Nuestros colegas de bikeexif.com siempre merecen una visita. Su exquisito gusto y excelentes contactos propician una web diferente al resto, carente de noticias prosaicas y destinada sólo a sibaritas de la moto. Llevaba un par de días dándole vueltas a “robarles” esta moto… y hoy ya no he podido resistir la tentación. Porque si bien la exclusiva es suya, y eso que vaya por delante, ¿no será mejor este “hurto” que privar a nuestros lectores de un regalo para la vista como es la Zaeta 530 DT?
Lo que veis, tan cortito y tan extraño por estos lares, es básicamente una moto de dirt-track. Una competición que se disputa en circuitos ovales de escaso perímetro con superficie de tierra bien deslizante y en la que las monturas carecen de freno delantero pero que no queden más narices que cruzar la moto si quieres frenar algo, que no mucho porque la gracia consiste precisamente en deslizar casi constatemente a base de hacer derrapar la rueda trasera ya sea usando su pequeño disco de freno o preferiblemente enroscando el acelerador que gobierna la respuesta de un vigoroso monocilíndrico de alta cilindrada.
Un día hay que hablar de estas carreras y de otras parecidas, porque igual algunos de vosotros estéis deseando conocer las Jawa de ice-track incluso sin siquiera saberlo…

A lo que íbamos, si bien el uso de las Zaeta está restringido a las pistas de dirt-track por motivos obvios (no es muy seguro andar por ahí con 50 caballos y prácticamente sin freno), han decidido producir una limitada serie de unidades como la que veis, una moto derivada de la experiencia en las carreras y con toda su esencia pero destinada a un uso lega en ciudad y carretera, con sus luces, espejos y demás accesorios. Para ello los responsables de Zaeta, Paolo Chiaia y Marco Belli, hicieron un par de  llamadas. Una a su distribuidor en Milán, Officine Mermaid, que también cuenta en su catálogo con máquinas especiales para paladares exquisitos, y otra a un conocido nuestro, Mr. Martini (ver su interpretación de la Ducati 1098R), que gustosamente se puso a elucubrar y cuando le llegó la inspiración empezó a mecanizar bloques de aluminio en bruto hasta lograr el resultado que podéis ver en las fotos.

Por supuesto, las motos de calle cuentan con un buen freno delantero que debe detener a la voz de alto los livianos 115 kilos de la Zaeta. Las suspensiones están bastante más elaboradas que las empleadas en las motos de dirt, especialmente en la rueda trasera, con un precioso basculante anodizado en azul que actúa sobre un amortiguador Öhlins anclado a unas bieletas aligeradas al máximo, lo mismo que el minimalista bastidor, una minúscula doble viga de aluminio mecanizado en la que no hay ni un gramo de soldadura, recurriéndose en esta como en otras partes de la moto a tornillería fina para unir los componentes.

El motor es un mono de 530 cc fabricado también en Italia por TM, el mismo que emplean las motos de carreras que sirven de inspiración, y el subir y bajar de su enorme pistón debe generar unas vibraciones que aconsejan el uso de protectores dentales como los boxeadores.

Fotos: Paolo Carlini