementos reflectantes son también una parte importante dentro de la seguridad porque garantizan ser vistos cuando cae la noche.
Otros aspectos a tener en cuenta y que no todas las chaquetas cumplen son el tipo de cremalleras o el número y tamaño de bolsillos. Las primeras deben ser robustas, con tiradores fáciles de manejar incluso con guantes. En cuanto a los bolsillos, cuantos más, mejor, pero sobre todo puestos con inteligencia: para guardar el forro impermeable, mantener a buen recaudo documentos, específicos para mapas...
Protegiendo el tren inferior
Y es que los pantalones sufren más todavía, sobre todo en campo, en donde es más fácil que rocen con ramas y arbustos, les llega más fácilmente el impacto de piedras o el agua de los charcos, y el interior de las perneras va constantemente rozando con el chasis o los plásticos laterales cuando se conduce de pie.
Ni que decir tiene que las protecciones, en rodillas y en cadera son imprescindibles, así como el poder sumar un forro impermeable para los días con un grado de humedad más alto. Los bolsillos, aunque ya tengamos en la chaqueta, nunca están de más, pero sobre todo que sean accesibles y con cremalleras de buena calidad. También es importante que cuenten con entradas de ventilación, si pueden ser desmontables y que dejen una buena superficie abierta, lo vais a agradecer cuando llegue el calor.
A tener en cuenta el que la parte baja de la pernera sea regulable para poder ser usados por botas tipo touring o, en el mejor de los casos, unas más gruesas y con mejor protección específicas para rutas trail de aventura, ya sea con cremallera, o, mejor todavía, con velcro.
Mano de santo
Aunque los guantes no ocupan demasiado y es posible llevar alguno más de recambio, lo cierto es que cada vez las marcas van consiguiendo ejemplares con buen tacto para su uso en campo pero con las protecciones necesarias que se exige después cuando se sale a carretera. Las manos suelen ser la primeras en tocar el suelo en caso de caída, por lo que debes prestar especial atención a las protecciones a la hora de seleccionar unos guantes. Es muy tentador decantarse por un par de campo cuando hacemos nuestras rutas trail, pues son tan finos que resultan insuperables por tacto, pero no nos engañemos, apenas protegen nada.
En definitiva, si lo que os va es el trail y queréis regresar de vuestra aventura con ganas de volver a por más, elegid bien vuestro equipamiento. Como habéis visto, RST cuenta con un extenso catálogo que podéis examinar en la página de Bihr, su importador en España.
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