Son tremendamente llamativas y arriesgadas pues incluyen un sistema de suspensión delantera que nada tiene que ver con la realidad de las motos de competición de 250 cc, un certamen que a partir del año que viene desaparece para hacer hueco a la nueva categoría: Moto2. A parte del extraño esquema delantero de suspensión, de clara inspiración Bimota, aporta otras rarezas como el la estructura tubular de aluminio del chasis y el freno de disco perimetral al estilo Erik Buell. La Ducati exhibe un bastidor de igual estructura a las demás pero es de fibra de carbono. El motor de 250 cc consta de un cilindro posicionado de forma vertical y alimentado por inyección electrónica. Sin embargo, la suspensión trasera y el disco son más convencionales.
El resultado de la creatividad de éste estudiante y aficionado a las motos es realmente interesante. Son cinco modelos creados bajo un patrón irreal y seguramente inviable. Aunque sí puede dar pistas sobre caminos alternativos a la técnica y mecánica actual aplicada a las motos de competición. Según su propio creador, es una mezcla de varios estilos lo que le ha inspirado; por un lado, las motos actuales de competición (sobe todo en lo que se refiere a geometrías y postura de conducción). Y por otro lado le han influido las motos de estilo café racer, por su simpleza mecánica y la carrocería minimalista, y las de motocross, cuyos paneles son huecos para ahorrar todo el peso posible. La mezcla de todo esto se puede apreciar en cada ilustración que han creado la mente y las manos de éste inquieto estudiante de diseño con ideas alternativas y realmente espectaculares.
