Montar en moto lleva asociados algunos mitos desfavorables como la alopecia derivada del uso prolongado del casco así como otras dolencias menos intrascendentes y médicamente fundamentadas como los problemas de espalda u hombros. Pero que afecte a nuestros “soldaditos” ya son palabras mayores pues además esto es el comienzo de una posible disfunción eréctil.
Y es que pasar mucho tiempo encima de un sillín no es nada bueno, sobre todo si es largo y estrecho como el de los ciclistas cuyo riesgo de sufrir alteraciones en los genitales es altísimo; de hecho más de la mitad padecen una especie de adormecimiento genital, y entre de estos casi una cuarta parte afirman sufrir la temida disfunción eréctil. Y las féminas que montan de forma intensiva también desarrollan dificultades urinarias, dolor y dificultad para alcanzar el orgasmo.
Pero la moto no necesariamente tiene que arrastrar este tipo de problemas urológicos porque los asientos no son duros ni estrechos como los de las bicis sino grandes y cómodos. Entonces ¿Cómo se llega a esta conclusión y qué puede causarla?
Un estudio realizado en Japón sobre un grupo de 234 motoristas con edades comprendidas entre 20 y 60 años ha revelado que en todo el rango de edad hay más problemas de disfunción eréctil que en un grupo normal de control: un 69% de motociclistas la padecen frente a un 35% de los controles normales. Y esto se agrava en los motoristas cuya edad está comprendida entre 50 y 60 años, con un 93% frente al 42% de un grupo de control normal. Y un estudio posterior realizado por los mismos autores sobre otros 150 motoristas extrajo una conclusión todavía más preocupante al revelar no sólo que el colectivo motorista presentaba dos veces más probabilidades de sufrir disfunción eréctil sino una clara conexión entre esta disfunción y otros problemas o trastornos en el bajo aparato urinario.
La razón puede ser que la suspensión no aísla nuestro cuerpo de las vibraciones tanto como podríamos pensar y la vibración constante que procede tanto del motor como de la carretera se posiciona como la primera culpable de estas consecuencias. Y la posición de conducción en las motos con nuestra zona genital apoyando en el depósito seguro que no ayuda en nada porque oprime los vasos sanguíneos.
Entonces ¿Montamos menos en moto? Rotundamente no, sobre todo cuando revisamos la cantidad de cosas que afectan negativamente a la fertilidad y el aparato genital: alimentación, ejercicio, tabaco, alcohol, estrés, onanismo intensivo, obesidad...son tantas cosas que deben cuidarse que montar en moto supone una tremenda liberación porque pone en riesgo nuestra integridad física y ésa adrenalina estoy seguro de que también la necesitamos en nuestra vida.