La presentación de la nueva Himalayan no ha sido ninguna sorpresa, de hecho llevamos ya meses sabiendo cómo es y haciéndonos una cercana idea de cómo va. Se presentó oficialmente en la propia cordillera del Himalaya (India) a finales de 2023 y de allí llegaron buenas críticas, pero teníamos que sacar nuestras propias conclusiones. Por eso nos hemos ido a Cerdeña a probarla en profundidad en los más diversos escenarios que ofrece esta bella isla italiana y ¡vaya que sí! porque pasó de todo.
Restyling total
Es el cambio más evidente y lo primero que llama la atención. No queda ni un solo tornillo, pieza o tapa de la anterior Himalayan, la 410. Aunque la versión precedente tenía una estética particular, por decirlo de una forma amable, quisieron mantener una línea estética clásica propia de la firma india y ahora se ha hecho todo lo contrario. La nueva Himalayan es una moto trail pero tiene una estética muy actual y original ya que no se parece a ninguna moto del mercado y eso, hoy por hoy es toda una hazaña. Se han actualizado mucho sus líneas y además se han utilizado soluciones innovadoras. El faro sigue siendo redondo pero ahora es todo en led, así como las ópticas traseras que se agrupan en su totalidad en los indicadores de dirección. Trae de serie un miniparabrisas, doble guardabarros delantero, defensas laterales en el depósito y un largo etcétera si recurrimos a los accesorios opcionales. Pero en cuestiones estéticas de poco sirven las palabras, lo mejor es que la veáis en las fotos y sobre todo en el vídeo en todo su esplendor.
Multiaventura
La Himalayan es una moto sencilla, fácil y polivalente. Una moto para todo y para todos, esto quiere decir que se desenvuelve con soltura en muy diferentes escenarios ya sea en asfalto o tierra y va dirigida a un amplio rango de clientes, por supuesto también a los que tengan el carné A2. Nuestra aventura en Cerdeña, y me refiero ya con la moto en marcha, comenzó con una ligera lluvia que se tornó enseguida en el Diluvio universal. En estas condiciones y en asfalto los neumáticos mixtos CEAT ofrecieron un comportamiento correcto, sobre todo en cuanto a evacuación del agua. Afortunadamente paró de llover y lució el sol el resto de la jornada. Continuamos por carreteras viradas muy divertidas y con poco tráfico. Aquí ya, un poco menos agarrotado, puedo percibir mejor las sensaciones, por ejemplo la comodidad de la postura de conducción, muy natural y poco forzada, brazos estirados, piernas no demasiado flexionadas, asiento súper cómodo y todo en su sitio. Mido 1’80 y quepo perfectamente, también llego al suelo de sobra con los dos pies. Hay que mencionar la altura del asiento es regulable (845 – 825 mm) y que se ofrece como opción uno aún más bajo y otro estrecho y corrido más alto enfocado a su uso en campo.
Nuevo propulsor
La Himalayan inaugura un nuevo motor monocilíndrico de 452 cc, el primero con refrigeración líquida en la larga historia de Royal Enfield y que adoptarán otros modelos enseguida. Tiene doble árbol de levas, distribución de 4 válvulas y un aumento considerable de la potencia en relación con la versión anterior, ya que de 25 se ha pasado a 40 CV. El tacto es muy de monocilíndrico y con esas vibraciones tan características que solo son molestas si subimos mucho las rpm, algo que no tiene mucho sentido porque la zona buena del motor está entre 4 y 5.000 rpm, de hecho el 90% del par ya lo entrega a 3.000 rpm. En una carretera de curvas y a velocidades moderadas el motor presenta un comportamiento digno, acelera con ganas y recupera sorprendentemente bien desde abajo. Al salir a autovía podemos advertir las primeras carencias en cuanto a velocidad punta o potencia en adelantamientos, también te digo que si te mueves en los límites legales de velocidad no tendrás demasiados problemas. El cambio funciona perfectamente, buen tacto y se encuentra fácil el punto muerto. Además la palanca está algo distanciada del estribo, por tanto se puede meter una bota de campo y cambiar de marcha con facilidad. Y ya que hablamos del campo, salgamos ya del asfalto.
Offroad
He de confesar que no tenía demasiada esperanza en pasar un buen rato con la Himalayan en tierra, pero me equivoqué. Del asfalto pasamos a unos caminos de arena dura amplios, fáciles y muy llanos, con poca piedra y perfectamente seleccionados para esta moto. La Himalayan da muestra de su efectividad enseguida, si el motor se queda justo en carretera aquí se muestra con potencia más que suficiente para hacer kilómetros y pasar un buen rato. Tiene llantas de radios, de 21 pulgadas la delantera y un recorrido de suspensiones lo suficientemente largo como para que su funcionamiento te sorprenda gratamente. Las suspensiones las firma Showa y especial protagonismo tiene la horquilla invertida delantera ya que, a pesar de no ser regulable, se ha conseguido un buen compromiso de funcionamiento entre campo y asfalto, aunque personalmente a mí me gusta más en campo. El amortiguador trasero es progresivo y cumple con su función. Me vine arriba en uno de los saltos y ahí sí es fácil hacer tope de suspensiones, lo que confirma que la moderación es algo a tener en cuenta en esta moto. También porque son prácticamente 200 kilos de peso en marcha que, aunque una vez encima no lo parecen -por ejemplo al ir de pie-, sí es algo que le penaliza en offroad sobre todo por las inercias que se generan cuando llegas a una curva y tienes que frenar fuerte. El esquema de frenos es austero, con un disco delante y otro detrás, con potencia de frenada suficiente y tacto decente. Tiene ABS desconectable pero al desconectarlo se elimina del todo en la rueda trasera y en la delantera baja notablemente la intrusión pero no del todo.
No puedo dejar de hacer mención al consumo. En casi 200 kilómetros de ruta marcaba un consumo medio de 3,5 litros a los 100 km, si a esto le sumamos que tiene un depósito de 17 litros nos da una autonomía de más de 400 kilómetros, un consumo muy moderado.
Conclusión
No me esperaba que la Himalayan fuera a ir correctamente en todos los escenarios en los que la pusimos a prueba: carretera, autovía, asfalto empapado, tierra lisa y firme y tierra húmeda más suelta. Sin destacar en nada va bien en todos. Polivalencia en estado puro porque vale para lo que le pongas por delante, para usar en el día a día, darte una vuelta por el campo y, porqué no, hacer un trayecto largo ya sea por carreteras de asfalto o caminos, solo o acompañado. Una de las claves de esta moto es su precio: 5890 euros, muy ajustado para todo lo que equipa de serie, aquí mención especial al nuevo cuadro de mandos totalmente digital en donde, aparte de todas las funciones básicas de funcionamiento, viene de serie con un sistema de navegación integrado con conectividad que funciona realmente bien. También es interesante el amplísimo catálogo de accesorios opcionales donde hay de todo y con precios muy lógicos.
