Estamos ante una moto nueva que conserva lo buena de su antecesora y mejora aspectos tan importantes como el chasis, las geometrías y la distribución de las masas. Y para realzar la importancia de estos cambios, Triumh ha dado un aire diferente al diseño conservando los “ojos de gata” que tanto marcan su esencia estética, aunque modificando la salida de escape que desciende del colín a la parte baja junto al basculante. Seguro que esta solución quien la más agradece es el acompañante cuyo trasero y piernas estaban próximas al calor que liberaba el silencioso. Pero vamos a examinar con detalle lo que nos tienen reservado para la nueva temporada estas dos inglesas tan sexys.

Street Triple:
Es el modelo base pero su dotación ya es suficiente para disfrutar una estimulante experiencia dinámica protagonizada por su pletórico motor tricilíndrico y un chasis tan rígido como manejable. Pero se ha ido más allá modificando no sólo el chasis que es completamente nuevo sino también matizando las cotas de dirección: rebaja el ángulo de lanzamiento de 24,3 a 24,1 e incrementa el avance de 95,3 mm a 99,6 mm. Todo persiguiendo una mejor manejabilidad y aplomo, algo por lo que ya destacaba la Street desde su lanzamiento. Si a esto le añadimos o mejor dicho le restamos los 6 kg que se han ahorrado en esta versión todo son ventajas en el plano dinámico.

Mantiene las suspensiones y los frenos que se pueden complementar con la versión equipada  con ABS totalmente desconectable. Estará disponible en colores negro, blanco y azul.

Street Triple R:

Se distingue por su mayor calidad de suspensiones y frenos respecto a la versión normal. Comparte el nuevos chasis y el centrado de las masas y  modificada también sus cotas de dirección que ahora son de 23,4 y 95 mm para lograr un comportamiento aún más radical, de acuerdo a la R de su apellido. También hay una versión con ABS desconectable.  Se ofrecerá en tres colores: negro, blanco y grafico mate