Fotos: Carolina F. Varela
Se habla con frecuencia del concepto de versatilidad, tanto que hasta cierto punto se ha desvirtuado. Y es que en un mercado con cada vez motos más lógicas, más fáciles de conducir, el uso de este término se ha generalizado en exceso. Pero ha sido probar la Tracer 700 y darme cuenta de que es ésta representa como casi ninguna otra moto el concepto más puro de la manida versatilidad.
No es, por tanto, una MT-07 con semicarenado y suspensiones de mayor recorrido. Es otra moto, aunque comparta con aquélla el motor y el chasis. Y tampoco es una Tracer 900 con menos potencia, esa diferencia de motor (y de peso) las separa más de lo que parece. Eso sí, estéticamente sí que tienen muchos puntos en común, lo que creo que es un acierto.
La Tracer 700 es una moto que gana en realidad, me parece mucho más bonita que en imágenes, especialmente la parte delantera. Resulta increíble que difiera tanto de la MT-07, pero el pequeño carenado y el doble faro delantero le dan una personalidad propia a este modelo.
FICHA TÉCNICA, INFORMACIÓN Y FOTOS YAMAHA TRACER 700
Muy ligera y posición trail
Su cuadro de instrumentos ofrece mucha información y es de fácil lectura tanto de día como de noche. Me hubiera gustado que su posición hubiera sido un poco más elevada para no tener que bajar tanto la vista para consultar información en marcha. Al menos, los números del velocímetro son grandes y con un solo vistazo recibes la información.
El sonido que emite su escape nada más ponerla en marcha es igualmente característico, como si de una moto más pequeña se tratara. Es un ruido demasiado metálico, similar al de la MT-07, creo que incluso más silencioso todavía. Insertar la primera es una delicia, tanto el cambio como el embrague ofrecen un accionamiento muy suave. Subir y bajar de marcha es una gozada, todo se realiza con gran suavidad, sin forzar nada.
Con la Tracer 700 por la ciudad
Basta circular unos pocos kilómetros para que sus virtudes salgan a relucir. La Tracer 700 es ágil, ligera, fácil de conducir y tiene un motor divertido. Su manillar estrecho y la altura de los espejos ayudan a pasar sin agobios entre los coches con el fin de alcanzar el siguiente semáforo rápidamente.
Los cambios de dirección se realizan con suma facilidad, mover la moto de un lado al otro es una agradable tarea. Hacía tiempo que no sentía eso en un modelo de estas características. Son sensaciones similares a las de una enduro, permitiendo inclinarla a poca velocidad incluso sin forzar la situación.
La Tracer 700, en carretera
Tampoco me convencen los protectores de manos, muy pequeños y apenas cumplen su función. Además, los intermitentes delanteros van unidos a ellos por lo que su sustitución por unos más envolventes no es una tarea sencilla, aunque sí que se comercializan en la industria auxiliar suplementos para estos cubremanos.
Como me imaginaba que esto iba a pasar, salí con mis mejores guantes de invierno y me fui a hacer curvas, para elevar la temperatura corporal y olvidarme de estos detalles. Y vaya si olvidé.
Si en ciudad la agilidad y la ligereza ayudan, imagina lo que ocurre en una carretera revirada. Meter la rueda delantera en cada curva resulta una tarea muy sencilla, con lo que ir enlazando curvas se convierte en un juego de niños. A la Tracer 700 le gustan las curvas, su chasis lo permite todo, lo mismo que las suspensiones, más firmes que las de la MT-07. La horquilla responde de manera correcta, incluso en firmes bacheados, mientras que el amortiguador trasero ofrece un tacto un poco seco ante las irregularidades, pero resultan cómodas con el paso de las horas.
En cuanto a los frenos, como ya apreciamos al principio, son de lo mejor de la moto, especialmente delante. Frena muy bien, siempre que no se abuse del trasero para evitar que salte el ABS tan rápidamente. Igualmente hay que tener cuidado con las retenciones bruscas, ya que tiende a derrapar la rueda trasera. También hay que tener en cuenta que el manillar estrecho, todo ventajas en la ciudad, puede causarnos la sensación de inestabilidad al rodar a mucha velocidad. Esto va en gustos, pero hay que tenerlo en cuenta.
Sí que me puedo subir y bajar fácilmente, aunque estoy acostumbrado a usar motos altas.
Y si mides 1,65 difícilmente podrás llegar al su con nadie tira media o gran cilindrada.