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Son unos emprendedores holandeses y en este país se toman muy en serio la ecología, o al menos son pioneros en soluciones respetuosas con el medio ambiente. Por eso ¿dónde mejor que en la tierra de los tulipanes para encontrar un ejemplo de sostenibilidad a ultranza sobre dos ruedas? Los padres del Van.Eko Be.e se llaman Simon Akkaya y Maarten Heijltjes, y su proyecto ya se ha convertido en realidad. Este scooter tiene una carrocería portante, es decir, que hace las veces de bastidor (como la Vespa) y está realizada en fibras vegetales: lino, cáñamo y celulosa. Para llevarlo a cabo se ha contado con la colaboración de el estudio de diseño Waarmakers, NPSP Composites y la prestogiosa universidad Inholland de Ciencias Aplicadas. Las ventajas de este sistema de fabricación son, según sus creadores, la resistencia y la economía.

El propulsor es un motor eléctrico que rinde 4 kilovatios y 100 Nm integrado en la llanta trasera, capaz de permitir al scooter Be.e alcanzar una velocidad de 55 Km/h. Bajo la plataforma dispone de una batería con una capacidad de 19 Kwh. y es posible incorporar una segunda unidad para aumentar la autonomía estándar, de 60 kilómetros en ciclo urbano. Sus creadores no se han olvidado del carácter práctico y bajo el asiento cuenta con un hueco para albergar un casco, además del cargador de baterías; ofrece conexión USB para cargar smartphones y dispone de sistema de control de velocidad y función booster, para obtener un impulso de fuerza extra si es necesario. Su peso es de 95 kilos.

Van.Eko ha ideado una fórmula de renting para su scooter que consistiría en pagar en función del uso: hasta 300 Km. al mes la tarifa serían 140 euros, hasta 500 Km. 150 €, hasta 70 Km. 160 € y hasta un máximo de 1.000 Km. habría que pagar 170 €.