Esta gente de Shaw Speed & Custom sabe lo que se hace. Y hace honor a su nombre con esta moto, que combina con precisión de relojero la parte más custom de una Sportster con las modificaciones justas pero al mismo imprescindibles para sacarle todo el músculo que lleva dentro y dotarla de una apariencia deportiva. “Simple, limpia y bien hecha”, esto es lo que dice de ella Steve Willis, uno de sus creadores.

“Partiendo de una Harley-Davidson XL883N Iron dotada de los semimanillares y el asiento Cafe de Roland Sands Design, trabajamos en nuestro taller para darle un aire completamente nuevo a la moto. En Shaw Speed & Custom le hicimos un depósito nuevo, con rebajes  la altura de las rodillas, y modificamos el subchasis que soporta el asiento añadiendo una barra de refuerzo por debajo y eliminando los soportes del guardabarros trasero para que la moto adquiriera este estilo tan radical. Las estriberas se retrasaron lo necesario, para colocarlas en el lugar correcto, y no sólo por estética. La calzamos con unas ruedas Avon Speedmaster de estilo clásico, colocamos los pilotos traseros en el basculante, añadimos unos puños H-D Nostalgic, un filtro de aire Rough Crafts y un escape Vance&Hines de competición en acero inoxidable y una vez más la Sportster ha demostrado su versatilidad”. Dice Willis. Y sí, es cierto, la Sportster puede dar mucho juego… y para muestra un botón.