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De arrebatadora presencia, la C-01 se presenta con una potencia a la altura: 200 CV, tal y como se había anunciado en un principio, tendrá esta singular moto de largo y macizo aspecto que recuerda a una dragster.

Kodewa, la empresa que está a cargo del proyecto ha recurrido al motor bicilíndrico en V a 75º que da vida a la KTM RC8 ya que comparte exactamente las mismas cotas internas, pero lo ha retocado potenciando su rendimiento hasta la mágica cifra de casi 200 CV. Con tanta caballería el peso no es tan relevante aunque gracias a la utilización de materiales como el titanio y la fibra de carbono empleados en su chasis de acero va a ser relativamente ligera: 181 kg en seco anuncia la marca.

Tan sólo se van a fabricar 100 unidades y eso da una ligera idea del prohibitivo precio que va a tener la Lotus C-01. Aclarar que realmente no es Lotus la marca que está detrás de este proyecto sino que Kodewa aunque colabora con Group Lotus PLC ha llevado a cabo el proyecto de una forma independiente junto al diseñador Daniel Simon y Holzer Group, una empresa asociada a Kalex, el fabricante de chasis. Lo que sí tienen es la licencia para usar el nombre de Lotus para la C-01.

El bastidor es una estructura monoscasco y la carrocería está fabricada en fibra de carbono, son dos elementos básicos en su singular estética y su contenido peso sobre la báscula. No se han facilitado de momento cifras de par pero seguro que estamos ante una moto con un empuje demoledor.

Para poder detenerla se han montado unos frenos bien dimensionados, formados por sendos discos delanteros de 320 mm mordidos por pinzas de cuatro pistones y uno trasero de 220 mm asistido por una pinza de doble pistón. Una horquilla delantera invertida con 80 mm de recorrido y dos amortiguadores con botella de gas separada se encargan de asentar el conjunto.

Del aerodinámico diseño poco se puede decir que no expresen las muchas imágenes que acompañan el reportaje. Su arrolladora estampa está repleta de detalles como por ejemplo los pequeños retrovisores en la punta de los semimanillares, el enorme radiador frontal y su minúsculo asiento monoposto. Y para rematar está su gran rueda trasera y las tres sugerentes decoraciones; todas ellas destilan buen gusto y deportividad del más alto nivel.