Sin apenas tiempo para digerir la radical dragster con NOS que Roland Sands nos proponía sobre la base de la nueva BMW R 18, nos llega esta espectacular transformación de la cruiser teutona de manos del constructor austriaco Bernhard Naumann. Un artista de la transformación, también conocido como Blechmann, que ya unió fuerzas con la firma en 2018 para concebir una atrevida interpretación futurista de la BMW R nineT (BMW Giggerl).

El proyecto, abordado “en crudo” -como le gusta trabajar a Naumann- sin diseños previos, ni bocetos, simplemente desnudando la moto hasta su estructura más básica para trabajar “sobre un lienzo en blanco”, ha dado lugar a esta inusual custom con tintes deportivos,que conserva todo el clasicismo que emana de un modelo como la R 18, inspirada en la icónica BMW R 5 de 1936. Una transformación que respeta al máximo posible la base del modelo de serie que, esconde tras de sí más de una cara.

Además de modificar por completo el depósito de combustible -estrechándolo, para darle un aspecto más deportivo y exponer aún más la grandeza de su aplastante Big Boxer de 91 CV- la parte trasera ha sido totalmente rediseñada con un nuevo asiento monoplaza tapizado en marrón y asido elegantemente con cinchas a un minúsculo colín -coronado con un piloto trasero Kellermann- sobre su 180 trasero.

Pero quizás la parte más característica de esta creación sea su original carenado de sinuosas formas, que le otorga a la custom alemana ese provocador aspecto deportivo, junto a una óptica anterior con forma de riñón -evocando el icónico frontal de los coches de la firma- y una bombilla de filamento haciendo un sutil guiño al pasado. Cromados, unas cuantas capas de un brillante negro y el clásico doble fileteado de las bávaras más old-school rematan esta preparación en la que Blechmann ha invertido 450 horas.