En poco tiempo he tenido la oportunidad de probar las dos UM más sencillas en cuanto a su apartado mecánico: la Renegade Sport y la Scrambler X Naked. En ambos casos he terminado ciertamente sorprendido, pues no esperaba tanto de ellas teniendo en cuenta sobre todo el precio de venta. Dos motos con muchos componentes en común, pero con numerosas diferencias estéticas y de personalidad.
No es una moto muy pequeña, con mi 165 cm de altura llego de puntillas al suelo, aunque al ser tan ligera se maniobra con facilidad, aunque las estriberas molestan un poco a la hora de mover la moto en parado. La ergonomía es cómoda y el manillar elevado permite una posición de conducción bastante confortable para espalda, mientras que las estriberas se sitúan a una altura idónea para no tener que flexionar las rodillas en exceso.
El mullido del asiento, por contra, es bastante escaso y parece casi como si fueras sentado en una tabla. Lo más curioso es que la parte del pasajero se queda incluso más baja que la del piloto, por lo que cuidado a quien montas ahí porque puedes poner en entredicho perder su amistad. El escape queda a la altura de la parte interna del muslo pero está bien protegido y no he sentido exceso de calor.
Mejor en ciudad
Y hablando de marcha, qué mejor que ponerse en acción para explicaros cómo se comporta dinámicamente esta Scrambler X Naked. No hace falta decir que es una moto diseñada para un uso urbano pues la potencia de su motor es limitada. En autopista alcanza los 100 km/h, siempre sobre terreno favorable, pero en los repechos sufre y te obliga a reducir a reducir alguna marcha de las cinco con las que cuenta.
En ciudad es otra historia, no es que sea un prodigio en aceleración, pero sí es lo suficientemente briosa como para arrancar con mayor celeridad que el resto de los coches. El cambio es suave, está bien escalonado y el embrague es preciso y con buen tacto. El acelerador también cuenta con un accionamiento agradable, pero con demasiado recorrido.
Frenada contundente
También me ha gustado su frenada, especialmente la potencia del disco delantero, un punto que me decepcionó en la Renegade Sport. En esta ocasión, no puedo poner ni una sola pega ni en cuanto a la mordiente como a su dosificación. El trasero también responde de manera eficaz y sólo se echa en falta un sistema antibloqueo, pero ya sabemos que en las motos de este importe es complicado encontrar algo que no sea un simple sistema combinado. Los neumático son de la marca Timsun, con un dibujo mixto con el taco no demasiado marcado. En seco su comportamiento me ha parecido más que correcto, mientras que con el suelo mojado pierden bastante más eficacia.
Es una moto razonablemente ágil y con un buen ángulo de giro, lo que permite zigzaguear en el tráfico con bastante solvencia.
Conclusión y valoración
UM vuelve a apretar la tecla acertada, ofreciendo una moto a un precio muy ajustado con un gran atractivo visual. Pero no basta con la imagen, además tiene que funcionar de manera correcta. Y la Scrambler X Naked cumple con las expectativas. No es un cohete, pero permite moverse por las calles de forma resuelta y con un motor muy sencillo de conducir.
A esto hay que sumar unos frenos contundentes y sólo la dureza de su asiento y de la suspensión trasera desluce un conjunto bastante equilibrado y bien conseguido. Pero si piensas en los 2.480 € que cuesta, le harás estas y otras concesiones que bien valen la pena para pasear en este bombón de 125 cc.
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