Tras la desaparición de la Hayabusa de la oferta Suzuki a finales de 2017, no ha habido año en el que no se haya especulado sobre la posible vuelta del "halcón peregrino" de Hamamatsu. Alentados en gran parte por algunos diseños y patentes que daban pistas sobre un nuevo modelo y apoyándose en el GSX Concept que Suzuki presentó en el Salón de Tokio años atrás.

Sin embargo, hemos tenido que esperar hasta 2020 para tener noticias frescas sobre este regreso, tras los diseños publicados en la publicación japonesa Autoby en los que, además de presentarnos el posible aspecto de la nueva Hayabusa, nos desgranan las características de una moto que, si bien no será totalmente nueva, llegará acompañada de una profunda renovación que podría anunciarse este otoño.

Motor más grande y ciclística actualizada

En primer lugar, su portentoso cuatro cilindros -el mismo que la sacó de escena por no cumplir con la Euro4- aumentaría 100 cc de capacidad (1.440 cc frente a 1.340 del modelo anterior) para mantener intacto todo su poderío (con una potencia que rondaría los 200 CV) respetando las exigencias de la Euro5 gracias, a su vez, a una exhaustiva revisión de los sistemas de admisión y escape.

Un propulsor que estaría acompañado de una electrónica actualizada sirviéndose, muy probablemente, del Suzuki Intelligent Ride System (SIRS) junto a una plataforma inercial Bosch similar a la que utiliza la GSX-R1000R; encargada de gestionar un completo paquete de ayudas formado por: control de tracción, diferentes modos de gestión del motor, ABS con asistencia en curvas, cruise control, arranque en pendiente, quickshifter, embrague antirrebote...Incluso se habla de la posible incorporación de un cambio semiautomático, algo para lo que tendremos que esperar a la presentación del modelo. Y, por supuesto, no dudamos de la presencia de una moderna pantalla TFT en su panel de instrumentación, para ayudar al piloto a gestionar toda esta tecnología.

Por lo que respecta a la parte ciclo se espera que continúe confiando en el mismo doble viga de aluminio, similar al anterior, aunque con ligeros retoques. Introduciendo algunas mejoras en los equipos de suspensiones y frenos, donde lo lógico sería ver material Showa -con una horquilla BPF- como en el caso de la Gixxer de litro, aunque hay quien apunta que podría ser Kayaba la firma elegida. En cuanto a los frenos, no hay duda sobre la elección de unas potentes Brembo radiales asistidas por el ya mencionado ABS con Motion Track Brake System.

Y, a juzgar por los diseños que muestran en la publicación nipona, una imagen actualizada que respeta la contundente estampa de esta sport-turismo con alma de deportiva, siguiendo las líneas propuestas por el GSX Concept. Una moto que, aunque lo tendrá difícil para batir a la turboalimentada Ninja H2 de Akashi, satisfará los apetitos de muchos nostálgicos hambrientos de sensaciones fuertes.